(El Mercurio) Su discrepancia con las afirmaciones del fiscal de Diego de Almagro, Julio Artigas, respecto de que la bala que en la madrugada del viernes mató al trabajador contratista Nelson Quichillao habría sido fruto de un rebote, manifestó la familia del minero al término de su funeral en Coquimbo. El informe sobre las pericias balísticas entregado por el persecutor también fue rechazado por el alcalde de Diego de Almagro y dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC).
Quichillao falleció luego de recibir un proyectil en la ingle, en medio de enfrentamientos con Fuerzas Especiales de Carabineros, quienes intentaban reponer el tránsito en la ruta de acceso a la División Salvador de Codelco, en la comuna de Diego de Almagro, en Atacama.
Ardiles señaló que «varias pericias independientes son coincidentes en que el impacto no es directo, sino por rebote».
El mayor de los hermanos Quichillao, José (67), relató que «unos trabajadores que iban con Nelson me dijeron que mi hermano iba atrás. Eso es una mentira (lo dicho por el fiscal) y tengo los datos de los compañeros de él, que tienen todo grabado. Eso no es rebote de bala».
Reinaldo (54), otro de los hermanos del contratista, fustigó el resultado de las pericias. «Aquí se quiere tapar algo que no fue así y no se quiere decir la verdad», expreso. Exigió que se realice «una investigación transparente y que paguen los que tengan que pagar y también los que dieron la orden».
Querella
El alcalde de Diego de Almagro, Isaías Zavala (PC), quien viajó hasta Coquimbo para participar en el funeral, criticó la labor del Ministerio Público y anunció que esta semana interpondrá acciones legales para esclarecer el hecho. «Primero decían que había sido una bala percutada por los mismos trabajadores. Ahora están diciendo que fue un rebote. No fue un rebote, eso es lo que dice la policía y eso lo ha tomado el fiscal, pero nosotros vamos a presentar una querella para que otros actores ingresen al tema para que puedan investigar la situación», dijo el edil nortino.
El dirigente nacional de la CTC Patricio Rocco aseguró que «hubo un momento en que un carabinero se aparta del piquete, adopta una posición de tiro y dispara directamente a la masa de trabajadores» y que el uniformado «no disparó en ráfaga a la máquina, sino que tiro a tiro».
Unas 300 personas, encabezadas por los siete hermanos que sobreviven a Quichillao, acompañaron sus restos rumbo al Cementerio de Coquimbo. Antes de llegar al camposanto, el grupo se detuvo en el departamento del trabajador y en su club de rayuela.
Durante el responso fúnebre, la secretaria de la CTC, Ana Lamas, expresó que «en nuestros corazones se anidan sentimientos de rabia e impotencia, porque hemos sido testigos de una injusticia brutal».
Los asistentes a la ceremonia tuvieron un comportamiento pacífico. Solo se escucharon cantos y consignas en rechazo a la muerte del trabajador. No hubo presencia policial ni asistencia de autoridades locales.
En El Salvador, donde se cumplen seis días desde el inicio de las movilizaciones de los trabajadores contratistas -las que mantienen cerrada esa división de Codelco- se organizó una caravana vehicular para recordar a Quichillao.