En el marco del Seminario Mujer y Minería 2018: «Incorporación, desarrollo y productividad», realizado este jueves en el Hotel Cumbres, el presidente del Consejo Nacional de Productividad, Joseph Ramos, entregó una mirada sobre el impacto macro económico de las brechas entre hombres y mujeres en el campo laboral, resaltando la importancia que tiene la participación femenina en la productividad del país.
Afirmó que de acuerdo con las estimaciones que manejan, cada millón de personas que se suma en la fuerza de trabajo aumenta el producto en 6,5%. Por lo tanto, planteó que «si Chile adquiriera la participación femenina de países desarrollados del OCDE, serían 900.000 personas más en la fuerza de trabajo: sería 6% más de PIB y 1,2% de ingreso tributario (unos US$3.000 millones)».
En el seminario también estuvieron presentes Pablo Terrazas, subsecretario de Minería; Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta plc y chairman del Congreso Expomin 2018; René Aguilar, vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentatibidad de Antofagasta Minerals, y Katharina Jenny, gerente corporativo de Seguridad de Amsa y chairwoman del evento, entre otros participantes.
Factores que influyen
En el encuentro se abordaron los diferentes factores que influyen en la baja participación femenina que hay en la fuerza laboral chilena y las estrategias que las empresas de la industria minera están utilizando para integrar más a la mujer en las organizaciones.
En este escenario, Katharina Jenny manifestó que «llegar a la equidad de género laboral es un beneficio país y claramente la industria minera se va a ver muy beneficiada de eso». Agregó que «algo pasa en el camino que la mujer toma otros roles en su vida, yo creo que el punto más de inflexión que se da es la maternidad. La maternidad no concilia mucho con turnos mineros de un cuatro por tres (días), un siete por siete… Entonces tenemos que ver cómo hacemos para que la industria minera sea mucho más amigable, para que las mujeres puedan desarrollarse en la industria».
Representantes de Antofagasta Minerals, de BHP y Finning Sudamérica expusieron sobre estrategias para abordar la igualdad de género. Y en esta línea hubo un punto de convergencia: la importancia que tiene la diversidad y la inclusión en las organizaciones.
René Aguilar, de Antofagasta Minerals, afirmó que «hay un caso social que tiene que ver con la riqueza que nos genera la inclusión, la participación, las diferentes visiones, y yo creo que las organizaciones que hacen esto crecen infinitamente más rápido y mejor, que las que no lo hacen».
Paralelamente, recordó que de acuerdo a un estudio del Fondo Económico Mundial sobre el índice de participación y oportunidad económica para las mujeres -donde consideró a 144 países-, «Chile ocupa el lugar 119, y si se compara con Sudamérica, Chile es el peor; y cuando hablamos de igualdad de salarios, de un total de 144 países, Chile está en el lugar 127».
Protocolo de Buenas Prácticas
Además, se realizó un panel donde se abordaron diversos temas, entre los que destacaron, la importancia de que los hombres tomen sus derechos paternales, para que la responsabilidad -con la llegada de un hijo- no recaiga sólo en la mujer, un factor influyente a la hora de que un empleador no las contrate fácilmente.
Entre otros temas profundizados, estuvieron la flexibilidad laboral, la equidad salarial y las prácticas culturales, donde se ve el sesgo que tiene la sociedad frente al rol de la mujer, al pensar que su lugar está en el hogar.
En este contexto, y considerando todos estos factores para exista equidad de género en la industria, la subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género, Carolina Cuevas; el vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Antofagasta Minerals, René Aguilar; el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino; el director de Expomin, Carlos Parada, y la presidenta de Aprimin, Susana Torres, firmaron un acuerdo de Protocolo de Buenas Prácticas para cautelar y fortalecer la imagen y rol de la mujer en la minería.