En un ambiente tan exigente como el minero, elementos como el polvo en suspensión son un factor que condiciona las tareas productivas. Ante ello, son diversas las acciones que las mineras han ido implementando, para controlar las emisiones de material particulado en sus procesos, con el propósito de mantener una gestión operacional y ambiental responsable.
Por ejemplo, la División Ministro Hales posee un plan de control de material particulado en el Área Mina, que considera medidas como la implementación de iniciativas de regadío, consistentes en humectar los caminos, ya sea con sal o con algún aditivo, con la finalidad de tener una mejor humectación y menos material particulado. A ello se suma la mejora y optimización de rutas hacia botaderos, la aplicación de aditivos y bischofita, entre otras acciones dirigidas al control de material particulado.
Ante la diversidad de mecanismos y el objetivo de que la gestión del polvo en minería sea eficiente, “el principal factor es la identificación global de todas las fuentes de emisión de la planta, cuantificando la tasa de emisión de cada una de ellas”, destaca Jorge Rivera, jefe de Proyectos de Syntec.
Añade que, con esta información, se busca enfocar los esfuerzos en las fuentes de emisión que tienen mayor impacto en la tasa de emisión global, “lo que no es algo trivial, pues muchas veces se priorizan las fuentes de mayor impacto visual como la tronadura, no sabiendo que -dentro del impacto global ésta representa un porcentaje mínimo. Mientras, no se les da la importancia que merecen a otras fuentes, como la emisión debido al tránsito vehicular en caminos”.
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