Logística minera: Resiliencia y eficiencia de cordillera a mar

Oct 14, 2025

La minería chilena debe anticiparse a riesgos climáticos, geopolíticos y sociales. Planificación, digitalización y colaboración son esenciales para sostener su continuidad operativa.

Con una demanda mundial de cobre en alza, la minería chilena enfrenta el reto de fortalecer su cadena de valor. La anticipación y la resiliencia son hoy esenciales para que la producción llegue a destino sin interrupciones.

Jorge Bravo, gerente de Estudios y Proyectos de Aprimin, mencionó que “la Agencia Internacional de Energía proyecta que la demanda mundial de cobre crecerá significativamente hacia 2040, impulsada por la transición energética y la electrificación de la economía. En respuesta, las compañías mineras en Chile están evaluando carteras de inversión que supera los US$83.000 millones entre 2024 y 2033. Este escenario representa una gran oportunidad, pero también plantea desafíos que deben abordarse con visión estratégica dado que conlleva riesgos concretos para la cadena de valor minera nacional, especialmente desde la perspectiva de los proveedores”.

Al respecto, afirmó que “los suministros, servicios y soluciones que requerirán los grandes proyectos mineros que se desarrollaran en el futuro próximo se están gestionando hoy. Nuestros asociados deben anticiparse, escalar capacidades, fortalecer sus equipos técnicos y asegurar disponibilidad de insumos críticos. La planificación temprana y la colaboración efectiva entre mandantes y proveedores son esenciales para evitar cuellos de botella en la ejecución”.

“Muchos de los suministros de gran escala y componentes provienen del extranjero, y la actual volatilidad geopolítica puede generar interrupciones en el abastecimiento. Los proveedores de la minería debemos prepararnos para responder con anticipación estratégica, soluciones locales, alternativas técnicas y mayor resiliencia operativa”, añade Bravo.

A ello se suma -aseveró Bravo- que, “Chile cuenta con una red vial y portuaria sólida en las zonas mineras, no obstante, el crecimiento proyectado de la demanda invita a la modernización y expansión de la infraestructura logística existente. Si bien las contingencias climáticas y los desafíos de la geografía nacional han sabido sortearse con éxito por la industria, ya no basta con reaccionar frente a una interrupción, la industria ha transitado desde una actitud predominantemente reactiva hacia una cultura más preventiva y anticipatoria”.

Estos tópicos también son abordados por Jorge Crossley, Head of Supply Chain Copper de Anglo American, quien consideró que “hoy en día los factores climáticos han generado restricciones en las capacidades portuarias debido al incremento de las mareas. Las sequías han llegado a generar problemas de abastecimiento en el canal de Panamá, disminuyendo su capacidad de transporte en algunos períodos. La inestabilidad geopolítica ha llevado a generar restricciones de suministros de ciertos países en conflicto, alterar las vías de tránsito y más recientemente la guerra comercial están desafiando las cadenas de suministro ágiles. En Chile, la infraestructura de transporte terrestre, ferroviario y portuario se encuentra estancada sin inversiones significativas. Todo este escenario nos lleva a evaluar constantemente los riesgos y planificar cadenas de suministro más resilientes, con suministros alternativas y más producción y almacenamiento local en Chile”.

En ese contexto, el ejecutivo, que es además presidente del Comité de Abastecimiento Responsable de Sonami, recalcó que “la evaluación y manejo de riesgos es un elemento clave en la gestión minera a todo nivel. La planificación de alternativas de suministros y vías de despacho de los productos y concentrado son una base necesaria e imprescindible para asegurar continuidad operacional en la industria minera. Hay múltiples ejemplos recientes de disrupciones tanto de suministros como de instalaciones portuarias que han tenido poco o nulo impacto en la producción y exportación del cobre en Chile debido al desarrollo planificado de estas opciones y la colaboración entre los distintos actores del sector”.

“La colaboración entre proveedores y empresas mineras, al igual que entre los distintos actores público privados, son una herramienta clave para lograr una cadena de abastecimiento más resiliente. Los desafíos actuales son difíciles de resolver individualmente, por lo que vemos necesario seguir desarrollando estas relaciones”, menciona.

Infraestructura para la minería

Ronald Guzmán, académico de Ingeniería Civil en Minería de la Universidad del Desarrollo (UDD), advirtió que “en la alta cordillera, eventos extremos como lluvias estivales, nevadas y sismos interrumpen accesos, suministro eléctrico y transporte de insumos críticos. Hacia la costa, marejadas y tsunamis afectan la continuidad portuaria, que ya opera con altos niveles de concentración: pocos terminales mueven la mayoría del cobre, lo que aumenta la exposición ante cierres”.

“La infraestructura de soporte también es vulnerable. Los mineroductos y relaves requieren diseños sísmico-hidrológicos cada vez más exigentes, mientras que el transporte ferroviario y carretero se ve expuesto a incidentes de seguridad y bloqueos. En paralelo, la minería depende crecientemente de insumos estratégicos como ácido sulfúrico, amoniaco y energía eléctrica, cuyo abastecimiento está condicionado a cuellos de botella logísticos globales y a la transición energética local, con desafíos en transmisión y desalinización”, añade el profesor.

Lea el reportaje completo en MINERÍA CHILENA.

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