(El Mercurio) La productividad total de factores (PTF) en Chile habría registrado una disminución de 1,1% en 2014 -la mayor en las últimas tres décadas si se excluyen los períodos de recesión-, según los cálculos del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales, Clapes-UC.
El organismo proyecta una nueva caída de 0,4% para 2015, con lo cual la productividad en los últimos dos años se ubicará en el 25% más bajo desde 1961.
La PTF corresponde a la parte del crecimiento económico que no puede ser explicada por los factores productivos de capital y de trabajo.
«Al mirar los números hacia atrás, también se constata que es la mayor caída de productividad en un período de dos años -excluyendo los años de recesión-, en al menos medio siglo», señala el ex ministro de Hacienda y director de Clapes-UC, Felipe Larraín. Solamente se observa una mayor caída en 1972-1973, que fueron años de recesión, precisa.
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En su opinión, este resultado se explica por el escenario que se ha generado en el país, que ha hecho que se combinen de forma poco virtuosa los factores productivos. Entre 2010-2013, la PTF tuvo un repunte de 0,8%, 0,2%, 1,1% y 0,3%, respectivamente, que según Larraín fue inferior a la que le habría gustado al Gobierno, pero cayó en 2014.
«Esto nos está diciendo que el problema del frenazo de la economía chilena no es solo un problema de inversión. Es también, y en forma muy significativa, un problema de productividad», enfatiza el experto.
«La productividad es la parte no explicada del crecimiento y hay muchas hipótesis sobre por qué ha caído, pero es sintomático que haya descendido de esta forma en un período en que hemos enfrentado una incertidumbre mayúscula. Esto debe ser un poderoso llamado de atención para la conducción económica de nuestro país», complementa.
Las estimaciones usan como supuestos que la economía chilena creció 1,7% en 2014 (proyecciones del Banco Central y de Consensus Forecast) y que en 2015 tendrá una expansión de 2,6% (según la encuesta de expectativas económicas que el Central levantó en enero).
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También incorpora en sus cálculos que la inversión en capital fijo caerá 6,2% en 2014 y aumentaría 1,9% en 2015, cifras que están en el escenario central del último Informe de Política Monetaria (IPoM). Para construir el stock de capital de ambos años se consideró que la tasa de depreciación fue la misma que en 2013.
En cuanto al empleo, considera un incremento de 1,6% en 2014 y de 2% en 2015.
Para las participaciones de factores se asimiló el mismo valor que utilizó el Comité de Expertos del PIB tendencial del Ministerio de Hacienda.
Los resultados arrojan que en 2014 la productividad habría restado 1,1 puntos al crecimiento, mientras que la contribución del capital habría sido de 2 puntos y la del trabajo, de 0,8 puntos porcentuales.
En los cálculos de Clapes-UC, las cifras contrastan con el registro de 2013, en que el PIB creció 4,1%; con una contribución positiva de 0,3 puntos de la PTF; 2,7 puntos del capital y 1,1 puntos porcentuales del trabajo.
Larraín destaca que en la reducción de 2,4 puntos porcentuales del crecimiento del PIB -desde 4,1% en 2013 a 1,7% en 2014- hay 1,4 puntos porcentuales por una menor contribución de la productividad; 0,7 puntos por menor contribución del capital y 0,3 puntos porcentuales por un menor aporte del trabajo.
Este año, la contribución del capital sería de dos puntos porcentuales y de un punto del trabajo, mientras que la PTF restaría 0,4 puntos porcentuales al crecimiento.
Entre los años 2008 y 2011 la PTF acumuló un retroceso de 3,5 puntos porcentuales, en uno de los ciclos más extensos de pérdida de productividad que -sostiene un análisis reciente de la Cámara de Comercio de Santiago- es comparable solo con la crisis de la deuda externa de los años 1982-86.
La productividad chilena podría multiplicarse por 2,2 si mejora la regulación y la calidad de la gerencia en el segmento de las micro, pequeñas y medianas empresas, según las conclusiones de un seminario conjunto celebrado en abril por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno chileno.