Estudio analiza impacto de la minería y variabilidad climática en ecosistemas altoandinos

Abr 11, 2023

Investigación abarcó el estado de conservación de 442 bofedales de la Región de Antofagasta.

Para conocer el estado de conservación de los bofedales en la Región de Antofagasta, un grupo de científicos y científicas de Chile desarrolló un estudio multidisciplinario que fue publicado en la revista científica International Journal of Applied Earth Observations and Geoinformation, según informó el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

El trabajo -a cargo de Roberto Chávez, investigador del IEB, y de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV)-, analizó 442 bofedales y los factores históricos que han contribuido a su transformación, durante casi cuatro décadas. El trabajo se llevó a cabo dentro del Núcleo Milenio en Turberas Andinas-Andes Peat- y contó con la participación de académicos de la PUCV y Universidad de Tarapacá (UTA).

Según el IEB, el equipo contó con un registro de casi 9 mil imágenes satelitales -captadas entre 1985 y 2018-, que permitieron analizar el estado de salud de estos ecosistemas, y comparar estos datos con otra información fundamental: los derechos de agua otorgados a la industria minera durante más de un siglo, y los índices de temperatura y precipitaciones.

Roberto Chávez, ingeniero forestal, explicó que “en esta investigación evaluamos todo el registro del satélite Landsat, el más antiguo con imágenes de Chile y con 30 metros de resolución, que tiene más de 40 años. Esta herramienta nos permitió observar de manera sistemática y cuantitativa la productividad de la vegetación. Queríamos saber si en la mayor parte de la zona donde está concentrada la minería del cobre, había efectos extremos sobre los bofedales”.

El científico señaló que esta zona concentra la mayor actividad minera a gran escala en Chile y América del Sur, convirtiéndola en una de las principales áreas exportadoras de cobre en el mundo. Junto a ello, el Altiplano -localizado en el margen este del Desierto de Atacama-, es un lugar altamente vulnerable al cambio climático, y en éste además se concentran asentamientos indígenas, principalmente los Likan Antai, y también algunas comunidades Quechua que poseen un gran arraigo cultural con estos ecosistemas.

Derechos de agua y sequía

Desde el Instituto indicaron que el estudio señala que durante el siglo XIX se extrajeron grandes volúmenes de agua superficiales y subterráneas en la Provincia del Loa, tanto para actividades mineras como para el abastecimiento hídrico de las principales ciudades de esta región.

En este contexto, las y los investigadores consultaron los registros oficiales de la Dirección General de Aguas otorgados a la industria extractiva, desde 1905 hasta el año 2018, período en el cual descubrieron que el total de derechos de agua otorgados aumentó en 465 %.

El investigador del IEB detalló que “al analizar la línea de tiempo en este primer gran estudio, pudimos ver que la mayoría de estos derechos fueron otorgados y realmente utilizados antes de los años 80´, pero lamentablemente no existen imágenes satelitales anteriores a esa década. Sin embargo, pudimos constatar que el área donde está concentrada la mayor cantidad de derechos de agua, no muestra la existencia de bofedales verdes después de 1986”.

Agregó que “hay bofedales arriba y abajo de esa franja, lo que nos hace pensar que la extracción de agua anterior a este período pudo afectar la productividad bofedales existentes en forma previa a 1980. No obstante, necesitamos complementar esto con estudios antropológicos e históricos”.

Según el IEB, el estudio señala que el “verdor” de los bodefales -que es un elemento indicador de su buena salud y productividad- está mayormente influenciado por la precipitación y la temperatura de la estación húmeda, que en esta zona es el verano.

“Nosotros analizamos la fenología de los bofedales medida por satélite, algo así, como los latidos del corazón o los pulsos de verdor estacionales de la vegetación. Usamos un algoritmo que nos permitió observar que desde 1985 en adelante estos ecosistemas están en relativamente buen estado. Y que hay momentos de mayor o menor verdor, pero son muy intermitentes y dinámicos, pues aparecen y desaparecen”, mencionó el ingeniero forestal.

Añadió que “a diferencia de Chile central, donde la megasequía golpea con mucha fuerza, hace 10 años que en el altiplano estamos en una fase de enverdecimiento y eso lo hemos podido observar en los registros satelitales. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos con la información y seguir analizando a estos ecosistemas tan valiosos, considerando elementos como la extracción de recursos y el cambio climático”.

Conservación de ecosistemas vitales

Aunque los resultados del estudio indican un buen estado de salud de los bofedales a escala regional, el investigador de la PUCV estima que es urgente seguir monitoreando y poner mayor atención a las actividades productivas de la Región de Antofagasta y su impacto sobre estos ecosistemas y comunidades humanas, especialmente en casos particulares que no se exponen tan claramente en estudios a escala regional, según se lee en web del IEB.

El científico también destacó que se debe considerar con mayor cuidado el otorgamiento de derechos de agua. “El agua es un bien transable en Chile y hay mucha especulación al respecto. En este caso, los impactos de la extracción del agua sobre los bofedales podrían estar enmascarados por esta fase verde que se vive en el Altiplano en la última década”, finalizó el investigador.

Para más detalles del estudio, conozca el mapa interactivo desarrollado por los investigadores AQUÍ.

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