En el marco del webinar “Litio en Chile: oportunidad para un desarrollo industrial sustentable”, organizado por la Federación de Asociaciones del Sector Público Minero, Energético, Geológico y Ambiental (Famega), el director de la Red Litio y Salares de la Universidad de Chile, Gonzalo Gutiérrez, destacó una serie de medidas a considerar para este sector, entre las cuales está la incorporación de valor agregado.
En el encuentro, el especialista recordó que Chile, Bolivia y Argentina, en conjunto, concentran la mayor reserva de litio en salmuera en el mundo, con un 85%.
También indicó que, según el Ministerio de Minería, que Chile posee alrededor del 52% de las reservas mundiales, seguido por Australia.
En cuanto a producción, a pesar que somos el país con mayor reserva de este mineral, somos el segundo en producirlo, luego de Australia. El 89,43% corresponde a carbonato de litio; 6,9% a hidróxido de litio; y 3,67% a cloruro de litio, según lo expuesto por Gutiérrez.
Propuestas
A raíz de estas cifras, Gutiérrez explicó que «el litio debe seguir siendo un material estratégico no concesible y subirlo a rango constitucional; requiere una gobernanza integrada de salares; que el auténtico dueño de las riquezas debe ser el Estado, constituyéndose para ello un “empresa pública” de los salares, tal y como lo planteó la Comisión en 2015″.
«El estudio también sugiere, entre otras cosas, la incorporación de valor agregado, y trabajar con respeto a las comunidades y pueblos indígenas, propuestas que para el experto son completamente aplicables a la situación actual”, agregó el especialista.
Perspectivas
En cuanto al valor agregado, el expositor propuso que «se deben desarrollar nuevas formas de extracción sustentables, para el caso de la minería; aleaciones, como por ejemplo con aluminio; y pasar de la exportación del carbonato de litio, para el caso de la electromovilidad, a la integración del producto final».
Sobre la integración del litio a los autos eléctricos que podrían fabricarse en Chile, Gutiérrez afirmó que» supondría un mayor uso del cobre, es decir, si un auto de combustión interna ocupa 8 kg de cobre, un híbrido usa 32 kg de cobre y un auto eléctrico requiere 60 kilogramos de cobre, entonces, se estaría estimulando además la producción de cobre y cobre fino”.