China permite una mayor devaluación y yuan acumula baja de 3,5% frente al dólar en dos días

Ago 13, 2015

Círculos del gobierno estarían presionando al emisor para que reduzca el valor de la divisa en 10% y así impulsar las ventas al exterior.

(Diario Financiero) El yuan cedió ayer nuevamente terreno frente al dólar, después de que China sorprendiera el martes con una modificación del sistema cambiario que implicó una devaluación de casi 2%, provocando una oleada de confusión en los mercados globales y avivando la expectativa de nuevas caídas de la moneda.

Aunque había indicado que era una acción «de una sola vez», el Banco Popular de China rebajó ayer la tasa de referencia diaria en 1,6%, después recortarla 1,9% del martes. La autoridad monetaria en China establece cada mañana un precio medio para la moneda y los inversionistas están autorizados para transar la divisa 2% hacia arriba o abajo de ese punto.

La medida llevó el retroceso del yuan a 3,5% esta semana, el mayor en 21 años, pero el emisor trató de aliviar la tensión e indicó que en la actual situación ecónomica, nacional e internacional, «no hay base para una tendencia de depreciación sostenida del yuan».

Según la entidad, la fijación de precios diaria «avanzaría gradualmente hacia la estabilidad» y reiteró que la moneda se mantendrá estable, destacando el superávit comercial de la nación y las reservas de divisas de US$ 3,65 billones (millones de millones).

Aunque el argumento oficial es apuntalar las exportaciones y avivar la economía, Goldman Sachs sospecha que la devaluación busca contrarrestar la apreciación que provocaría el alza de tasas que tiene previsto realizar la Reserva Federal de EEUU este año. «El movimiento se trata más de obtener flexibilidad en lugar de iniciar una tendencia devaluadora», apuntó la entidad.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional valoró la decisión de dejar que sean las fuerzas del mercado las que determinen el valor de la moneda y expresó que China «podría y debería» lograr un tipo de cambio variable en dos o tres años.

Dispuesto a intervenir

El yuan perdió 1,9% en Shanghái, cerca del límite diario autorizado y tocó un mínimo de cuatro años de 6,4510 por dólar antes de recuperar casi la mitad de la pérdida en los últimos minutos de operación después de que al menos un banco estatal vendiera dólares, lo que llevó al yuan a finalizar la sesión al contado en 6,3858 unidades.

Esta intervención fue instigada por el banco central y se suma a la orden de la Administración Estatal de Divisas a los bancos para que limiten la compra de dólares para algunas compañías que podrían haber influido en la brecha entre la tasa del yuan continental y el de Hong Kong, recogió Bloomberg.

Para los expertos, la intervención es una suerte de «nueva herramienta» ahora que el gobierno ha renunciado a cierto control sobre la fijación. «La intervención intradía podría convertirse en algo más frecuente en el mercado», dijo Jason Daw, jefe de estrategia de divisas en Société Générale. Y el emisor lo confirma. Según su comunicado de ayer, es «totalmente capaz de intervenir directamente en el mercado cuando sea necesario para estabilizar la tasa de mercado y prevenir las fluctuaciones causadas por un comportamiento de manada».

«Aparentemente, el banco central no quiere que el yuan se salga de control», dijo, según Reuters, un operador de un banco europeo en Shanghái. Añadió que la devaluación inesperada había causado «cierto pánico» en los mercados a medida que los inversionistas especulan con que se pretende combatir una desaceleración más profunda de lo estimado.

Presión interna

Tras la caída de los dos últimos días, los analistas consideran que es posible que la divisa ceda entre 3% y 10% más, ya que se estima que el yuan continental está sobrevaluado entre 5% y 7%. «El banco central intervendrá eventualmente, no es un mercado maduro y depende del emisor mantener la estabilidad», explicó Chen Chen Xingdong, economista jefe para China y jefe de investigación macroeconómica de BNP Paribas.

La devaluación de la divisa refleja también el creciente clamor en los círculos cercanos al gobierno para que adopte medidas que ayuden a los exportadores, lo que asegura presión sobre el banco central para realizar nuevas rebajas en la tasa referencial diaria en los próximos meses.

El primer ministro Li Keqiang había descartado en repetidas ocasiones la devaluación, pero el incremento del riesgo sobre el crecimiento económico exacerbado por el reciente derrumbe del mercado de valores ha incrementado la presión para un cambio de rumbo. Fuentes cercanas al proceso de decisión señalaron a Reuters que poderosas voces en el gobierno presionan por una devaluación de al menos 10%.

«Ha habido llamadas internas para que el tipo de cambio sea más flexible, o depreciado apropiadamente, para ayudar a estabilizar la demanda externa y el crecimiento», señala un economista senior de un think-tank que aconseja al gobierno. «Creo que la depreciación del yuan en 10% será manejable. Debe haber una depreciación suficiente, de otra forma no será posible estimular las exportaciones».

La actividad económica en China mostró nuevas señales de desaceleración en julio

China parece no tener un respiro. Al desplome que han vivido las bolsas locales en los últimos dos meses y la sorpresiva devaluación del yuan anunciada esta semana se sumaron los datos de actividad doméstica de julio que estuvieron por debajo de las expectativas del mercado, lo que obligaría a Beijing a implementar nuevas medidas de estímulo para evitar una desaceleración más profunda.

La Oficina Nacional de Estadísticas informó que la producción industrial aumentó a una tasa anual de 6% el mes pasado, su menor variación en tres meses. La cifra se compara con la proyección de 6,6% y con el alza de 6,8% registrado en junio.

«La caída en el crecimiento de la producción industrial muestra que la base de la estabilización en el sector industrial no es sólida», declaró en un comunicado Jiang Yuan, estadista senior de la agencia.

La inversión en activos fijos, un factor que ha sido clave para la expansión de la segunda economía del mundo, trepó 11,2% en los primeros siete meses frente al mismo período de 2014, el ritmo más lento en quince años. Los analistas anticipaban un incremento de 11,5%.

Este indicador está siendo monitoreado de cerca a medida que el gobierno intenta acelerar el gasto en infraestructura para apuntalar el crecimiento.

La expansión en la inversión inmobiliaria se enfrió a 4,3%, el nivel más bajo desde marzo de 2009, a pesar de un repunte en las ventas de viviendas.

Las ventas de retail también estuvieron por debajo de las expectativas al subir 10,5%, lo que se compara con la previsión de 10,6%.

Continua debilidad

Estos datos corresponden a las últimas señales de que será difícil para el gobierno alcanzar la meta de crecimiento de cerca de 7%. Previamente se conocieron decepcionantes cifras de comercio exterior y de inflación que revelaron una persistente debilidad en la economía a pesar de las continuas medidas de estímulo.

«Este tipo de datos sólo acentuarán la perspectiva negativa que todos tienen sobre la economía», comentó a Reuters Louis Kuijs, economista para China de Royal Bank of Scotland. «Muchas personas estaban esperando una mejora y no hay ninguna mejora. Las cosas están empeorando en vez de repuntando. Este tipo de datos hace realmente desafiante lograr la meta oficial de 7% de crecimiento este año», añadió.

Yao Wei, economista para China de Société Générale, aseguró a Bloomberg que «la economía china aún está enfrentando una enorme presión a la baja».

Los expertos de ANZ advirtieron en una nota que, si las condiciones no mejoran en el corto plazo, el ritmo de expansión podría ser menor a 6,5% en el tercer trimestre. Entre abril y junio, el PIB local se elevó 7%.

«Un sector fabril que tropieza destaca por qué China se ha movido para respaldar la competitividad de las exportaciones con la depreciación del yuan y da argumentos en favor de más medidas para apuntalar el crecimiento en los próximos meses», sostuvieron en un reporte Fielding Chen y Tom Orlik, economistas de Bloomberg Intelligence. Los analistas creen que habrá un nuevo recorte en las tasas de interés antes de fin de año.

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