Estudio concluye que prohibición de reemplazo en huelga reduce la inversión

Feb 11, 2015

Investigación sobre mercado de Canadá señala: "las estimaciones implican que la promulgación de una política laboral que fortalezca la mano de obra es comparable a una recesión en términos de reducir la inversión en la construcción".

(Pulso) El debate sobre la reforma laboral y sus consecuencias está sobre la mesa. Uno de los principales argumentos del Gobierno es que al fortalecer los sindicatos y el poder de los trabajadores, se aumentarían también los salarios y así se ayudaría a disminuir la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre de Chile.

Sin embargo, una de las principales medidas contempladas en el proyecto, como es el fin del reemplazo en huelga, no necesariamente conllevaría una  mejora salarial y hasta podría afectar la inversión.

[Suprema reitera que empresas no pueden reemplazar trabajadores en huelga con traslados internos]

Así se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Cornell -de Nueva York- sobre el mercado en Canadá entre 1967 y 1999, frente a la implementación de nuevas políticas laborales.

Las conclusiones de este trabajo son claras: la prohibición de reemplazo en huelga y la mayor protección a los trabajadores ante los paros se ven traducidas en la reducción de nueva inversión.

Los autores John Budd y Yijiang Wang, consignan que cuando se discutió este asunto en Canadá la Cámara de Comercio advirtió  que “a los inversionistas se les está dando un poderoso incentivo para huir o evadir la jurisdicción”. En dicha ocasión, de 251 empresarios de Ontario, 84% respondieron que la propuesta de cambios afectaría la futura inversión. Ante estas respuestas, los investigadores decidieron aplicar sus modelos para averiguar que tan  “exageradas” eran estas alertas.

El estudio explica que las políticas laborales que restringen el reemplazo en huelga afectan la expectativa de la utilización de capital: “naturalmente, los inversionistas responden al paso de tales políticas, y la inversión se declina cuando nuevas políticas a favor de los trabajadores son adoptadas”, plantea.

Señala también que en un escenario laboral con huelgas y prohibición de reemplazo por ley, la productividad laboral se acerca a cifras muy bajas. Y añade que aunque existiera la posibilidad del reemplazo, la productividad  de los trabajadores que ingresarían  es inferior a la de los trabajadores de planta fija, debido a que  muchas de las labores requieren un nivel de experiencia y conocimiento que no poseen los nuevos.

También indica que tanto la empresa como los trabajadores son “jugadores egoístas”, pues por un lado los trabajadores quieren la mayor cantidad de beneficios, mientras que la empresa buscará la mayor cantidad de utilidades.

En ese contexto, la investigación señala que durante una negociación colectiva los empleadores anticipan el costo de una restricción laboral, en este caso, el no reemplazo en huelga. “La legislación que fortalece a los trabajadores y establece un paro  más costoso para los empleadores, podría beneficiarlos. Esas serían las ventajas de estas leyes restrictivas. No obstante, nuestro modelo enfatiza que los empresarios anticipan este efecto y antes de la negociación ajustan sus niveles de inversión hacia abajo”, plantean los autores.

Mayor impacto en la construcción

La investigación, que utiliza  una base de datos de las distintas empresas canadienses en las diferentes provincias, expone cifras que evidencian que a mayores leyes laborales menor es la inversión.

Sostiene que entre el primer y el tercer año anteriores a la puesta en marcha de la política laboral que prohibía el reemplazo en huelga, la tasa de inversión era en promedio de 0,542. De 0 a 3 años luego de la aplicación de esta normativa, la cifra mostró índices menores marcando un -0,329. “Sin embargo esto disminuye aún más luego de 3 años o posterior a la promulgación de la norma laboral, alcanzando los -0,919”, manifiesta el estudio.

Finalmente el trabajo reveló que el área que más se vio afectada por los cambios laborales en Canadá fue la construcción de edificios, que representaba un cuarto de la economía nacional, lo que para los investigadores “es un resultado razonable, ya que esta forma de inversión es menos móvil o transferible que maquinaria o equipos”. Y agregan una lapidaria conclusión: “las estimaciones implican que la promulgación de una política laboral que fortalezca la mano de obra es comparable a una recesión en términos de reducir la inversión en la construcción”.

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