Producción de Chuqui cayó 36% en 4 años y mina subterránea mantendrá niveles actuales

Dic 22, 2014

La mayoría de los proyectos estructurales de Codelco solo ayudarán a continuar con los volúmenes históricos de extracción , pero iniciativas como Andina y Radomiro Tomic la elevarán. De no realizarse ninguna inversión, la estatal desaparecería.

(El Mercurio) Es un yacimiento histórico para Codelco, y el próximo año cumple 100 años de operación. Chuquicamata, la mina a rajo abierto más grande del mundo, llegó a producir casi 700 mil toneladas de cobre el año 2004, pero el panorama cambió.

En 2013 el yacimiento produjo 339 mil toneladas de cobre, mientras que en 2010 la cifra ascendía a 528 mil toneladas. La caída en los últimos cuatro años alcanzó el 36%, según datos de Cochilco.

El jueves, el directorio de Codelco aprobó una inversión por US$ 3.306 millones -la mayor de la historia de la minera-, que se sumarán a los US$ 894 millones ya ejecutados en obras tempranas y que totalizan US$ 4.200 millones en recursos. Esto, para transformar la mina a cielo abierto en un yacimiento subterráneo.

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Según informó el presidente ejecutivo Nelson Pizarro, la iniciativa extenderá la vida útil de la división en alrededor de 40 años, y una vez que entre en operaciones, en 2019, producirá 320 mil toneladas anuales de cobre y 15 mil toneladas de molibdeno al año. Es decir, la producción de cobre en régimen será cerca de un 6% inferior a la registrada el año pasado.

Hacer o desaparecer

La capitalización por US$ 4 mil millones para un período de cuatro años que realizó el Estado en Codelco es clave para la supervivencia de la estatal. Tanto, que si no se hubiese llevado a cabo, la mayor minera de cobre del mundo hubiese dejado de existir en 2038.

Los yacimientos ya son antiguos, las leyes del mineral -grado de concentración del recurso en las rocas- cada vez más bajos, y por si fuera poco, los costos cada vez más altos. En el caso de Chuquicamata, por ejemplo, los camiones tienen que recorrer un tercio más de la distancia que recorrían años antes, y, en consecuencia, se produce un tercio menos que antes. Las complejidades son de tal envergadura, que la explotación de la mina se hace viable sólo si se transforma en un yacimiento bajo tierra, comentó Pizarro al anunciar la inversión.

Según explicó ayer el presidente del directorio, Óscar Landerretche, la histórica inversión permitirá a Codelco aportar unos US$ 1.000 millones anuales adicionales al fisco a lo largo de los 40 años que se extenderán las operaciones del yacimiento. Así, durante el total de años al aporte ascendería a US$ 40 mil millones, el equivalente al presupuesto fiscal total de un ejercicio.

Codelco, además de Chuquicamata, tiene otros seis proyectos estructurales en carpeta que son claves para el futuro de la estatal. Estos son Nuevo Nivel Mina El Teniente, Rajo Inca Salvador, Ministro Hales, los dos de Andina, Traspaso y Expansión (Andina 244), y Sulfuros Radomiro Tomic Fase II.

Si bien todos son fundamentales para alcanzar el objetivo de producir dos millones de toneladas a 2025, solo las últimas dos iniciativas aportan producción adicional y, por ende, permiten a la estatal incrementar sus volúmenes, indica Gustavo Lagos, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica.

[Codelco pide congelar hasta 2015 tramitación de Andina 244]

El proyecto de Radomiro Tomic está en etapa de factibilidad, y considera una inversión total por US$ 5.372 millones, según información de la empresa. La iniciativa es necesaria, porque la producción de óxidos de ese yacimiento decaerá sustancialmente a partir de 2018, por lo que se deben explotar sulfuros. Según las estimaciones de Codelco, el proyecto entraría en operación entre 2018 y 2019.

Expansión Andina 244, si bien ha enfrentado numerosas trabas, está en etapa de factibilidad y obras tempranas, y correspondería a la mayor de las inversiones entre los proyectos estructurales de Codelco: US$ 6.808 millones. El plan consiste en aumentar la capacidad de tratamiento de la división en 150 mil toneladas por día, pasando de 94 mil toneladas a 244 mil toneladas nominales. Esto significaría que en los primeros años de operación, la mina produciría alrededor de 600 mil toneladas de cobre fino al año, más de un cuarto del total de la meta de Codelco a 2025.

Nuevo Nivel Mina El Teniente podría retrasarse más de tres años

Sobrecostos en torno a los US$ 2 mil millones significará el retraso de entre 24 y 38 meses que registra Nuevo Nivel Mina El Teniente.

Según informó ayer el presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, este proyecto presenta profundas complejidades, principalmente porque la mineralización del macizo rocoso donde se encuentra tiene un nivel de presiones internas difíciles de manejar. «El objeto es asegurarnos, controlar y minimizar riesgos, por lo que hemos ralentizado el desarrollo de la mina y hemos incrementado el nivel de fortificaciones que se requieren, lo que hace que el proyecto se retrase entre 24 y 38 meses respecto de las primeras previsiones», anunció ayer.

Apenas tomó el cargo en septiembre, el ejecutivo pidió analizar el estado de todos los proyectos estructurales y ver su viabilidad. Señaló que ninguna de las iniciativas tiene una falla fatal y que ninguno ha sido calificado como inviable. «Todos son proyectos de alta rentabilidad, aunque algunos más que otros. El proyecto más sano y más cerca de su materialización es Chuquicamata Subterráneo», afirmó.

Respecto de la continuidad operacional de Salvador, indicó que está siendo evaluada por medio del proyecto Rajo Inca que cuenta con una cantidad de toneladas de interés geológico considerable. «Si el proyecto pasa las distintas vallas, debería entrar en operaciones entre 2019 y 2020», dijo.

Sobre Andina, una de las iniciativas de mayor envergadura de la estatal, comentó que está siguiendo los pasos que impone la ley para obtener los distintos permisos ambientales. «Vamos a terminar ese proceso y luego decidiremos la forma en que vamos a implementar el proyecto», señaló. Esto, porque según ha trascendido, la minera estaría evaluando realizarlo por etapas o de forma escalonada, para no llevar a cabo toda la inversión de una vez. Esta iniciativa ha enfrentado diversas oposiciones por parte de distintos grupos, ya sea de comunidades, organizaciones ambientales e incluso de municipios por la afectación de glaciares.

Landerretche: transformación generará ajustes en el empleo

Transformar la mina a rajo abierto más grande del mundo en una subterránea es una tarea enorme. Y entre los principales desafíos figura la fuerza laboral.

Tanto el presidente del directorio, Óscar Landerretche, como el presidente ejecutivo, Nelson Pizarro, indicaron que claramente una mina bajo tierra necesita de trabajadores con un perfil diferentes al de los mineros actuales. Justamente uno de los temas que reviste mayor dificultad para Codelco son los históricos «viejos» de Chuquicamata, puesto que integran uno de los sindicatos con mayor poder en la estatal.

Una mina de las características que tendrá Chuquicamata a partir de 2019 requiere de menos operadores a los que posee actualmente, admitió Landerretche. Por eso la administración se encuentra trabajando en ver cómo avanzar en este proceso sin que Codelco pierda talento y experiencia. Por eso se buscarán formas para reconvertir y reubicar a los trabajadores con el objeto de mantener el mayor número posible en la nueva operación. «Dicho lo anterior, es inevitable que una transformación, con lo paradigmática que es, no vaya a generar ajustes sustantivos. Pero se hará a través de un proceso de diálogo con los trabajadores que ya se ha iniciado a través de mesas técnicas», dijo el presidente de la mesa.

A 2013, Chuquicamata contaba con 6.479 trabajadores propios, según datos de la memoria de ese año. La construcción de la nueva mina generará unos 24 mil empleos, desagregados en seis mil propios y 18 mil indirectos, comentaron en la estatal. Lo anterior tendrá un impacto muy positivo durante los próximos cinco años tanto en la región, como en el sector y en el mundo de los proveedores mineros, industria que se encuentra fuertemente golpeada por la paralización de varias inversiones.

Ayer en la junta extraordinaria de accionistas de Codelco que convocó a Pizarro; Landerretche; al ministro de Hacienda, Alberto Arenas; la ministra de Minería, Aurora Williams -estos últimos en representación de la Presidenta Bachelet-, se pactó el formato de reporte que va a tener la empresa con los dueños para informar sobre el estado de avance de las inversiones. Según se publicó en la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), se acordó que los contenidos del informe anual de avance del «Plan de Negocios y Desarrollo 2014-2018» (PND) tratarán el avance anual de las inversiones totales, desagregando cada uno de los proyectos estructurales y el financiamiento; se referirá al avance anual medido como la ejecución al término del año anterior; el avance medido contra la versión del PND de línea base y; por último, el avance anual de producción, costos y resultados. Así, Codelco deberá informar cualquier variación significativa en el avance físico o financiero de los proyectos estructurales, fundamentando las razones de aquellos cambios, como las consecuencias que podrían tener sobre las inversiones a ejecutar en el año.

 

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