Rusia y China aumenta su influencia como inversionistas en Latinoamérica

Jul 21, 2014

La IED de China hacia Latinoamérica representa US$10 mil millones al año. Mientras, la de Rusia es de apenas US$5 millones. La semana pasada, en el marco de la visita de ambos mandatarios a la región, se realizaron grandes compromisos de inversión.

(Reuters / Pulso) Aunque desde años dos de los grandes rivales de EEUU en la carrera por la hegemonía global, China y Rusia, han puesto sus fichas en América Latina, la reunión de los BRICS en la ciudad brasileña de Fortaleza y la posterior gira del presidente chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin por la región, lo reafirman.

“El interés es asegurar el suministro de materias primas pero también encontrar posiciones de mercado más fuertes a través de inversiones en países como Brasil, Chile, Argentina, Venezuela y Perú”, explica Alfredo Coutiño, analista de Moody’s.

China ha elevado sus inversiones y solo este fin de semana concretó la firma de acuerdos por sobre US$7.000 millones con Argentina entre los que destacó un convenio de intercambio de divisas por tres años, equivalente a US$11.000 millones y una inversión por US$2.099 millones en los ferrocarriles Belgrano Cargas del país. Según la Cepal, la IED de China en América Latina desde 2010 representa casi US$10.000 millones al año, pero iría al alza. El flujo ha desembarcado también en Venezuela, Brasil y Argentina, principalmente en el sector petrolero, con inversiones en los últimos años sobre US$50.000 millones, según cálculos de Reuters.

“China está buscando fuentes de recursos naturales para alimentar sus fábricas”, sostiene el economista de BCP Securities, Walter Molano. Sin embargo, según explica, la estrategia de los rusos es otra. “Los rusos tienen una economía distinta, ellos son más exportadores de commodities, pero están desplegando maniobras diplomáticas para decirle a EEUU que si se meten en su patio, Ucrania por ejemplo, ellos van a meterse también en su zona de influencia”. Agrega que no les importa si están pasando por una crisis o no, lo que ellos hacen, especialmente en Venezuela, es conseguir petróleo, para alimentar sus fábricas y su industria. “En el caso argentino, hay proyectos en Vaca Muerta porque ese país no ha podido atraer la inversión para desarrollar esos campos y yo creo que los chinos están dispuestos a tomar esos riesgos”, dice.

La ofensiva Rusa

Para Rusia, América Latina es una región estratégica por la posibilidad de sus reservas energéticas, muchas de ellas aún sin explorar. Así, empresas con tecnología en la exploración y extracción de estos recursos, como Gazprom, Rosneft, Lukoil, Garzprom Neft y TNK-BP, operan en varios países como Venezuela, Colombia, Brasil y Bolivia.

La inversión rusa en la región es mínima: el año pasado, de los US$95 mil millones de IED de Rusia, apenas US$5 millones fueron para Latinoamérica, es decir, menos del 0,01% de su IED.

Sin embargo, Putin se ha reunido con varios presidentes de países políticamente afines para concretar acuerdos. A fines de mayo el canciller de Venezuela, Elías Jaua, se juntó con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para consolidar la cooperación bilateral.

Rusia ha firmado con Venezuela más de 30 acuerdos desde 2009. Rosneft y PDVSA participan en cinco negocios petroleros conjuntos en el país petrolero.

Según la consultora Ecoanalítica, China y Rusia son los mayores prestamistas del país; los préstamos chinos se estiman en alrededor a US$45.000 millones, mientras los de Rusia superan los US$10.000 millones.

La semana pasada Putin viajó a La Habana, luego de que el Parlamento ruso ratificara un acuerdo bilateral por el que Moscú condonó a Cuba 90% de la deuda que tenía la isla con la extinta Unión Soviética. Ambas naciones han estrechado sus lazos desde 2005 como parte de una ofensiva diplomática de Moscú por América Latina.

Tras Cuba, el presidente ruso viajó a Argentina, donde firmó un contrato de cooperación en energía nuclear. “En la última década el volumen del comercio ruso-argentino se ha sextuplicado y alcanzó un punto firme de US$1.800 millones que nos permite considerar a Argentina uno de los principales socios económicos y comerciales de Rusia en la región de América Latina”, dijo el presidente ruso la semana pasada a la prensa de su país. “La cuarta parte del total de la energía eléctrica en Argentina es generada por turbinas fabricadas en Rusia. Aquí hay posibilidades de mejora. Vamos a prestar una atención especial a la intensificación de la cooperación tecnológica e inversionista especialmente en los sectores de energía, energía atómica y maquinaria”, agregó.

El analista de Capital Economics para mercados emergentes, Edward Glossop, cree que es probable que Rusia tenga beneficios económicos al impulsar las relaciones con la región. “Venezuela, en particular, tiene grandes reservas de petróleo tal como Rusia, de manera que explorar la posibilidad de joint ventures para compartir recursos y tecnologías tiene sentido económico”, explica. Pero también es probable, añade, que haya un motivo geopolítico, a medida que Rusia mantenga y desarrolle aliados políticos en la región, particularmente con naciones motivadas por la ideología, como Venezuela y Cuba.

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