Ricardo Calderón: «La salida de Thomas Keller es inminente. Los votos están»

May 9, 2014

El presidente de la Federación de Supervisores de Codelco plantea que la compañía tiene problemas de arrastre, y apunta a José Pablo Arellano. Cree que los nuevos ejecutivos de la estatal deben sintonizar con un espíritu de diálogo con los trabajadores.

(Pulso) El 11 de mayo próximo vence el mandato de los tres directores de Codelco que fueron nombrados por el ex presidente Piñera: Juan Luis Ossa, Andrés Tagle y Fernando Porcile. La fecha es muy importante para la estatal, pues sus reemplazantes -junto con los ejecutivos que se mantendrán en la testera- deberán tomar una decisión clave: mantener o reemplazar a Thomas Keller en la presidencia ejecutiva de la compañía.

Esta semana, el líder sindical de Codelco y director de la estatal, Raimundo Espinoza, dio su veredicto: la gestión ha sido mala y votará por un cambio en la presidencia ejecutiva. Ricardo Calderón, presidente de la Federación de Supervisores de Codelco (Fesuc, entidad que cuenta con un representante en el directorio de la empresa, rol que recae en Augusto González), coincide con ello -aunque con matices- y sostiene que la evaluación de la gestión de Thomas Keller ya se hizo y que su partida es inminente. Más aún, asegura que estarán los votos de los directores para removerlo.

“La salida de Thomas Keller ya está definida. La evaluación ya se hizo. Y sus principales problemas están en las relaciones que se generaron con un actor importante que son los trabajadores. Y lo decimos responsablemente”, explica Calderón, quien agrega que los problemas de liderazgo no partieron Keller, sino que hace ocho años cuando asumió José Pablo Arellano -presidente de Codelco en la anterior administración Bachelet-, un nombre que hoy suena fuerte para la nueva etapa pero que ellos rechazan.

En los próximos días en Codelco habrá renovación de directores, se definirá una eventual capitalización y puede haber más cambios. ¿En qué posición están los supervisores?

Nosotros estamos tremendamente preocupados por la sobrevivencia de Codelco. Esto tiene que ver con la capitalización y con la responsabilidad del dueño, que es el Estado. Esta es una empresa que le ha generado miles de millones de dólares en ganancias. Si no tenemos ahora los recursos como empresa para financiar los proyectos, Codelco va a desaparecer. Esa es la principal preocupación. Nosotros entendemos que para que el Estado invierta necesita confiar en que su inversión va a ser rentable para el país. Nosotros decimos que los hechos demuestran que desde que se nacionalizó el cobre y comenzamos los chilenos a administrar el cobre, los resultados han sido positivos. Pero somos conscientes de que eso debe ir aparejado de un mejoramiento de la gestión general de Codelco y en eso el estamento profesional sabemos que jugamos un rol muy importante.

¿Cuál es el riesgo mayor en caso de que no se capitalice a Codelco?

Codelco tiene un nivel de endeudamiento mayor al de empresas pares y eso es porque la política del Estado ha sido ‘no te presto plata, pero anda a endeudarte porque tienes buen nivel de riesgo’. Pero hoy el nivel de endeudamiento es riesgoso. No obstante, hay recursos depositados en los fondos soberanos. Esas platas surgieron fundamentalmente de Codelco. Más que la pérdida de grado de inversión, el problema es que si no tenemos capitalización y no hacemos los proyectos hay que empezar a cerrar divisiones. Radomiro Tomic llega hasta 2019 si es que el proyecto de sulfuros no tiene los recursos. Salvador se cierra en 2019 sin Rajo Inca. La pregunta es: ¿Por qué no es bueno seguir endeudándose? Analistas y especialistas dicen que es preocupante. Hay consenso en que Codelco tiene un nivel de endeudamiento ya muy alto y que requiere una política de financiamiento permanente y de largo plazo. En eso hay bastante consenso a todo nivel.

Y en ese contexto, ¿qué esperan del gobierno de la Presidenta Bachelet?

Lo que nuestro estamento espera es un cambio efectivo y que exista una política en materia minera a nivel país que le otorgue a Codelco un rol claro. Acá no sólo se necesita financiamiento, sino que además que el Estado entienda que tiene una  empresa que requiere atención. Entonces, uno plantea que se requieren definiciones claras, que hasta ahora no ha habido, sobre cómo desarrollar la política minera de este país, más allá del cobre y en ese contexto señalar qué vamos a hacer y qué rol va a jugar Codelco. Además del tema de la energía, el rol de la ENAP, etc. Y a partir de eso uno debería pensar que las autoridades y las personas que encabezan Codelco deberían sintonizar con esa mirada, ese modelo y esa política. Pronto van a asumir tres nuevos directores o directoras. Nosotros creemos que esto va a ser el inicio de un proceso de transformación dentro de Codelco, con diferentes ritmos y plazos. Es evidente que la salida de Thomas Keller es inminente, los votos en el directorio van a estar y yo creo que eso es algo que es claro y es bueno despejarlo y decirlo.

¿Qué esperan respecto de quienes reemplacen a la plana ejecutiva actual?

No podemos tener en Codelco personas que no crean que una empresa estatal pueda ser eficiente, productiva y moderna e innovadora. Necesitamos tener gente que crea que esto es posible y que además tenga una actitud de diálogo frente al mundo sindical, y eso es claro que se rompió. Pero ojo, esto es importante que se diga: la crisis de proyectos y la crisis de ruptura de relaciones con el mundo sindical comenzaron en la presidencia ejecutiva de José Pablo Arellano. Existe una continuidad que comienza con esa gestión; siguió con Diego Hernández y hoy día sigue adelante con algunos matices y rectificaciones por parte de Thomas Keller. Uno no puede decir ‘estábamos bien porque había un gobierno y ahora estamos mal porque hay otro gobierno’. Nuestra visión es que no podemos tener un pensamiento tan simplista sobre las causas de por qué Codelco está como está. El problema de los costos, por ejemplo, está relacionado con una subcontratación irracional y absolutamente excesiva, pero es un problema de hace casi una década, no sólo de los últimos cuatro años.

¿Ustedes creen que la gestión de Thomas Keller ha sido mala, como planteó Raimundo Espinoza?

La crisis de conducción que existe en Codelco se inició en la presidencia de José Pablo Arellano. Queremos ser muy claros con eso. Ahí se empiezan a romper las relaciones con el mundo sindical. Ahí empieza la política de echar a la gente más vieja por edad y se perdió el know how y el conocimiento más experto, y hoy mucha de esa gente está en empresas privadas.

Hoy día existe un consenso en el mundo sindical: tiene que haber un cambio en la conducción ejecutiva de la empresa.  La evaluación que uno hace del período Keller, que llegó con Diego Hernández, está marcada por varios ámbitos, como el cumplimiento del programa de producción, costos, excedentes, que si uno lo analiza desde el punto de vista objetivo, no se le poner una nota positiva, pero tampoco le pongo buena nota  a Arellano, para ser justos.

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