(Pulso) El 2 de enero pasado, se cumplieron siete meses de la entrada en vigencia de la nueva normativa que obliga a las empresas, que sobrepasen ciertos umbrales de ventas, a notificar a la Fiscalía Nacional Económica (FNE) respecto a fusiones o adquisiciones de las que sean parte, es decir, respecto de operaciones de concentración.
Desde su debut -en junio- las consultas al órgano fiscalizador han aumentado. Hoy son 22 las operaciones que se están analizando, de las cuales 13 corresponden a adquisiciones y el resto a fusiones entre compañías; cifra que debiera aumentar considerablemente en 2018. Así al menos lo estiman abogados en libre competencia, que prevén que los sectores líderes en esta materia sean energía, minería y telecomunicaciones.
“Los desarrollos que proyectan tener mayor dinamismo en generar operaciones de envergadura son el energético, minero, desarrollos tecnológicos y también en los mercados de consumo masivo”, explica el abogado de Guerreros y Olivos, Jaime Barahona. Subraya que esto se debe a que serían estos rubros los que generarían mayor interés de extranjeros.
Asimismo, el abogado de Aninat Schwencke y Cia, Pablo Pardo, subraya que telecomunicaciones debiera estar también entre los protagonistas. Esto debido al alza de asociaciones de empresas para postular a grandes proyectos. Según el abogado, muchas iniciativas en dicho sector admiten la postulación de dos grandes compañías bajo consorcios, afirmando que es en este rubro y el de energía donde se han visto mayores movimientos.
Pardo argumenta que existen asociaciones que tras la nueva normativa deben informar de forma obligatoria a la FNE.
Según explica el abogado especialista en fusiones de Carey, Claudio Lizana, el hecho de que teleco, minería y energía muestren mayor dinamismo respondería así a un tema de escala. “Esto se da específicamente respecto a empresas que por sus tamaños se van quedando atrás y ven en otras empresas una complementariedad que justifica fusionarse o adquirir”. A ello, se añaden motivos económicos y políticos favorables que permearían todas estas operaciones.
En ese orden, Barahona especificó que “no sólo habrán fusiones que impliquen que se elimine un competidor, sino también situaciones donde las empresas puedan llegar a acuerdos en alianzas, asociaciones que no implican salidas de actores del mercado, sino que una decisión consensuada de unirse para desarrollar un negocio o postular una concesión por ejemplo”.
Asimismo, este incremento de operaciones -estiman los especialistas- permitirá la entrada de marcas y cadenas internacionales al país en torno al consumo masivo.
Por el contrario, Pardo, especificó que el sector inmobiliario no presentaría mayores luces de futuras operaciones de concentración, aunque no descartó que en un futuro pueda producirse mayor movimiento en dicho rubro.
Relevancia del sistema
Según los expertos, este sistema obligatorio ha marcado un antes y un después en la revisión de operaciones por parte de la FNE. Esto debido a que la normativa no posee un límite de revisión en caso de ser voluntario, “lo que -señala Barahona- puede tender eventualmente a que la fiscalía se vea sobrepasada y deba alargar los procesos de investigación”. Subraya que si bien esto aún no ocurre, advirtió que esta situación podría darse si el órgano fiscalizador no se encuentra preparado para enfrentar un nivel de notificaciones mayor.