(Diario Financiero) Los ingresos de las compañías mineras tienen directa relación con el precio del cobre, pero además, la rapidez con que este indicador varía puede reportar mayores ganancias o bien pérdidas no contempladas en la planificación de las firmas.
A la fecha, varios actores de la industria han reportado ajustes en sus estados contables a raíz de la volatilidad que la cotización del metal rojo ha experimentado en los últimos meses.
En este caso las reliquidaciones han sido favorables a las empresas y se producen a raíz del diferencial entre el precio pactado al momento del embarque del metal y el precio que éste tiene cuando finalmente es recibido por el comprador.
Así, en los reportes de estas empresas al tercer trimestre, Antofagasta Minerals, por ejemplo, informó ajustes provisionales de precios que en este período y sólo por concepto de cobre, acumulan US$ 173 millones a su favor.
La cifra también es positiva para la minera estadounidense, Freeport McMoRan, que en Chile tiene el 51% de la minera El Abra y es socia de Codelco, que en el mismo lapso dio a conocer reliquidaciones provisionales por US$ 95 millones.
En el caso de Codelco, que aún no entrega su reporte a septiembre, registró ingresos adicionales por US$ 160 millones a junio, debido la diferencia entre el precio inicial y el que el metal rojo tiene al momento de llegar al comprador, que es cuando se factura.
Por lo general este lapso de tiempo bordea los 45 días y la naturaleza de este tipo de ingresos, explica el director de Plusminig, Juan Carlos Guajardo, “dependerá de lo brusco de los cambios de precios. Para que esto sea más significativo, tienen que ser cambios agudos y concentrados en períodos cortos de tiempo”, asegura.
Así, hay que considerar que durante los primeros nueve meses de este ejercicio el precio del cobre subió 18%, pasando de US$ 2,4 de comienzos de enero, a US$ 2,9 por libra a finales de septiembre.
La expectativa del mercado es que este tipo de retornos pudiera seguir creciendo en lo que resta del año, ya que al cierre de la semana pasada el precio del metal rojo estaba sobre los US$ 3,15 por libra, un crecimiento anual de 26%.
“Esto corresponde a la venta exclusiva de concentrado, con condiciones que se le suman al precio actual, más los meses que se demora en ser entregado, donde se aplica el diferencial”, comenta Miguel Ángel Durán, director de Minería de la Universidad Central, quien advierte que por la naturaleza del mecanismo, en el caso de que se viera una brusca caída del cobre, estos montos provisionales podrían desaparecer en los reportes correspondientes a este ejercicio.
La pérdida de US$ 3500 millones
A pesar de que el monto acumulado a la fecha no deja de ser importante para la industria, en 2008 ocurrió completamente lo contrario.
Y es que en esa fecha, el precio del mineral cayó drásticamente a raíz de la crisis económica, pasando de los US$ 3,93 por libra en abril a US$ 1,68 por libra en noviembre, casi un 60% menos.
Esta situación obligó a que varias empresas, dentro de las que se encontraban Escondida, Collahuasi y Los Pelambres, se vieran obligadas en su conjunto a devolver a compradores unos US$ 3.500 millones, luego de que el diferencial llegara a tal punto, que superaba los pagos provisorios recibidos por las mineras.
Situación similar ocurrió en 2013, cuando una brusca caída del mineral le significó a las empresas que operan en el país la devolución de más de US$ 400 millones.