(Pulso) A pesar de que a septiembre de este año la inversión en nuestro país completó un año registrando caídas trimestrales (y todo indica que el cuarto trimestre nuevamente habría una contracción), el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) proyectó para 2015 un leve repunte de este componente de la demanda interna, estimando un crecimiento de 1,9%.
Sin embargo, según los expertos, esta cifra prevista estaría lejos de implicar un repunte importante en la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) durante el próximo año, toda vez que el pequeño incremento respondería casi exclusivamente al impulso de la inversión pública anticipado por el Ejecutivo para el siguiente ejercicio, mientras que la inversión privada se mantendría estancada sin evidenciar un crecimiento, e incluso corriendo el riesgo de volver a estar en terreno negativo.
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Lo anterior deriva del hecho de que la inversión pública constituye del orden de un 10% del total de la inversión nacional, que actualmente representa en torno a 22 puntos del PIB, mientras que el 90% restante responde netamente a la inversión del sector privado.
Con esas cifras y considerando el aumento de la inversión pública comprometido en la Ley de Presupuestos 2015, que en inversión directa y transferencias alcanza a 27,5%, su aporte al total sería cercano a los 2 puntos de crecimiento de la FBCF esperado por el ente rector. Así, implícitamente, queda en evidencia que el avance previsto para la inversión privada sería nulo.
Pero además, si se toman las estimaciones privadas para la inversión el próximo año, las noticias son aún menos alentadoras. Por ejemplo, el último reporte del Consensus Forecasts prevé que la inversión crecerá solo un 1,5% en 2015, lo que según los economistas abriría 2 escenarios posibles: o la inversión privada seguiría en números rojos, o existen dudas respecto a la ejecución completa de la inversión pública anunciada por el gobierno. Ambos son panoramas plausibles para los expertos.
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Primer trimestre y debate por reforma
Dentro de estos escenarios, los agentes del mercado ven la posibilidad de que en enero-marzo de 2015 se materialice el séptimo trimestre consecutivo de contracción en la inversión, asumiendo que en el 4T de este año volvería a caer.
De hecho, sacando la diferencia entre el pronóstico del BC para 2014 y los tres trimestres anteriores, el instituto emisor estaría apostando por una baja de 1,5% en el período octubre-diciembre de este año.
En este sentido, una de las principales preocupaciones a juicio de los economistas tiene que ver con la discusión de la reforma laboral, la que tal como ocurrió con la tributaria podría introducir nuevos grados de incertidumbre en las expectativas empresariales.
Al respecto, Nathan Pincheira, economista de Banchile, advierte que “el riesgo de que la inversión siga cayendo en el primer trimestre está, y ahí será muy importante cómo se manejen las discusiones legislativas ad portas de la agenda laboral. Ya vimos cómo un debate no muy benigno (reforma tributaria) afectó la confianza de los empresarios y sabemos que eso tiene una correlación bastante alta con lo que respecta a crecimiento”.
En cuanto a las cifras para el próximo año, estima que la inversión crecerá sólo un 1,4%, donde a su juicio “efectivamente hay un aporte importante de lo que la inversión pública puede significar, aunque incluso sin incorporar la totalidad de ésta hacia 2015, asumiendo que los incrementos estimados en el Presupuesto no se van a ejecutar en su totalidad”.
Duda que comparte Cecilia Cifuentes, economista de Libertad y Desarrollo, quien explica que “hay mucho de este presupuesto de inversión que tiene que ver con el sector salud, que es bien complejo de ejecutar, y eso no es sólo un tema de este gobierno, sino que es un tema más de administración financiera del Estado”.
Tal como el diagnóstico anterior, sostiene que “no vemos que la inversión privada repunte, y una de las causas es la discusión de la reforma laboral, que a pesar de que a lo mejor el gobierno no mande un proyecto excesivamente negativo, en materia laboral los parlamentarios tienen iniciativa y es bien probable que la discusión laboral se vea enredada por ello. Y eso obviamente va unido a bastante incertidumbre. El ruido que vimos con la reforma tributaria este año se vería replicado en 2015 con la reforma laboral”, estimando que la inversión crecerá sólo un 1% el próximo año.
En tanto, Fernando Soto, economista de BBVA Research, insiste en que en 2015 “efectivamente la composición es que la inversión privada seguirá estando débil, en particular la construcción, que en parte será compensada por la inversión pública que será canalizada a través de inversión en infraestructura. Ahora, claramente está el escenario de riesgo de que la inversión total siga cayendo, pero nosotros vemos que se estabiliza. Ya cayó la inversión privada este año bastante fuerte y el próximo se debería estancar, o sea, dejará de caer”.