El pasado miércoles, el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la aplicación de aranceles de carácter general a la importación de productos a dicho país.
Frente a este hecho, desde el Ministerio de Hacienda salieron a explicar que «en términos generales, esta orden ejecutiva establece medidas denominadas de arancel recíproco que establece una línea base de 10% de arancel a todas las importaciones de productos hacia EE.UU.; además, se contemplan aranceles adicionales para determinados países basados en un análisis sobre el comercio bilateral; y, por último, se excluyen una serie de productos y líneas arancelarias, entre las que se encuentra el cobre».
Es así como los productos que Estados Unidos importe desde Chile tendrán que pagar el arancel mínimo base de 10% para ingresar a ese país. No obstante, «hay productos importantes de la canasta de exportaciones de Chile a ese país que quedarían excluidos de esta lista de aranceles, tales como el cobre. También se exceptúan a través de esta orden ejecutiva, los productos de madera y otros bienes que no están disponibles en Estados Unidos», recalcaron desde el Ministerio.
Pese a lo anterior, el sector minero nacional ya ha comenzado a verse afectado. Y es que este jueves la cotización del cobre en la Bolsa de Metales de Londres registró una caída del 2,6%, que, en la visión de Álvaro Merino Lacoste, director ejecutivo de Núcleo Minero, se relaciona con la incertidumbre que genera en el comportamiento de la economía mundial la aplicación generalizada de aranceles por parte del gobierno estadounidense.
“Sin duda, para Chile la aplicación de aranceles es una mala noticia, por cuanto al elevarse el costo de los bienes que se envían a ese mercado se pierde competitividad y algunos productos de nuestra canasta exportadora podrían quedar fuera del mercado norteamericano”, advierte el especialista.
No obstante, de acuerdo a la información disponible, al cierre de esta nota, “nuestro principal producto minero y de exportación del país, como es precisamente el cobre, quedaría excluido, por el momento, de este incremento arancelario, lo que por cierto es positivo para Chile”, afirma Merino.
En ese contexto, el director ejecutivo de Núcleo Minero hace un llamado “a tener cautela y esperar el desarrollo de los acontecimientos en el país del norte, es decir, cómo se implementará el nuevo programa tributario y sus alcances, particularmente en crecimiento y en materia fiscal, cuáles serán los efectos de las recientes medidas en materia comercial y aquellas destinadas a dar un impulso relevante a la demanda interna”.
Ello debido a que “una de las principales preocupaciones de la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos y un escalamiento de la llamada guerra comercial entre los dos gigantes del planeta, es el impacto que puede generar en el comportamiento de la economía mundial, lo que, por cierto, incidirá en el valor del cobre”.
Alvaro Merino hace presente que “una disminución en su cotización afecta los retornos del exterior y el financiamiento fiscal, pues por cada centavo de dólar promedio anual que disminuya el precio del cobre el país deja de percibir US$120 millones por concepto de exportaciones y el fisco US$60 millones por menores ingresos provenientes de impuestos a la minería privada y excedentes de Codelco”.
En síntesis, “la cotización del cobre va a depender, junto con los equilibrios de oferta y demanda, del comportamiento de los dos principales actores de la economía mundial, como son precisamente, Estados Unidos y China”, concluye el analista.
Efectos en el mercado global
Una visión similar posee el analista Claudio Valencia, director ejecutivo y fundador de 1st Quartile Mining, quien comenta que «dado que el cobre no fue incluido en el alza de aranceles, los impactos en el mercado y el precio serían más bien indirectos«.
En ese contexto, advierte sobre el riesgo de una desaceleración económica global: «El aumento de aranceles podría desacelerar el comercio mundial y afectar la actividad manufacturera, especialmente en China, la Unión Europea, Corea del Sur, Taiwán y otros países emergentes que fueron muy castigados. Como el cobre es altamente dependiente de la actividad industrial (especialmente en construcción, automóviles y tecnología), una desaceleración económica global podría reducir su demanda y presionar su precio a la baja«.
A ello se suma el que «las medidas proteccionistas generan incertidumbre en los mercados, lo que puede provocar caídas en las bolsas y en las materias primas. Si los inversionistas perciben mayores riesgos de recesión, podrían reducir su exposición a commodities como el cobre, afectando su precio a corto plazo«, menciona Valencia.
Junto con hacer hacer hincapié en que «China es el principal comprador de cobre y podría ver afectadas sus exportaciones si EE.UU. le impone aranceles más altos a sus productos manufacturados. Esto podría desacelerar la demanda de cobre en la industria china, lo que presionaría los precios globales».