(El Mercurio) Un estudio preliminar de la utilización efectiva de los acuerdos comerciales suscritos con Estados Unidos, Australia y China realizado por Direcon y ProChile revela que, tras casi diez años de vigencia, el 95% de las exportaciones chilenas a esos mercados está haciendo uso de los beneficios de los Tratados de Libre Comercio (TLC).
En el caso de Estados Unidos, el 98,8% de las exportaciones chilenas (US$ 9.388 millones) gozaron en 2014 de los beneficios de arancel cero que contempla el TLC. En 2015 se cumple el calendario de desgravación arancelaria total, por lo que los productos chilenos que ingresen al mercado estadounidense estarán libres de arancel aduanero, estimándose que el 99% de las exportaciones haría uso de ese beneficio.
Un porcentaje marginal (1,2%) de las exportaciones chilenas a EE.UU. (US$ 113,1 millones) ingresaron en 2014 a ese mercado sin acogerse a los beneficios del acuerdo.
Se identificaron 25 productos, entre los cuales figuran: motores para propulsión de vehículos; vinos en que se ha impedido la fermentación agregando alcohol; arándanos secos; semillas de plantas herbáceas para flores; frambuesas, moras y grosellas congeladas, sin cocer o cocidas al vapor o en agua; cajas de cambio para vehículos distintos de tractores y óxido e hidróxido de molibdeno.
Andrés Rebolledo, director de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) dice que algunas de las explicaciones de esta no utilización son: el incumplimiento de las reglas de origen exigidas por el acuerdo; el desconocimiento de las preferencias arancelarias por parte del exportador chileno o el importador norteamericano o falta de incentivos para la utilización de los beneficios.
Rebolledo agrega que puede ser que ni siquiera se trate de que no cumplan con las normas de origen, sino del eventual alto costo que represente la certificación del origen.
El TLC entre Chile y China cumplió ocho años en 2014 y, según el estudio, ha sido uno de los grandes hitos en la inserción de Chile en el mercado asiático, abriendo las puertas a una diversidad de productos chilenos. Por ejemplo, las exportaciones de cerezas frescas a ese mercado, que en 2006 sumaban US$ 78.000, en 2014 totalizaron US$ 425,3 millones, esto equivale a un 80% de las cerezas frescas que importa China.
En el caso del vino embotellado, Chile participaba con un 5% del mercado, con un arancel aplicable de 14%, y elevó esa proporción a 9% en 2014 (US$ 124,5 millones) debido a la desgravación arancelaria que contempla el tratado, convirtiéndose en el tercer mayor proveedor después de Francia y Australia.
Tras la negociación de los permisos sanitarios correspondientes, la carne de cerdo congelada (piernas, paletas y trozos) inició su ingreso al mercado chino. En 2011, el producto chileno tenía una participación del 0,6% en las importaciones chinas y hoy tiene una cuota de mercado de 8%, equivalente a US$ 24,3 millones.
Después de la entrada en vigencia del TLC, 600 nuevos productos se han incorporado a la canasta exportadora chilena. Los principales productos que ingresaron en 2014 son uvas frescas, carmenere elaborado con uvas no orgánicas, jibias, arándanos no orgánicos y bacalao de profundidad.
En 2009 comenzó a regir el TLC con Australia y, de acuerdo al estudio, los exportadores chilenos han sabido tomar ventaja de los beneficios de la desgravación arancelaria. Una diversidad de productos actualmente está en los tres primeros lugares entre los proveedores de Australia. Por ejemplo, en 2009 Chile tenía un 13% de la cuota de mercado en listones y molduras de madera, proporción que tras la desgravación arancelaria alcanzó el año pasado a 25%, con más de US$ 28,6 millones exportados. En papeles y cartones, la participación se elevó desde 1,5% del total que Australia importaba en ese rubro, a un 13%, y en frutillas congeladas, desde 1,8% a 24,5% en el mismo período.