Escasez hídrica empuja a las mineras a abandonar el uso de agua fresca

Dic 23, 2019

El agua de mar es la alternativa entre las grandes operadoras. Su consumo se duplicará en al siguiente década.

(La Segunda) A comienzo de noviembre pasado la estatal Codelco adjudicó al consorcio Marubeni – Transelec – Techint la construcción de una plata desaladora por US$1.000 millones que es clave para garantizar la operación futura de sus yacimientos Chuquicamata, Radomiro Tomic y Ministro Hales (casi la mitad de su producción anual de 1,8 millones de toneladas de cobre), pero también es relevante porque marcará una disminución significativa del uso de agua fresca en estas operaciones, que hoy se abastecen por completo de flujos superficiales y subterráneos.

Pero todo ese plan quedó en stand by el viernes, cuando la estatal anunció que cancelaba la licitación para ajustar el proyecto e iniciar un nuevo proceso de adjudicación, que retrasará, en otros dos años, la primera incursión de la estatal en materia de agua desalada.

[VEA TAMBIÉN: Quiebres tecnológicos y adecuada gestión del agua]

Pese a que el sector minero defiende que sólo representa el 3% del consumo total de agua fresca del país –unos 14 metros cúbicos por segundo (m3/seg) al año- la mayoría de sus operaciones está en zonas en que el recurso es vital para el entorno.

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