(La Tercera) Aunque el acuerdo que sellaron Corfo y SQM por el uso y explotación del Salar de Atacama aún no se materializa, Luis Eugenio Ponce Lerou (66 años) ya prepara su salida de la minera no metálica. El pacto, que fue firmado el 17 de enero pasado y que está a la espera de la toma de razón de Contraloría y de la aprobación de la Comisión Chilena de Energía Nuclear, estipula la pérdida efectiva del control de SQM por parte de Julio Ponce Lerou, el máximo accionista de la empresa.
Entre los acuerdos a que llegaron las partes y que pusieron fin a cuatro años de disputas figura, además, que ni el empresario ni familiares hasta el segundo grado de consanguinidad pueden ocupar cargos ejecutivos ni tampoco integrar la mesa directiva de la minera. Eso implicará la salida de su hermano Eugenio de la presidencia de la minera no metálica, cargo que ejerce desde mayo de 2016.
A cambio de la salida de Julio Ponce y sus familiares de la dirección y control de la empresa, Corfo elevó la cuota de producción de litio al 2030. SQM, por su lado, se comprometió a modernizar el gobierno corporativo de la minera y acordó un millonario aumento en el pago de regalías al Estado.
En la compañía calculan que tendrán los vistos buenos del acuerdo entre fines de marzo o principios de abril, a más tardar, aunque su ejecución podría sufrir un traspié, luego de que la Corte de Apelaciones de Santiago declaró admisible un recurso presentado por el Consejo de Pueblos Atacameños y otros grupos contrarios al acuerdo.
Como sea, en SQM ya están pensando en abril, cuando se produzca la renovación de directorio y se haga efectiva la salida del actual presidente. En su reemplazo, asumirá Alberto Salas, ex timonel de la CPC y de la Sonami. “Es un hombre muy conocedor de la minería, aunque la minería no metálica es mucho más compleja”, dice una alta fuente de la compañía.
Si bien el hermano menor de Julio Ponce era partidario de allanar el camino para resolver el conflicto con la estatal, tampoco quería irse de la compañía, confidencian en su entorno. “Eugenio considera que es tremendamente injusta y arbitraria la exigencia que impuso Corfo de sancionar a toda la familia, porque el conflicto es con Julio, quien ya había aceptado ceder el control”, comenta un cercano al hoy presidente.
En la firma resienten su próxima partida, porque, aseguran, “será una tremenda pérdida para la compañía. Nadie conoce mejor a SQM que Eugenio”. Mencionan que tras el acuerdo con Corfo, incluso quedó una sensación amarga en algunos inversionistas. “Hemos recibido llamados de inversionistas manifestando su total rechazo. Pero sabíamos que no había otra salida”, señala un ejecutivo ligado a la minera no metálica.
En sus más de tres décadas en Soqui, a Eugenio se le atribuye haber formado a buena parte de la primera línea de ejecutivos que hoy tiene la empresa: Ricardo Ramos, vicepresidente de Servicios Corporativos; Daniel Jiménez, vicepresidente Comercial Yodo, Litio y Químicos Industriales; Juan Carlos Barrera, vicepresidente de Operaciones Potasio Litio; Carlos Díaz, vicepresidente de Operaciones Nitratos Yodo, y el belga Frank Biot, vicepresidente Comercial Potásicos y Nitratos. “Todos ellos en algún momento fueron subordinados de Eugenio”, aseguran.
También se le adjudica otro mérito: haber sido el impulsor, a mediados de los 80, para que SQM produjera nitrato de potasio, un fertilizante premium de especialidad que hasta entonces tenían que importar, en tiempos en que el salitre dejó de tener valor comercial.
En todo caso, otra fuente vinculada a la minera desdramatiza la etapa que comenzará SQM sin Eugenio a la cabeza. “Es cierto que todos estos años ha sido un tremendo aporte, nadie lo puede desconocer, pero las compañías trascienden a sus líderes. No tengo dudas de que el futuro de SQM no está condicionado a la figura de Eugenio, porque hay un tremendo equipo de ejecutivos que conoce muy bien la empresa y continuará en ella”.
En parte del directorio se barajó la idea de dejarlo como asesor externo, no obstante, precisan integrantes de la mesa, no es algo que esté definido. Otros, de frentón, no lo ven viable.
Un buen vendedor
Eugenio Ponce -nacido en La Calera y formado en el Internado Nacional Barros Arana, en Santiago- es el trabajador más antiguo de SQM. Completa 37 años en Soquimich. Ingresó a inicios de 1981, con casi 30 años, y en este tiempo pasó por todas las áreas de la empresa, aunque su fuerte siempre fue el tema comercial. En esa área desarrolló gran parte de su carrera, siendo gerente de ventas, primero, y luego gerente comercial. También estuvo a cargo de las filiales internacionales y de todo el proceso de comercialización de fertilizantes de especialidad en los más de 100 países donde exportan.
Todo eso, hasta abril de 2016, cuando llegó al directorio. Previo a eso, renunció a la mesa directiva de las sociedades cascadas que componen la pirámide societaria con que su hermano Julio controla SQM: Pampa Calichera, Nitratos, Potasios, Oro Blanco y Norte Grande.
El propio Eugenio recordó parte de sus inicios el 7 de abril de 2017, cuando debió testificar en la Fiscalía Centro Norte por la querella que presentaron, en octubre de 2016, ex trabajadores de la empresa en contra de los hermanos Ponce, por estafa y apropiación indebida, a quienes acusan de haberse hecho del control de la minera de modo ilegítimo a fines de los años 80.
“Estudié Ingeniería Mecánica, comencé mi carrera en la construcción, trabajé seis años en construcción industrial, en Vial y Vives; posteriormente, a principios de 1981, me fui a trabajar a Soquimich, donde comencé mi carrera como gerente comercial, durante toda la década de 1980. Mi cargo básicamente era vender los productos que en esa época Soquimich producía, que eran salitre y yodo, tanto en Chile como en el extranjero”, relató Eugenio al fiscal durante una hora y 40 minutos. Y añadió. “Pasaba más tiempo afuera que en Chile”.
También detalló que llegó contratado por Patricio Contesse, ex gerente general. “Dediqué todos mis esfuerzos y juventud a tratar de cambiar el destino de Soquimich, empresa que estaba cerrando. Ya se había cerrado una planta cerca de Iquique y se pensaba cerrar María Elena, estaba listo el dictamen para cerrarla (..). Entré a Soquimich -teniendo un muy buen cargo como ingeniero en una constructora-, porque me lo pidieron. Era una empresa que estaba casi quebrada”.
Posteriormente, recordó: “Fui nombrado gerente de operaciones a fines de 1989, en la oficina de María Elena, a cargo de la producción de salitre y yodo. (…) A partir del 2000 fui nombrado vicepresidente comercial. Ahora teníamos, además de salitre y yodo, cloruro de potasio y litio”.
Eugenio admitió haber sido accionista de SQM y de Calichera. “Recibí acciones, como todo trabajador, pero no participé en ninguna negociación ni ningún convenio colectivo, ya que no era mi responsabilidad dentro de SQM”.
Hoy, aseguran en su entorno, no tiene participación alguna en la propiedad de la compañía. Su patrimonio se lo administra una corredora, dicen, a la que hace muchos años mandató con instrucciones expresas para que no comprara ninguna acción de SQM o de las sociedades cascadas. “Muchos piensan que Eugenio es socio de Julio, pero es Julio el que tiene participación y el control de SQM”, asevera una fuente ligada al grupo minero.
Su amplia trayectoria vinculada al área comercial, cuentan, le permitió potenciar una faceta que lo caracteriza hasta hoy y lo distingue de su hermano. “Eugenio es muy conciliador, él viene del área comercial, es decir, es un vendedor, y como tal siempre está buscando puntos de encuentro, a diferencia de Julio, que es más confrontacional. Tienen estilos súper distintos”, comentan quienes los conocen.
Dicen que fue él quien convenció a su hermano para dejar, en 2015, los directorios de SQM y de las cascadas. También, mencionan, a fines de ese mismo año jugó un rol clave para que Julio iniciara el proceso para vender el control de SQM, que luego fracasó.
Eugenio sigue creyendo en la inocencia de su hermano en los casos de financiamiento ilegal de la política en que estuvo envuelto SQM. El presidente de la minera, subrayan cercanos, cree que el gran responsable es Patricio Contesse González, quien fuera el gerente general de SQM por 25 años, a quien, no obstante, le reconoce haber conducido con éxito a la minera. Desde su salida de la empresa, en marzo de 2015, los hermanos Ponce y Contesse González se visitan a menudo en sus respectivos hogares.
Post SQM
El presidente de SQM, descrito como un hombre práctico, ya comenzó a ordenar sus cosas y a pensar qué hará cuando no tenga que concurrir a diario a su oficina del edificio ubicado en calle El Trovador, en Las Condes, el cuartel general de Soquimich. Cercanos aseguran que retomará un antiguo plan que postergó en mayo de 2016, cuando su hermano le pidió asumir la presidencia en reemplazo de Juan Antonio Guzmán: se jubilará. Se dedicará a su familia -tiene un hijo dentista- y a disfrutar de sus variados hobbies, cuentan. “Él tiene un patrimonio importante, inversiones financieras y participaciones minoritarias en diversas sociedades, pero no es dueño de empresas y no tiene interés en explotar una veta empresarial”, puntualizan cercanos a él.
Su gran pasión es volar. Tiene un avión ultraliviano, con el que lleva más de 10 años viajando por el norte y sur del país. Con él protagonizó un polémico episodio en septiembre del año pasado, cuando aterrizó en pleno desierto florido, despertando las críticas de autoridades y de la ciudadanía. Lo hizo junto a su grupo de amigos-empresarios autodenominado “Los Galácticos”. A él lo apodan Black, “porque en un tiempo no se despegaba de su BlackBerry”, relata un cercano.
Eugenio, además, juega golf, y quienes lo conocen mencionan que “se ha convertido en un gran ciclista”. También es fanático del tenis, deporte que practica varias veces a la semana en el Sport Francés. Tanto le gusta, que suele viajar a presenciar importantes torneos internacionales.
Por estos días, disfruta sus vacaciones en su campo, en Calafquén, en la Región de Los Ríos, que suele combinar con sus estadíasen su parcela de Aculeo, en la provincia del Maipo.