Después de tres años del accidente ocurrido en la mina San José, existen cuentas alegres porque permitió a la minería avanzar en términos de seguridad, específicamente en la labor desarrollada por el Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin.
En ese contexto, el Sernageomin comenzó hace tres años con una serie de reestructuraciones, que afectaron principalmente a la minería pequeña y artesanal. Por un lado, logró estar más presentes en las faenas mineras a través de la fiscalización. El año pasado este Servicio realizó el triple de fiscalizaciones de las que se hacían anualmente en años previos al 2010 y, para 2013, fijó una meta de 11 mil fiscalizaciones. A julio del presente año se han concretado 6.657 fiscalizaciones, un 2% más que lo planificado por dicha organización.
Otro de los aspectos favorecidos, con los cambios que debió realizar el Servicio, fue regularizar a la minería pequeña y artesanal. Ponerla en norma significó que sus métodos de explotación pasaran por la aprobación del Servicio. Esto permite que los mineros pequeños cuenten con la asesoría técnica que asegure realizar una labor segura para sus trabajadores. Con la meta de regularizar 800 nuevos proyectos este año, Sernageomin habrá logrado poner en regla a finales de 2013 casi 3 mil proyectos en los últimos 4 años. Cifra importante si se piensa que sólo en 2011 se aprobaron 760 proyectos, casi el triple que lo realizado en 2010 y en años previos, sumado a que se han visto incorporados a la minería más de 5 mil nuevos monitores de seguridad desde el 2010.
Asimismo, el Ministerio de Minería junto a la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), presentaron la aprobación de un nuevo Título XV del Reglamento de Seguridad Minera, confeccionado principalmente para regular el desempeño de la minería pequeña y artesanal. Este capítulo contempla, por primera vez, la realidad de este segmento, olvidado en el reglamento original, que no hacía distinciones entre gran y pequeña minería.
La nueva iniciativa permitirá simplificar los procedimientos para cumplir las normas de seguridad, pero sin afectar los estándares de seguridad actuales. El avance en materias de seguridad es innegable para este sector de la industria productiva más importante del país. Sin embargo, sabemos que no es tarea terminada.