En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Alianza CCM-Eleva presentó el Monitoreo de Indicadores de Género, una herramienta que mide los avances en inclusión femenina en empresas mineras.
Uno de los principales hallazgos del monitoreo es que Chile ha superado la meta establecida en la Política Nacional Minera 2050, consolidándose con un 21,8% de participación de mujeres en empresas mineras, lo que ubica a nuestro país en el segundo lugar con mayor participación de mujeres a nivel global; por debajo de Australia (22%), y por sobre referentes como Canadá (18,4%) y Estados Unidos (13,6%).
En este escenario, quisimos aterrizar en esta edición de MINERÍA CHILENA, más detalles de cómo las organizaciones de mujeres mineras perciben la actual realidad.
Desde la lupa y experiencia de Women in Mining (WIM) Chile
¿Qué evaluación realiza sobre cómo han evolucionado las oportunidades para las mujeres en la minería en los últimos años?, ¿dónde se ven cambios?
“Diversidad es lo que somos e inclusión es lo que hacemos” Esta frase resume muy bien en lo que creemos. Ha sido un difícil transitar lleno de desafíos, sin embargo, podemos decir que hoy las organizaciones han comprendido el valor de tener equipos de trabajo diversos e inclusivos, abriendo espacios para las mujeres en roles hasta hace algunos años impensados.
Nosotras mismas como organización hemos tenido un crecimiento exponencial en los últimos 12 meses pasando de las 600 a las 2100 socias a nivel nacional, con una gran participación de estudiantes y la incorporación de operadoras y mantenedoras, lo que nos hace tener mayor representatividad en la industria minera.
Hablamos de una transformación cultural desafiante, por lo que siento que vamos en la mitad del camino, con muchos logros y además otros tantos desafíos por delante. Por ejemplo, hoy en día la mayor parte de la gran minería desarrolla programas de entrenamiento anuales para convocar a las mujeres sin experiencia.
Ese es un gran cambio, porque ya no es la iniciativa aislada de una compañía. También la mayor injerencia de liderazgo femenino en cargos directivos y de toma de decisiones, que va en aumento.
¿De qué manera percibe que se ha ido visibilizando aún más la contribución de las mujeres a la industria?
Nuestra propia ONG, WIM Chile ha hecho propia la tarea de visibilizar y celebrar a través de las redes sociales y otros medios más tradicionales, los logros y el aporte que hacemos las mujeres a la industria en nuestros distintos roles.
Y ello se verifica en los ascensos de las profesionales y ejecutivas, en las becas y premios que reciben nuestras socias a nivel transversal por su contribución en distintos ámbitos, trascendiendo muchas veces el plano laboral.
También en la participación de eventos nacionales e internacionales. Fuimos invitadas especialmente a WIM Perú en octubre 2024 y hace poco volvieron nuestras representantes del PDAC 2025 en Canadá donde tuvimos la posibilidad de reunirnos con representantes de distintos países.
El broche de oro es la publicación “100 Mujeres que inspiran en minería”, que el año 2024 tuvo su tercera edición reconociendo a 100 mujeres destacadas de la industria.
La mirada y el pálpito de Woman in Action by Aprimin
¿Dónde persisten sesgos para avanzar en equidad de género?, ¿qué cambios estructurales aún se necesitan para que la industria sea más inclusiva?
Aún persisten barreras culturales que dificultan la plena equidad de género en la minería. Uno de los sesgos más arraigados es la percepción de que las mujeres con hijos tienen menor compromiso laboral o menos capacidad para asumir roles de liderazgo. Además, la escasez de referentes femeninos en cargos directivos limita el acceso a mentorías y redes de apoyo para nuevas generaciones.
Otro desafío importante es la cultura laboral predominantemente masculina en algunas organizaciones, lo que puede generar ambientes excluyentes o con mayores obstáculos para la integración femenina.
Para avanzar en una industria más inclusiva, es fundamental fortalecer políticas de igualdad salarial, fomentar licencias parentales equitativas y establecer protocolos efectivos contra el acoso laboral. También es clave realizar capacitaciones sobre sesgos inconscientes y diversidad de género en todos los niveles de la organización, además de promover modelos de trabajo flexibles que permitan una mejor conciliación entre la vida laboral y personal.
Finalmente, la creación de redes de apoyo y mentoría para mujeres en la minería es una estrategia clave para impulsar su desarrollo profesional y fortalecer su liderazgo en la industria.
Desde el prisma de la Red Ingenieras de Minas de Chile
¿Con quiénes han trabajado más de cerca de los entes del sector?, ¿qué medidas o políticas de género han ido impulsando con éstos?
RIM ha trabajado estrechamente con distintos actores del sector minero, incluyendo empresas, proveedores y gremios como CCM-Eleva para impulsar la equidad de género en la industria. A través de estas colaboraciones, se han desarrollado estrategias de mentoría, coaching y capacitación para ayudar a las mujeres a mejorar sus competencias y acceder a posiciones de liderazgo. También se han implementado programas específicos con empresas colaboradoras, como Orica, para acercar a las mujeres a oportunidades laborales en minería y visibilizar su talento en disciplinas como geología e ingeniería. Además, RIM participa activamente en la Mesa Nacional Mujer y Minería.
¿Qué iniciativas han generado mayor impacto en la integración de mujeres en la minería, considerando el desarrollo y la innovación del sector?
Entre las iniciativas que han tenido mayor impacto en la integración de mujeres en la minería destacan las metas de inclusión establecidas por las empresas, las cuales han impulsado activamente la contratación femenina y generando cambios significativos en la composición de los equipos de trabajo. Además, las capacitaciones en términos de género e inclusión han sido fundamentales para preparar a las organizaciones y sus trabajadores en la adopción de una cultura más equitativa y diversa. Programas de entrenamiento y desarrollo profesional han permitido que más mujeres adquieran habilidades técnicas clave para desempeñarse en la industria, facilitando su acceso a nuevas oportunidades laborales. También se ha visto un avance en la implementación de políticas de retención, que buscan asegurar la permanencia y crecimiento de las mujeres dentro del sector.
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