(El Mercurio) “Lo que se ha hecho es magnífico, ya que el resto de las salitreras fueron completamente arrasadas. Esperamos que se siga invirtiendo; sobre todo en Santa Laura, que fue la más afectada por los robos en la década del 90”, afirma María Moscoso, antigua habitante de Humberstone.
Tras la reunión del Comité del Patrimonio Mundial, que retiró a ambas salitreras del listado de peligro en el cual se mantenían debido al deterioro que presentaban desde que fueron nombradas como tales por la Unesco, en 2005, el Estado ha invertido más de $10 millones, incluidos recursos aportados por compañías mineras de la zona a través de la Ley de Donaciones Culturales.
[Sigue leyendo sobre este tema en la edición impresa del diario]