(El Mercurio) El año pasado, varias empresas del sector industrial chileno cerraron operaciones productivas. Madeco en sus áreas de fabricación de tubos de cobre y de piezas de aluminio, Indalum; la unidad chilena de la firma mexicana de electrodomésticos Mabe, así como una línea completa del grupo CAP. También la empresa nacional Somela cerró su producción en Chile y comenzó a importar productos desde Brasil, y Gerdau Aza cerró su línea de producción de clavos.
Todos estos hechos dan muestra de un proceso de desindustrialización, según advierte la Asociación de Industria Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), gremio que busca frenar esta tendencia.
Es por eso que en abril de este año, la entidad liderada por Gastón Lewin encargó al ex ministro de Hacienda y ex candidato presidencial Andrés Velasco, la elaboración de un plan de desarrollo productivo. El economista accedió y reservadamente comenzó a elaborar propuestas, junto al académico de la Universidad de Chile Rodrigo Wagner.
«Acepté la propuesta, porque tengo la convicción de que en Chile tenemos un serio problema de productividad, y para revertirlo se requiere ir más allá de las recetas convencionales», dice Velasco.
El ex ministro agrega que el rubro fabril es muy importante para Chile. «No hay país que se haya desarrollado sin tener una base manufacturera robusta, y eso ha estado ausente en el debate en nuestro país, pese a la importancia del sector industrial para la diversificación de las economías», señala.
Durante su época académica, Velasco trabajó este tema junto al ex ministro de Planificación de Venezuela y profesor de Economía en la Universidad de Harvard Ricardo Hausmann, y al economista y profesor en Harvard Dani Rodrick. Incluso los tres han elaborado papers en conjunto sobre los obstáculos que limitan el crecimiento en algunos países y el desafío de la diversificación.
Por estos días, Velasco afina los detalles del plan que presentará el jueves en el Foro Anual de la Industria, y que contiene más de 20 medidas.
El ex ministro adelantó las principales iniciativas a «El Mercurio», las que incluyen redefiniciones en organismos públicos y gremios empresariales.
1 En las últimas décadas, Chile ha firmado Tratados de Libre Comercio (TLC) con las mayores economías del mundo. De hecho, existen 23 que nos vinculan con 61 países, de acuerdo con datos de la Direcon. Y uno de los aspectos centrales en estos acuerdos ha sido permitir que las empresas chilenas pudieran ser proveedoras de Estados internacionales. Sin embargo, hasta ahora ello no se ha traducido en ninguna oportunidad de negocios concreta.
Velasco comenta que en los tres meses de investigación no encontraron empresas chilenas que provean a Estados en otros países.
Esto ocurriría, según el diagnóstico, porque entrar a nuevos mercados exige aprender sobre sus procesos, y además hay costos fijos de utilización, lo que podría dificultar su uso. La propuesta es que los gremios del sector industrial designen a una persona con dedicación full time a este tema, para que revise las licitaciones públicas en los principales mercados, haga un seguimiento de las oportunidades y canalice estas últimas a las empresas chilenas que quieran participar. La idea es que esta persona trabaje coordinadamente con el sector público. ProChile es el organismo que los expertos proponen para participar en el establecimiento de este «monitor de compras públicas».
2 Crear dentro de ChileCompras un área para las compras públicas innovadoras y que se garantice que un porcentaje determinado del gasto vaya solo a adquisiciones de compras innovadoras.
3 Establecer en ciertas áreas estratégicas para el país regulaciones especiales que faciliten el crecimiento de ese rubro. Un ejemplo claro se da en el área sísmica, donde Chile tiene estándares que son más altos que en otros países y eso estimula la innovación. La idea es que esto se replique en otras industrias.
4 Permitir que las empresas manufactureras pequeñas y medianas formen consorcios que les permitan negociar mejores tarifas eléctricas en categoría de clientes libres, como lo hacen hoy las empresas grandes en otros sectores, como por ejemplo la minería. Para ello, la propuesta considera que Asimet constituya una comisión de trabajo que coordine a las empresas en esta materia.
5 Revisar la institucionalidad de la Comisión Antidistorsiones para entender qué está determinando las demoras y si es posible reducirlas. Asimet ha advertido en más de una oportunidad que dicho organismo debe modernizarse y cambiar la lógica de algunos procesos. Por ejemplo, hoy todo el peso de la prueba está en los denunciantes, quienes muchas veces no pueden costear las investigaciones en casos de situaciones como dumping .
6 Para facilitar el crecimiento y profesionalización de las empresas industriales, la propuesta es aprovechar las oportunidades de la Encuesta Nacional Industrial Anual (ENIA) que elabora el INE y que cuenta con datos sobre empleo, producción y consumo de materias primas y energía, entre otras variables. El problema es que hoy pocas empresas del rubro participan en el estudio. Si tal escenario se revirtiese, las empresas podrían contar con información valiosa para enfrentar sus problemas de productividad, señala Velasco. La idea es generar incentivos para que todas las empresas respondan la encuesta, como por ejemplo, que los participantes accedan a un informe que compare su productividad con respecto a industrias similares.
7 Para abordar las trabas que enfrentan empresas familiares para crecer, se propone establecer una especie de «ventanilla público-privada», que podría operar a nivel gremial y donde existan módulos especiales para empresas del sector, donde se ofrezca ayuda para profesionalizar las firmas.
8 Cambiar el enfoque con que trabaja el Comité de Inversiones Extranjeras. Según Velasco, es necesario que dicho organismo se mueva de un «paradigma pasivo» y sea mucho más proactivo, generando realmente redes de apoyo para que un inversionista que decide instalarse en el país sepa qué trámites debe realizar y a qué entidad debe acudir. Además, el ex ministro plantea que salga a buscar a inversionistas.
9 Generar un concurso al estilo de Start-Up Chile, pero que se enfoque en sectores manufactureros.
10 Crear un programa de pasantías de los mejores alumnos de ingeniería de Chile en plantas manufactureras del alto nivel.
11 Establecer beneficios adicionales a las franquicias para estimular capacitaciones de calidad. Es decir, la empresa que capacita con un compromiso de empleabilidad futura debería recibir mayores beneficios por parte del Estado. La idea es que sea más atractivo, tanto para la empresa como para el trabajador: capacitar y capacitarse.