Los beneficios y oportunidades de participar en la OECD nos permiten contar con referentes y estándares de medición de nuestro desarrollo económico, ayudándonos a focalizar nuestros esfuerzos para ser un país desarrollado a fines de esta década.
El país está empeñado en incrementar los recursos destinados a I+D, de un 0,7% de su PIB a un 1,4% en los próximos siete años. Un gran esfuerzo, pero todavía alejado del 2% promedio que invierten los principales miembros de la OECD. Además, se está intentando revertir la proporción de los recursos destinados a I+D desde un 30% de aportes que efectúa el sector privado y 70% de aportes estatales, hasta a una combinación similar a la que tienen los países desarrollados, donde la participación privada es superior a un 70%; o aproximarnos al 60% que efectúan las empresas españolas.
En España e Italia es determinante el rol que desempeñan las medianas empresas en la economía; similar al que desempeña la minería de mediana escala en nuestro país. Esto puede ser un buen referente para aprender y mejorar en base a la experiencia y metodologías adoptadas por sus Sistemas Nacionales de Innovación en los últimos 30 años. Otro referente es la norma europea NUE166002-2006 que sugiere definiciones y mejores prácticas para el desarrollo de actividades de I+D+i de manera similar a lo que hacen las normas de calidad ISO.
La I+D+i es un esfuerzo integrador que incorpora la Investigación Industrial, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación para generar mejoras en los procesos productivos y/o llevar nuevos productos y servicios directamente al mercado. Es una actividad integral que está orientada hacia el interior y exterior de la organización, concentrada en el mercado y en la competitividad.
La norma NUE166002–2006 sugiere conductas organizacionales que involucran a toda la empresa y aporta, entre otros elementos, la definición de términos y conceptos, mejores prácticas en Innovación al interior de la empresa, establece roles, responsabilidades para los que deben desarrollar proyectos de innovación y sugiere indicadores que permiten gestionar las actividades y recursos destinados al Desarrollo Tecnológico, midiendo su impacto en la productividad y competitividad.
A su vez, la clara definición de los roles que deben desarrollar todos los actores involucrados en la consolidación de una innovación –en nuestro caso: el productor minero, los proveedores de la minería, emprendedores y los promotores del sector público– facilitan las actividades conjuntas que requieren desarrollar para agregar valor al negocio minero.
En el esfuerzo de innovación y competitividad, productores y proveedores de la minería pueden encontrar un espacio de colaboración que denominamos Soluciones Tecnológicas, donde el proveedor coopera en el desarrollo de la Innovación de Proceso que el empresario minero requiere, mientras que el productor aporta recursos y condiciones físicas, donde se pueden desarrollar innovaciones en productos y servicios que, posteriormente, se escalarán y difundirán en la industria minera.
Creemos que en este espacio de desarrollo de Soluciones Tecnológicas, donde concurren los Proveedores y los Productores con un espíritu de alianza, confianza mutua y la definición clara de sus roles y responsabilidades, estimularán y fortalecerán la innovación y competitividad de la mediana minería de nuestro país.
Ricardo Venegas es secretario ejecutivo del Programa de Minería del Departamento de Ciencia de Materiales, UTFSM.