(El Mercurio) Un fuerte incremento tendrá en el gasto público en los próximos años, producto de los mayores ingresos estructurales que tendrá el fisco con la reforma tributaria. El desembolso del Gobierno crecerá en torno a 7,7% en promedio en el período 2014-2017, alcanzando un peak de 11,6% el próximo año, de acuerdo a las estimaciones de BBVA Research.
Con ello, el tamaño del Estado, medido por el nivel del gasto público, aumentará desde 21,5% del PIB en 2013 a 24,9% del PIB en 2018. Este es el nivel más alto desde que hay series comparables, superando incluso el 2009, cuando escaló hasta 23,4% del PIB, debido al impulso fiscal con que se enfrentó la crisis económica.
«Todo en el escenario fiscal para el mediano plazo se conjuga para observar una presión alcista en las tasas de interés: Mayor crecimiento del gasto, déficits efectivos sucesivos, mayor necesidad de endeudamiento público y cierre de válvulas de financiamiento privado (FUT)», advierte un informe del banco.
Supuesto a la baja
Previo a conocerse la reforma tributaria, la situación fiscal no se veía holgada para los próximos años.
Según las estimaciones de BBVA, el PIB tendencial bajará a cerca de 4,5% en este período, desde el 4,8% actual, mientras que el precio del cobre de largo plazo también se reducirá gradualmente, llegando en torno a US$ 2,85 la libra en 2018. Actualmente está en US$ 3,04.
Dado que estos son los parámetros que determinan el gasto público de acuerdo a la regla fiscal, en la medida en que son más restrictivos, también lo es el gasto.
A ello se suma que el Gobierno se comprometió a converger a un balance fiscal estructural en 2018. Para 2014, la ley de presupuestos contempla un déficit estructural de 1% del PIB.
Con la reforma tributaria, sin embargo, este panorama cambia totalmente, al incorporar nuevos ingresos estructurales que el Gobierno puede gastar.
No obstante, el informe señala que hay riesgos a la baja en la recaudación de US$ 8.200 millones que pretende en régimen el Gobierno. Por ejemplo, destaca que con el debate se ha vuelto incierta la aprobación del aumento en el impuesto a las bebidas alcohólicas y no alcohólicas, al tiempo que considera demasiado exigente una disminución de la evasión y elusión de 0,5% del PIB.
Déficits fiscales
Si la reforma recauda menos, se proyecta que el gasto público crecerá más cerca de 7% que de 8% en el período de Gobierno.
En todo caso, el economista de BBVA Cristóbal Gamboni afirma que «si se cumple la senda de gasto que estamos proyectando, eso va a significar déficits efectivos todos los años. Eso implica que para financiarlo, habrá más endeudamiento o uso de los fondos soberanos».
Para el 2014 anticipan un déficit de 1,7% del PIB que sube a 2% del PIB en 2015. Para 2018 se reduciría a 0,7% del producto.