Verónica Navarro es gerenta de consultorías en RR.HH. y Sustentabilidad, Fundamento Minero Ltda.
En el mundo de la minería los esfuerzos de los encargados de la Gestión de Riesgos han cosechado muy buenos resultados a través de los años, logrando disminuir de manera notable la tasa de accidentabilidad que existía en el pasado y alcanzando altos estándares de seguridad.
No obstante, la vieja escuela parece haber tocando techo. Hoy por hoy, el dinamismo del mercado globalizado y los últimos acontecimientos, están aumentando las exigencias a los líderes organizacionales, obligándolos a ir más allá de los esfuerzos realizados hasta el momento y administrar eficientemente todos los tipos de riesgos que enfrentan en el devenir organizacional.
El desafío que se plantea para seguir avanzando en este sentido y aspirar a la erradicación de los grandes incidentes organizacionales está en la capacidad de integrar de manera seria, en planes y estrategias corporativas, los avances que las Ciencias Sociales han aportado en el campo del Comportamiento Humano. La Psicología Organizacional ha realizado descubrimientos que invitan a las empresas a dejar de lado el Condicionamiento Clásico que fundamentaba las primeras iniciativas conductuales aplicadas en seguridad, donde la principal causa de la accidentabilidad se enfocaba en las prácticas de los trabajadores implicados. Hoy se plantea que toda intervención debe ser capaz de considerar dentro de sus acciones el Factor Humano en su totalidad, en forma integrada, como ejecutor de conductas, como ser social y valórico, como parte de organizaciones y grupos, que tienen sus propias características e historias, y que finalmente determinan su actuar.
El Factor Humano es poseedor de una riqueza invaluable, pues su capacidad de aprender es permanente. Precisamente es esta riqueza la que nos permitirá lograr los mayores avances si aceptamos y gestionamos la posibilidad de Error que convive potencialmente con cada ser humano. La negación sistemática de esta realidad ha limitado el avance del aprendizaje organizacional, pero su aceptación y gerenciamiento podrían transformarla en una potente herramienta de gestión empresarial.
En este marco, podemos entender que el Error Humano no sólo se evidencia en la tasa de accidentabilidad de una empresa, sino que en cualquier otro evento no deseado: accidentes ambientales, paro de trabajadores, pérdida de clientes, déficit económico y demandas judiciales, entre muchos otros ejemplos que podemos observar y documentar a diario.
Para que en Chile logremos niveles de desempeño sobresalientes es necesario dar respuesta a dos interrogantes determinantes: ¿Qué es lo que sucede con los factores precursores del error, a nivel organizacional y de liderazgo (donde se producen las fallas latentes)? ¿Qué pasa con la corrección de las defensas defectuosas y el manejo de la información que nos permite detectarlas?
Ningún sistema que sólo aborde las conductas y decisiones de los trabajadores logrará tener resultados de primera línea, ya que todo trabajo es realizado dentro del contexto de procesos organizacionales, cultura organizacional y sistemas de gestión (gerenciales y administrativos); los que a su vez, pueden ser potencialmente el origen de una buena parte de las causas de problemas en el desempeño humano y de sus eventos resultantes.
Por lo tanto, controlar los precursores del error humano y corregir los defectos en las defensas que dispone la organización frente a éstos, es el desafío de la industria nacional el día de hoy.