(El Mercurio) En un año, los profesionales que cursaron un programa de outplacement o de reinserción laboral subió de 1.234 a 1.391 (12,7% de alza), considerando las cifras de cuatro compañías referentes en la industria: People & Partners, DNA Human Capital, Lee Hecht Harrison (LHH) y Mandomedio. Para Pascal Cáceres, académico del Centro de Desarrollo Gerencial de la Universidad de Chile, esta alza se explica por el actual escenario económico: «Hay una mayor cantidad de personas que están en período de transición laboral y, tanto ellos como las empresas donde trabajaban, han percibido que necesitan ayuda. Esta es una herramienta cada vez más conocida y que tiene prestigio».
El servicio a nivel ejecutivo por lo general incluye un acompañamiento personalizado para agilizar la recolocación. Desde consideraciones prácticas como el armado del currículum, técnicas para una buena entrevista, uso de redes y definición de sueldos acorde a mercado, hasta aspectos de autoconocimiento y definición del desarrollo de carrera. Muchas firmas también hacen sesiones especiales con temas de interés, como el sistema de concesiones o la reforma laboral, por ejemplo.
Las industrias que más han aportado con profesionales este último año son la minería, el sector financiero y el tecnológico. «Hay compañías tecnológicas que suprimieron líneas de su estructura. En el caso financiero estuvimos en presencia de algunas fusiones», explica Carolina Riquelme, gerenta general de LHH Chile.
Danilo Rojic, gerente general de People & Partners, agrega que se han incorporado nuevas áreas, como cadenas de hoteles, agencias de turismo y universidades.
Firmas de menor tamaño y particulares se suman a la demanda
Un cambio importante que también explicaría esta alza en la demanda por programas de outplacement , es el mayor interés que han mostrado las empresas. «Si se trata de un profesional que tiene 10 o 15 años en una firma, todo lo que esa compañía puede querer es que la persona salga y hable muy bien de ella. La organización entiende que es una marca», indica Murilo Arruda, managing director de DNA.
Además, se refuerza la imagen y credibilidad interna, disminuyen los procesos de incertidumbre en las personas que permanecen, y se da luces a quienes quedan de cómo serán tratados ellos en caso de una desvinculación, destaca Rojic.
Frente a este escenario, las pymes han comenzado a probar, agrega Arruda: «Hoy tenemos desde una empresa pequeña que factura US$ 5 millones anuales hasta otra donde la cifra es de US$ 1.000 millones anuales. Hay de todo tipo de clientes».
Otro actor nuevo son los propios profesionales que toman el servicio de forma particular. «Todavía es más alto el porcentaje de programas contratados por las empresas, pero día a día aumenta el interés de personas naturales por empoderarse con estas herramientas», dice Augusto Ovalle, gerente de Desarrollo de Carrera de Mandomedio.
En esa misma línea, el propio Ovalle destaca que el servicio ya no está destinado solo a cargos estratégicos, sino que incorpora generalmente hasta las jefaturas. «En empresas importantes, los sindicatos han negociado con la empresa para que sea incluido como un beneficio de salida para todos los empleados», agrega.
Hasta 350 UF puede costar un programa senior
Aunque ha crecido el número de profesionales que acceden a outplacement , Riquelme aclara que los presupuestos de las empresas para este tipo de programas han tendido a bajar. «Si bien aumentan los ejecutivos, puede que cambien ciertas condiciones de contratación. De pronto las empresas quieren darle el beneficio a la persona, pero en vez de que sea en el nivel senior optan por el que viene abajo», indica.
La gerenta general de LHH señala que algunas compañías están reconsiderando otros beneficios para los ejecutivos desvinculados, como la extensión por seis meses del pago de la isapre o de la cobertura del seguro complementario. «Hacen esfuerzos importantes para que su gente salga bien, sin embargo, evidentemente están apretados», reconoce. En LHH, los programas individuales van de 150 a 350 UF, mientras que en People & Partners el rango se mueve entre 150 y 300 UF.
En DNA, la opción más cara bordea las 200 UF. Según Arruda, un director ejecutivo tarda tres meses menos en promedio en encontrar una nueva posición, al contar con este tipo de programas. Considerando los indicadores de cuatro de los principales actores del negocio en Chile, el tiempo de recolocación promedio de los profesionales fue de cinco meses en 2015, cifra algo superior a los 4,6 meses de 2014.
«Este aumento en el número de meses significa que hay menos oportunidades laborales. Por eso también crecen las personas que quieren emprender», indica Rojic. Según cifras de People & Partners, el 19% de los ejecutivos que ingresaron a un programa outplacement en 2015 terminaron con un negocio propio, cifra que en 2013 solo llegó al 13%.
Para este año hay coincidencia entre distintos expertos que va a seguir al alza el número de profesionales que busquen este tipo de servicio. «Si existe una menor oferta laboral, puede crecer el tiempo de recolocación de un profesional», concluye Ovalle.