D. Hernández: en Chile existe aversión al riesgo tecnológico e innovación

Dic 10, 2013

Durante la cena de celebración por los 160 años de la carrera de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, Diego Hernández, presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals analizó el rol de la casa de estudios en el futuro del país.

El pasado sábado se celebraron los 160 años de la carrera de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile. La cena contó con las palabras y el análisis de Francisco Brieva, decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y Julián Ortíz, director del Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Chile, quienes comentaron el rol de la escuela de minas de la casa de estudios y sus desafíos.

A la cita, también asistieron Diego Hernández, presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals del Grupo Luksic, quién fue reconocido por la Universidad de Chile por su apoyo a la institución al igual que Alberto Salas, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami). En el evento, Hernández señaló dentro de su análisis que en la minería existe “aversión al riesgo tecnológico y a la innovación, producto de un largo período de precios altos”.

Asimismo, Hernández se refirió a los desafíos que hay con el capital humano especializado: “resulta importante que exista un monitoreo de la calidad y los conocimientos que se están impartiendo en carreras vinculadas con el área de la minería. Se debe incentivar la participación de las empresas mineras, como una segunda opinión, en la revisión y definición de las mallas curriculares, para ajustarlas a las necesidades de la industria. También, se requiere de la supervisión del Estado para evitar que en unos años más estemos transitando desde un déficit de profesionales mineros a un superávit como probablemente está ocurriendo en muchas otras profesiones”.

Y añadió que la formación de post-grado es también fundamental para el Desarrollo y la Innovación en Minería y la iniciativa del Centro de Excelencia junto a CSIRO y esta Universidad permitirá impulsar el mejoramiento de la cadena de valor mediante la integración de capacidades, científicas y de la ingeniería”.

En este sentido reflexionó que “hemos visto que países y regiones se especializan en algunos rubros en los que son competitivos y así abastecen a otros países de esos productos. En la minería ha pasado lo mismo, y así tenemos que en Europa ya no existen empresas mineras importantes, en Norteamérica de exportadores o autosuficientes se han transformado en importadores parciales de minerales, y en Asia requieren mucho más materias primas que lo que su capacidad de producción presente o futura podría entregar. Los países desarrollados han sido los proveedores tradicionales de Servicios e Insumos para la minería pero ahora, al tener una demanda local mucho menor, van perdiendo la competitividad y el interés por continuar en esa actividad. Se producen así vacíos que nosotros debiéramos ser capaces de llenar. Este fenómeno no solo se aplica a servicios e insumos si no que también a profesionales y mano de obra especializada”.

Y puntualizó que “este desafío es de todos y es la mejor oportunidad para capitalizar nuestra dotación de recursos: transitar desde nuestras riquezas naturales a una economía donde la importancia del conocimiento es creciente, y hacer de esto un círculo virtuoso que trascienda más allá de las regiones mineras”.

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