CPC enfrenta la elección más compleja de los últimos años

Dic 15, 2014

La definición del presidente número 22 de la Confederación ha estado marcada por una fuerte discusión sobre el mejor candidato, una redefinición sobre el rol del principal gremio empresarial del país y de qué forma la CPC incorpora nuevos referentes en sus filas. 

(El Mercurio) La Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) enfrentará en marzo próximo una de sus elecciones más complejas de los últimos años.

En diciembre de 2006 fue la última vez que la principal cúpula empresarial del país afrontó un proceso reñido, pero esta vez la encrucijada es mucho mayor que lo ocurrido hace ocho años. En esa oportunidad, Alfredo Ovalle, representante de la minería, se enfrentó a Carlos Eugenio Jorquiera, del comercio, y hubo presentaciones en cada una de las ramas con los programas de los candidatos para liderar la CPC. Solo un voto de diferencia elevó a Ovalle como timonel de los empresarios por dos años, dejando relegada la opción del comercio de encabezar por primera vez la CPC.

Los sucesores de Ovalle -Rafael Guilisasti, Lorenzo Constans y Andrés Santa Cruz-, fueron candidatos de consenso y las elecciones avanzaron sin mayores diferencias al interior del empresariado.

Sin embargo, los comicios de marzo próximo se prevén complejos, pues la antesala de este proceso ha estado marcada por una fuerte discusión sobre el mejor candidato, una redefinición sobre el rol del principal gremio empresarial del país y de qué forma la CPC incorpora nuevos referentes en sus filas.

Es por eso que la elección del presidente número 22 de la Confederación ha generado una verdadera catarsis en el mundo privado.

Al análisis que ha realizado cada una de las seis ramas que integran la CPC -luego de la petición realizada por el propio Santa Cruz en septiembre pasado, en orden a fijar una hoja de ruta para la entidad en los próximos años-, y que se traducirá en una serie de reuniones, que partieron este jueves, para analizar el tema, se han sumado conversaciones en distintas esferas empresariales, las que han aumentado en las últimas semanas y han ido más allá de las mesas directivas de los gremios.

Esto ha generado que al nombre del presidente de Sonami, Alberto Salas, que hasta hace un mes corría con ventaja para liderar a los empresarios a partir de marzo -y que cuenta con un fuerte apoyo en la minería y la industria-, se agreguen otros, como el del ex canciller Alfredo Moreno. O incluso, reactivar las negociaciones para modificar los estatutos y que Santa Cruz siga dos años más a la cabeza de los empresarios. Estas son las tres opciones que hoy más mencionan los empresarios. Sin embargo, también han sonado otras alternativas, como Francisco Silva, presidente de Banco Security, y el ex presidente de la CPC y de AFP Habitat, José Antonio Guzmán.

El primero, sin embargo, optaría por liderar la banca a partir de abril del próximo año y Guzmán descartó la opción al ser consultado por dirigentes de la construcción en el encuentro que a inicios de noviembre sostuvo la Cámara Chilena de la construcción (CChC) en La Serena.

Lo que se busca del nuevo líder empresarial

Varios empresarios coinciden en que el próximo líder de los empresarios debe conocer la dinámica de la CPC, tener experiencia gremial, una buena relación con la Presidenta Michelle Bachelet y estar al tanto de las reformas que marcarán el debate en 2015. Pero además, debe tener un carácter fuerte, un alto conocimiento de políticas públicas, generar confianza en el mundo privado y el Gobierno, tener fuertes habilidades políticas y ser respetado a nivel empresarial para poder generar los cambios que los gremios necesitan para insertarse en el nuevo contexto social que enfrenta el país. En definitiva, proyectar una imagen distinta y más inclusiva del empresariado chileno.

Esto último es uno de los temas que más le pesa hoy al mundo privado: que la CPC sea percibida por un gran porcentaje de la sociedad como una entidad que defiende solo los intereses de grandes empresas. Es por eso que muchos realizan hoy un mea culpa respecto de la baja presencia de la CPC y sus ramas en el área de los emprendimientos, lo que en la práctica allanó el camino para la irrupción de nuevos gremios como, por ejemplo, la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), que dirige Juan Pablo Swett.

Otros agregan que es necesario que los gremios se acerquen más al trabajo práctico de las empresas. Consideran que las cúpulas empresariales muchas veces defienden los intereses del mundo privado desde el «pensar», pero que es necesario que se acerquen al «hacer» de los empresarios.

¿Y cómo se percibe el trabajo de Andrés Santa Cruz? Por un lado, valoran el trabajo realizado y reconocen que trató de modernizar los gremios y realizar un análisis reflexivo desde que llegó al cargo, en marzo de 2013.

Por otro, lamentan que «se lo haya comido la máquina» de las reformas que el actual Gobierno ha tratado de implementar, lo que le impidió dar forma a la iniciativa con la que llegó a liderar la CPC.

A esto se sumó el daño que generaron al empresariado el caso Cascada o la sentencia de colusión en el mercado de los pollos, hechos que levantaron una serie de cuestionamientos hacia el sector empresarial.

Es por eso que antes de que termine su período, Andrés Santa Cruz retomó su iniciativa y solicitó a las ramas realizar un trabajo interno, con el objetivo de definir una carta gantt para la CPC, proceso de análisis que comenzó este jueves y que seguirá el próximo martes.

LA DISCUSIÓN se está dando en distintas esferas empresariales, yendo más allá de las directivas de los gremios.

 Alberto Salas, cercano a las pequeñas y grandes empresas, y también a la Presidenta Michelle Bachelet

Hijo de un ingeniero civil en minas y de una profesora normalista, que se conocieron en el pueblo minero de Paipote, Alberto Salas siempre estuvo ligado a la pequeña y mediana minería. Estudió la misma carrera de su padre, en la Universidad de Chile, y realizó diversos emprendimientos en pequeña y mediana minería en la Región de Coquimbo.

Su suegro, Luis Gordo, era el mandamás de Eulogio Gordo y Compañía, una gran empresa constructora y proveedora de minería y fue muy activo en la Sonami. Alberto Salas estuvo a cargo de los negocios mineros de esta firma en los años 80 y 90, además de tener emprendimientos propios, siempre en minería.

Hoy, Alberto Salas es director de empresas, de la estatal Enami; de la Minera Valle Central, que procesa los relaves de El Teniente; de Quebrada Blanca -en representación de Enami- y en Amerigo Resources, una compañía minera junior de Canadá que es dueña de Valle Central.

Salas es muy conocido en el mundo minero, donde cuenta con el respaldo de ejecutivos clave, como Diego Hernández, CEO de Antofagasta Plc, así como del presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, quien ha dicho de él: «Alberto Salas tiene todas las condiciones para ser un estupendo presidente de la CPC y desde luego que cuenta con todo mi apoyo».

En la misma CPC, su nombre ha sido promovido por Rafael Guilisasti, ex presidente de la multigremial y representante de la Sofofa.

Sin embargo, algunos dirigentes consideran que Alberto Salas no cumple con el perfil para asumir los desafíos que enfrenta la CPC. Profesionales de la minería estiman que tras cierta oposición a Salas hay una dosis de «clasismo». «Alberto no es un empresario grande, sino que partió de cero y no tiene facha ni porte de «patrón», lo que a muchos molesta», comenta un cercano al presidente de Sonami.

Pero otros ven en esta imagen una fortaleza. «Puede renovar la imagen de la CPC, porque está más vinculado a los pequeños y medianos mineros, ha sido emprendedor y tiene muy buenas relaciones con las grandes empresas del sector», comenta un ejecutivo de una multinacional.

Otro de sus puntos fuertes es que conoce a la Presidenta Bachelet desde su anterior mandato y su relación con ella es buena, particularmente por la sencillez de Alberto Salas y su estilo más «campechano». «Tiene mucha más sintonía con la Presidenta Bachelet que la que tiene Andrés Santa Cruz (actual presidente de la CPC)», ejemplifica uno de sus amigos. Y conoce los pasillos de la multigremial como pocos. «Ha sido parte del comité ejecutivo y de otras instancias por lo menos unos 15 años», señala un cercano.

La caja de Pandora que abren los comicios de marzo

Una verdadera caja Pandora abrirá la elección que se realizará en marzo del próximo año, ya que no solo saldrá a relucir qué gremios, por alternancia, tienen más posibilidades de presidir la CPC, sino que también en qué áreas es necesario que la cúpula empresarial se fortalezca.

El campo de acción de la CPC

Uno de los debates soterrados que siempre ha existido a nivel empresarial y que últimamente ha adquirido fuerza es el campo de acción de la CPC.

La CPC es el organismo gremial cupular del empresariado chileno. Fue fundada en 1935 y reúne a la Sociedad Nacional de la Minería (Sonami), la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) y la Cámara Nacional de Comercio (CNC).

En la discusión sobre el rol de la CPC, la Sofofa -como el gremio más transversal y el más amplio de las seis ramas-, históricamente ha estado en la vereda de apoyar un rol coordinador de la CPC.

Sin embargo, una serie de empresarios que no son presidentes de ramas, pero que sí son asociados a las distintas ramas, incluso a la Sofofa, consideran que la CPC debe, en el contexto actual, empoderarse. Incluso algunos consejeros gremiales apoyan la idea de fortalecer la estructura de la CPC, ampliando sus equipos y dotando a la entidad de un mayor presupuesto. La CPC se financia a través de las cuotas mensuales que pagan sus seis ramas, pero la presidencia es un cargo ad honorem , lo que en la práctica obliga a que quien asuma esa función tenga suficiente patrimonio personal para poder dedicarse por dos años casi full time a este trabajo no remunerado.

Quienes abogan por fortalecer la entidad consideran que la seguidilla de reformas que afectarán a todos los sectores y que está impulsando el actual Gobierno -como la tributaria y la laboral-, demandan una Confederación más potente, principalmente en el área de estudios.

Hasta 2002, la CPC tenía un staff compuesto por asesores permanentes y full time en áreas como, por ejemplo, educación y temas tributarios. Además, tenía comisiones estables en diez áreas. Sin embargo, Felipe Lamarca, mientras era presidente de Sofofa, comenzó a instalar la idea de potenciar el rol de las ramas, acotando la acción de la CPC a la de coordinadora. Los ajustes comenzaron a materializarse cuando Juan Claro, también de Sofofa, asumió la presidencia de la CPC, y continuaron hasta la presidencia de Rafael Guilisasti, quien también llegó a la CPC desde la Sofofa.

Hoy la principal cúpula empresarial del país tiene un equipo reducido integrado por un gerente general, una gerenta de comunicaciones, un asesor laboral y dos secretarias. A ellos se suman una economista part time y el economista Claudio Seebach, cuyo contrato finaliza el 31 de este mes con la CPC. A nivel de comisiones permanentes las únicas que tienen este carácter son la laboral, política económica y desarrollo sustentable.

Quienes están a favor de una «CPC 2.0», como algunos la denominan, argumentan que el nuevo contexto social demanda una Confederación «robustecida» a nivel de su estructura y con un presidente fuerte, que tenga la capacidad de convocar al empresariado a una modernización de su dirigencia.

La Confederación de Organizaciones Empresariales (CEOE) es una de las organizaciones empresariales más representativas de Europa y un gremio cuya operativa muchos empresarios chilenos hoy está mirando, principalmente quienes buscan empoderar más a la CPC.

La CEOE integra a 1.200.000 empresas españolas, que pertenecen a distintos sectores. Tras sus filas hay firmas nacionales, multinacionales, empresarios autónomos, pymes, jóvenes y mujeres empresarias.

La carta del comercio

La CNC nunca ha liderado la CPC y la única vez que estuvo más cerca de dicho cargo fue en 2006 con Jorquiera.

Actualmente, varios dirigentes del comercio nuevamente está mirando la presidencia de la CPC. De hecho, el ex líder de la CNC y actual tesorero de la entidad, Pedro Corona, sostiene que hay una serie de consejeros de la Cámara que están postulando la opción de Alfredo Moreno para liderar al empresariado y que así lo han hecho saber en reuniones privadas.

Corona argumenta que el ex canciller tiene el carácter necesario y un conocimiento acabado sobre políticas públicas, lo que lo perfila como «buen candidato» para suceder a Santa Cruz.

Descartan que el conflicto Penta y la arista política del caso FUT sea un elemento en contra del ex canciller. Otro apoyo a Moreno ha venido del titular de la ABIF, Jorge Awad, quien públicamente ha calificado al ex ministro como un «candidato para un 7».

Las seis reformas bajo la lupa

Si bien se están discutiendo una serie de cambios legislativos, serán la reforma tributaria, la laboral, la que modifica el Código de Aguas, la educacional y la constitucional, más el nuevo Sernac, las materias que centrarán la preocupación del próximo presidente de la CPC.

Estos son los seis temas transversales a todos los sectores económicos y donde la CPC deberá ser un actor relevante en el debate público.

Si bien la reforma tributaria ya es ley, los cambios están en plena implementación y este proceso ha sido complejo, por lo que las empresas deberán advertir respecto de las dificultades que se van detectando. A juicio de los consejeros de Sofofa Alfonso Swett Opazo y Cirilo Córdova, la batería de reformas que se avecinan para 2015 pone de relieve la necesidad de contar con un presidente de la CPC que tenga experiencia en puestos gremiales, pero que además tenga habilidades políticas.

Córdova agrega la importancia de tener dominio de las reformas en discusión. A juicio de Swett Opazo, el nuevo presidente de la CPC debe ser «lo más parecido posible a Andrés Santa Cruz». Y cree que el actual timonel debería seguir en el cargo.

LA PRESIDENCIA de la Confederación dura dos años y no existe hoy la posibilidad de reelección.

Alfredo Moreno, el ex canciller con profundos lazos empresariales

Es la figura que enarbola el comercio, pero su respaldo es transversal. El nombre de Alfredo Moreno irrumpió en la esfera pública en la última Enade, pero cercanos al empresario dicen que la posibilidad de su candidatura a la CPC viene incubándose desde hace meses y su nombre era promovido sotto voce en distintos círculos.

Moreno es una figura de amplias redes, que destaca por su capacidad analítica y conocimiento del mundo público y privado, experiencia adquirida en foros tan diversos como Icare, la Fundación Teletón y el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Egresó del Colegio San Ignacio de El Bosque con el premio al mejor ignaciano. De ingeniería civil industrial en la UC se tituló con distinción máxima y del MBA que cursó en la Universidad de Chicago se graduó con honores. Sus promotores resaltan su profundo conocimiento del empresariado y sus amplios contactos. Estudiando en Chicago compartió con Francisco Pérez Mackenna, hoy presidente de Quiñenco. A Juan Bilbao, de Consorcio, lo conoció en el San Ignacio. En los años 80 trabajó en el grupo Cruzat. Después entró al Banco de Chile, y cuando este se vendió al grupo Luksic, en el 2001, partió a Dersa, de la familia Del Río, donde se convirtió en la mano derecha de José Luis del Río. Tuvo un rol clave en la fusión de Sodimac, filial de Dersa, con Falabella, en 2003. Participó igualmente en el fracasado intento de fusionar Falabella con D&S.

Si bien Moreno no ha sido contactado formalmente por ningún gremio, varios dirigentes resaltan que como canciller «Moreno hizo un excelente trabajo, estrechó relaciones con los países claves para Chile y potenció la Alianza del Pacífico».

En ciertos círculos ven como una debilidad su paso por el gobierno de Sebastián Piñera. Pero como la Cancillería es una cartera donde predomina una política de Estado que trasciende gobiernos, para otros ese escollo no es tal. Otro punto delicado es su actual vinculación con el grupo Penta, ligado a Carlos Alberto Délano y a Carlos Eugenio Lavín. Penta convocó a Moreno en julio de 2014, cuando ya el SII había iniciado la investigación sobre el fraude al FUT y financiamiento irregular de campañas políticas. Conocedores del caso señalan que el ex canciller llegó para mejorar la imagen del grupo, a ser «parte de la solución», y no se relaciona con las prácticas cuestionadas. Otros alertan que este rol abre un flanco de exposición en caso de llegar a la CPC.

Las extensas redes de Santa Cruz y su evaluación en la CPC

Hijo de Andrés Santa Cruz, uno de los «cardenales» de la Democracia Cristiana, y hermano de Juan José Santa Cruz, quien fuera generalísimo de la campaña presidencial de Andrés Velasco, el actual presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz López, ha tejido sus vínculos tanto por la historia de su familia, como por sus negocios y el trabajo previo como dirigente empresarial.

Santa Cruz estudió ingeniería comercial en la Universidad Católica y, aunque no tiene militancia política, se declara, cuentan cercanos, como de centroderecha.

El nombre de Santa Cruz López como opción para liderar la CPC surgió a fines de febrero de 2013, luego que la multigremial oficializara el hecho de que Andrés Concha no asumiría la presidencia para concentrarse en la dura lucha del cáncer que lo afectaba. Quien lideró el proceso de instalar a Santa Cruz en la palestra fue Rafael Guilisasti.

El actual líder de la CPC también tiene buena llegada en otros consejeros de Sofofa, como Fernán Gazmuri, Felipe Lamarca, Juan Claro y Gonzalo García, con quienes Santa Cruz cena con frecuencia.

Su vasta experiencia gremial fue la principal razón que pesó para que Santa Cruz liderara la CPC. Un hito que se recuerda de su gestión a la cabeza de la agricultura -entre 2000 y 2005- es el haber saneado financieramente a la SNA.

Santa Cruz viaja prácticamente todas las semanas a la VII Región, a Cumpeo, donde está su campo, Peñaflor Viejo, y donde es vecino del ex canciller Alfredo Moreno.

Es director de la Bolsa de Productos y de empresas Tattersall y presidente del directorio de la Escuela de Molina.

Dentro de sus amigos más cercanos figuran el abogado Fernando Barros, el ex ministro de Hacienda Felipe Larraín y el ex titular de Agricultura Jaime Campos.

Los pros y contras de su gestión

A nivel empresarial hay una buena evaluación de la gestión de Santa Cruz, por lo que varios siguen pensando en su permanencia en la CPC. Esto, a pesar de que en octubre pasado los presidentes de ramas rechazaron la idea de modificar los estatutos, condición necesaria para que pudiera ser reelecto.

Uno de los aspectos positivos que destacan es su estilo llano y directo, con lo que ha logrado buenas relaciones con varios actores, como con la Presidenta Michelle Bachelet, con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, e incluso con la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.

En el lado de los contras, algunos advierten que Santa Cruz debió haber sido más duro en sus cuestionamientos a la reforma tributaria, pues señalan que en el inicio de esta discusión no había 100% de claridad respecto de los puntos que rechazaba el empresariado y las propuestas concretas del mundo privado. Algunos empresarios también valoran que haya liderado la idea de modernizar la CPC y la forma con que ha condenado los abusos empresariales. De hecho, este último tema fue central en sus últimos dos discursos en Enade.

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