(Pulso) La puesta en marcha de los proyectos de litio Mt Marion y Mt Cattlin en Australia durante el año pasado, hicieron que Chile perdiera el primer lugar como productor mundial de este mineral.
Así lo arrojaron cifras del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que mostraron que en 2017 la producción de litio contenido del país alcanzó 14.100 toneladas, versus las 18.700 toneladas reportadas por el país oceánico. Lo anterior, implicó que la participación de mercado de Chile pasara desde 37,6% en 2016 a 32,8% en 2017; y la de Australia, desde 36,8% a 43,5% en el mismo período.
Si bien, en su reporte “Mercado Internacional del litio y su potencial en Chile”, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) alertó de esta posibilidad, señaló que la pérdida del liderazgo podría generarse en 2017 o 2018.
En dicho informe, Cochilco -que no cuenta con cifras de 2017 para otros mercados- dice que Chile tiene ventajas significativas para la explotación de litio, ya que posee la mayor proporción de reservas mundiales con el 52% del total, a lo que se suma la competitividad del salar de Atacama debido a las altas concentraciones de litio, bajo nivel de impurezas y explotación de subproductos como el potasio.
¿por qué? “Uno de los principales factores que ha impactado en el liderazgo de nuestro país es que nos hemos enfrascado en una discusión ideológica, lo que ha impedido que opere con normalidad el mercado. Mientras en 2017 Australia aumentó 33% su producción, Chile avanzó 4,3%, lo que significó pasar del primer al segundo productor a nivel mundial”, señaló el subsecretario de Minería, Pablo Terrazas.
El vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, en tanto, añadió que “hemos reaccionado algo lento a la nueva demanda, lo que incentivó a otros países a apurar su inversión, incluso teniendo desventajas en términos de costos. Ahora esperamos que esa situación se logre revertir con los nuevos acuerdos sobre producción y la llegada de nuevas inversiones”.
En ese sentido, Terrazas mencionó que la demanda de litio creció en dos dígitos durante 2017, principalmente por la elaboración de baterías, mientras que la oferta no ha crecido a igual ritmo.
“Eso supone una oportunidad para Chile, que tiene características únicas para la explotación, y es la intensión de este gobierno generar todas las condiciones para volver a tener el liderazgo”, comentó.
Asimismo, puntualizó que la expansión de contratos con Albemarle y SQM, impulsados por Corfo en el salar de Atacama, “aportarán a que Chile se vuelva a posicionar como país líder en la producción de litio”.
Mientras que Hernández añadió que gracias a los mencionados contratos, Chile podría recuperar su liderazgo en 2021, año en el que podría alcanzar una producción de 147.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE).
“Si Chile logra alcanzar esos niveles de producción en el año 2121, claramente recuperaríamos el liderazgo en producción, pero lo importante aparte de eso es hacer una explotación eficiente que, además de liderazgo en producción, nos permita tener el liderazgo en costos y en tecnología sustentable, tanto en la relación con las comunidades como con el impacto en los salares”, aseveró.
En ese sentido, el ex vicepresidente de Corfo, que en la última semana estuvo en el ojo del huracán por el retorno de Julio Ponce y su hermano como asesor externo de SQM, apuntó que uno de los atributos que posee Australia tiene que ver con que produce hidróxido de litio, lo que le ha permitido contar con inversiones importantes. Asimismo, enfatiza que de no haberse firmado los contratos con SQM, la producción de la empresa se habría ido a cero.
“Habríamos seguido perdiendo participación en el mercado del litio. Por eso era fundamental avanzar en el proceso de conciliación y Corfo lo hizo estableciendo consideraciones en los que el Estado participa de los beneficios”, indicó.
“El haber firmado el acuerdo, implica que el estado chileno va a recibir US$ 8 mil millones adicionales entre 2018 y 2030 por impuestos, regalías y beneficios a las comunidades”, dijo, añadiendo que “Chile tiene un potencial al 2035 de tener una industria de unos US$ 10 mil millones con una combinación de carbonato e hidróxido de litio más producto de valor agregado como litio metálico y cátodos de litio”.