En los últimos años, hemos sido testigo de cómo la revolución tecnológica 4.0 se ha consolidado en la industria minera, con la inteligencia artificial (IA) como uno de sus pilares fundamentales. Esta tecnología ha madurado significativamente, posicionándose en diversas áreas operativas y transformando la forma en que se abordan los desafíos mineros.
Aunque la IA y la innovación suelen asociarse principalmente con aspectos técnicos, su impacto se extiende mucho más allá, abarcando habilitadores estratégicos de la operación como la seguridad, la planificación minera, el abastecimiento, la gestión de personas y proyectos, entre otros.
Hoy áreas que tradicionalmente han visto este tipo de tecnologías con cierta distancia están comenzando a reconocer su potencial para mejorar la eficiencia operacional.
La creación de nuevas herramientas basadas en IA ha permitido a las empresas mineras mejorar la eficiencia y efectividad en sus procesos. Casos como la automatización de plan minero para Dump Leach, detección de anomalías en hidrociclones, detección de cortocircuitos en EW, clasificación y trazabilidad de cátodos en EW, protección industrial en concentraducto y detección de sobretamaños, son sólo algunos de los desafíos que ha planteado la industria este año, en donde la IA ha sido parte de la solución en cada uno de ellos.
Además, se ha visto un aporte e impacto en la prevención de accidentes y la mejora en la seguridad laboral gracias a la capacidad de esta tecnología para identificar riesgos potenciales, que han permitido la toma de medidas preventivas.
En esta misma línea, la Inteligencia Artificial ha logrado aumentar la eficiencia operativa en los procesos mineros, gracias a su avanzada capacidad analítica que apoya en la toma de decisiones. Esta tecnología permite a las empresas mineras dar un mejor uso a los datos, anticiparse a problemas y optimizar los recursos, lo que resulta en operaciones más productivas y sostenibles.
En este sentido, el uso de la IA ha sido una herramienta fundamental para hacer frente a la disminución de la ley de mineral y el aumento de los costos de operación, ya que utilizando los datos históricos disponibles se han podido crear modelos que permiten optimizar la extracción de mineral, a través de una mejor planificación minera.
Aun considerando todos los beneficios que entrega la IA a la industria minera, es importante no olvidar algunos riesgos asociados a su implementación. La seguridad de los datos e infraestructura digital se vuelve un componente crucial debido a un aumento en el uso de sistemas analíticos y automatizados.
A su vez, la integración de herramientas con IA puede generar desafíos a nivel organizacional, requiriendo mayor capacitación y adaptación del personal a estas nuevas tecnologías. Es por eso que es importante que las empresas que adopten estas tecnologías tengan estrategias concretas en temas de ciberseguridad, programas de capacitación y planes de contingencia para asegurar la transición hacia una operación más eficiente.
De acuerdo a diversos centros de investigación como GlobalData y Grand View Research, se espera que la inteligencia artificial en la minería continúe creciendo a una tasa promedio anual superior al 35% de aquí al 2030.
Este crecimiento refleja no sólo la aceptación generalizada de la IA, sino también su importancia estratégica para el futuro de la industria.
Podemos decir que la inteligencia artificial está redefiniendo la minería, impulsando una nueva era de eficiencia, seguridad y sostenibilidad. Conforme la tecnología continúa evolucionando, probablemente veamos más innovaciones que refuercen el papel de la IA como componente esencial en la minería moderna.