Se desata el arbitraje entre la Corfo y Albemarle

Dic 26, 2018

El conflicto es abordado por la fiscal de la estatal, María Elina Cruz.

(El Mercurio) La industria del litio otra vez bajo fuego cruzado. Si el año pasado la tensión se centró en la compleja negociación entre la Corfo, liderada entonces por Eduardo Bitran, y SQM, por el contrato en el Salar de Atacama, ahora el conflicto se traslada a Albemarle, la competidora de SQM en el Salar, y con la que el mismo Bitran había firmado un millonario contrato, hasta 2045, que aumentaba las rentas que percibía el fisco. Además, obligaba a la compañía a vender hasta el 25% de su producción a un precio preferente para industrializar el litio en Chile, cláusula que desató la controversia.

Ante la Corte Internacional de Comercio en París, Corfo presenta su intención de demandar por lo que estima un incumplimiento del contrato y fijar una fórmula para calcular el precio preferente. La estadounidense dice, en cambio, que Corfo está desconociendo lo acordado.

María Elina Cruz, fiscal de la Corfo: «No queríamos llegar a un arbitraje, pero Albemarle nos acorraló y no nos dejaron otra opción»

María Elina Cruz cambió el mundo privado del derecho por el cargo de fiscal de la Corfo a fines de mayo. Desde que llegó, cuenta, inició una intensa búsqueda para contactarse con Albemarle, la empresa de litio con la que la estatal había firmado un millonario contrato en enero de 2017 que permitía, entre otras cosas, echar a andar la industria de valor agregado del litio, y que ya tenía a tres consorcios internacionales esperando para producir. Lo que faltaba era que Albemarle diera una fórmula para fijar el precio preferente a venderles.

Pasaron dos meses, y no tenía contraparte. Hasta que tomó el teléfono y llamó directamente al CEO de la empresa, Luke Kissam, a Estados Unidos. Solo logró hablar con una asistente ejecutiva. «Le informé que la empresa estaba en incumplimiento con el Estado de Chile, y que por favor alguien me llamara de vuelta. La respuesta que llegó después fue que había un nuevo presidente del litio y por eso no me habían contestado en tanto tiempo, y ahí aparece Eric Norris, y la country manager Ellen Lenny-Pessagno. A mí ella me dio mucha esperanza, porque en la única oportunidad que tuvimos para hablar se veía muy dispuesta a negociar, tenía un tono diferente. Por lo mismo, creo yo, fue la única reunión en que participó y nunca más fue copiada en un e-mail , ni en ninguna de las reuniones. Para estos efectos, ella no pesaba nada frente a nosotros».

Las palabras de Cruz se hacen públicas luego de que Corfo envíe una solicitud de arbitraje a la Corte Internacional de Arbitrajes de la Cámara de Comercio Internacional en París, exigiendo que Albemarle cumpla con lo establecido en el contrato. «No queríamos llegar a un arbitraje, pero Albemarle nos acorraló y no nos dejaron otra opción».

Según relata la fiscal de Corfo, recién en agosto lograron sentarse a conversar con la empresa. Su contraparte fue el abogado en Estados Unidos de la empresa, Terry Hammons, el mismo Eric Norris y el abogado en Chile, Ignacio Mehech.

«El primer argumento de Albemarle para mostrarse dispuesto a negociar es que ‘hay espacio para negociar, siempre que no afecte las ganancias que tenemos ahora’. Pero obviamente las va a afectar, porque este precio preferente llega hasta el 25% de su producción. Ellos ponen sus ganancias por sobre el cumplimiento de un contrato. Está muy bien buscar las utilidades como empresa privada, pero es una empresa que no está cumpliendo lo que firmó. Aquí nadie los obligó a firmar nada», dice Cruz.

-¿Nunca llegaron a un punto en el que ellos ofrecían un precio y ustedes daban otros, como para consensuar un nivel?

«No llegamos a un acuerdo por esta voluntaria falta de intención. La oferta que ellos nos hicieron fue para el 17 de octubre, cuando tuvimos la última reunión. El día antes nos mandaron una ‘oferta’, aunque me cuesta ocupar la palabra, porque jurídicamente eso no es una oferta. Para que sea tal tiene que ser seria, y no era serio. La oferta consistía en que nosotros, Corfo, les paguemos a ellos por el precio preferente que están dando a estos productores especializados. O sea, que nosotros les devolvamos la plata entre lo que ellos consideran que vale su litio, y lo que se lo venden a los productores especializados. Estoy muy decepcionada, no pensé que iba a ser tan difícil».

En palabras sencillas, explica Cruz, la fórmula de la empresa era que si vendía a 100 a las productoras especializadas, pero para Albemarle el precio real era de 160, la Corfo tenía que cubrir esos 60 descontándolos de la comisión de venta que tienen que pagar a la Corfo.

-¿Estaba bien hecha la cláusula, no era demasiado interpretable?

«Nunca hubo una posibilidad de interpretar la cláusula, como ellos pretenden hacer creer a la opinión pública. Todas las reuniones partían con ellos recordándonos los altos impuestos que pagaban en este país y que nosotros deberíamos agradecerles por lo que ellos han hecho por este país, que han invertido un billón de dólares. Ellos planteaban que eso era suficiente para cubrir esta cláusula. Llegó un punto en que este argumento fue tan reiterado en las reuniones que tuvimos que intervenir y decirles ‘hagamos una cosa: ustedes no nos dan las gracias por dejarles extraer una sustancia tan importante para el país, y nosotros no les damos las gracias por pagar comisión de venta'».

-¿Qué ha pasado con Posco-Samsung, Suchuam Fulin y Molymet, que ganaron el concurso?

«Los productores especializados no habían sido contactados, ni tampoco se les había ofrecido algo razonable. Cuando Albemarle se da cuenta de que Chile es serio, que no es un país bananero, que hay Estado de Derecho, y que tenían que cumplir esto, porque podía terminar mal para ellos, empezaron a contactar a los productores, pero no para hacerles ofertas, sino para firmar contratos de confidencialidad y que la Corfo no pudiera discutir con ellos y ellos no nos pudieran decir nada».

«Con las empresas tenemos reuniones constantes, y están a la espera de que estos contratos se cumplan, porque esto les mueve la aguja. Las inversiones no se van a hacer si no llegan al precio conveniente que les ofrecieron. No han pedido una prórroga ni cancelar el contrato, porque ellos siempre entendieron que se iba a firmar el contrato y todas las condiciones comerciales se iban a acordar entre Albemarle y ellos. Estas empresas debieran haber empezado a invertir hace mucho en Chile».

-Albemarle hoy no produce hidróxido de litio, pero el llamado internacional incluía este producto, y hasta el aumento de cuota estaba indexado al hidróxido. Y su CEO mundial dijo que trasladarían sus planes a Australia. ¿En qué pie quedan las empresas que ganaron el proceso entonces?

«Será solo carbonato de litio. Efectivamente, una de las empresas, Posco-Samsung, pidió hidróxido; Albemarle estuvo sentado a la mesa y copiado en todos los correos en este proceso de selección, ellos sabían exactamente los requerimientos de cada empresa. Tras lo cual, a dos meses de adjudicado el proceso, ellos anuncian que no quieren hacer hidróxido, habiéndose comprometido a hacerlo. Pero la realidad es que la cláusula del contrato dice que el valor agregado será sobre el 25% de los productos de la empresa. En todo caso, esto no es un zapato chino, porque el hidróxido se produce a partir del carbonato, entonces Posco-Samsung ha manifestado una disposición de hacer ellos mismos el hidróxido».

-¿La única opción de hacerlos cumplir esta cláusula era vía arbitraje? ¿No pueden terminar el contrato directamente?

«En la medida que hay un incumplimiento con el Estado, nosotros podemos pedir el cumplimiento forzado, también podemos pedir la terminación».

-¿Esas opciones están sobre la mesa?

«Están sobre la mesa, por supuesto. Pero no es más rápido que el arbitraje, el plazo es el mismo, porque hay que ir a un tribunal a pedir la terminación. Nosotros decidimos por el arbitraje, por ahora, porque este gran contrato fue presentado a Chile como la gran innovación. Creo que tenemos una joyita, el litio, que no nos va a durar para siempre, y hay que aprovecharla ahora».

-¿En qué está el proceso por el 25% de SQM?

«Hemos llegado a acuerdo en la fórmula para fijar el precio, la negociación ha sido rápida y sencilla. El llamado debiera ser en marzo. Las empresas que ya ganaron el llamado de Albemarle pueden participar y volver a ganar. Todo el proceso debería estar listo a fines de 2019 (…) SQM se presentaba como una empresa tan compleja, por su historia, que de Albemarle se esperaba, por lo menos, que no produjera problemas».

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