Constructoras e inmobiliarias se alistan para un 2015 aún más complejo

Oct 9, 2014

Menos proyectos de construcción en sectores como el minero y energético, sumado a un área inmobiliaria con menor oferta (que hará subir los precios de las viviendas), son las principales preocupaciones del sector.

(Pulso) El propio presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Jorge Mas, afirmó semanas atrás que este 2014 terminará siendo un mal año para esta industria, donde lo más certero es que no exista crecimiento e incluso, según dijo el líder gremial, el sector se contraiga. No obstante, el panorama para 2015 pareciera ser aún más complejo.

La desaceleración, sumada al escenario de reformas en áreas claves como la tributaria y laboral, ha generado incertidumbre durante este año, cuyo resultado ha sido la postergación de inversiones y proyectos de construcción tanto inmobiliaria como de obras de ingeniería ligadas a sectores productivos como minería y energía.

En cuanto al sector inmobiliario, el 2015 sería un año con considerablemente menos proyectos en desarrollo y en proceso de entrega. Además, en el segmento oficinas se proyecta una oferta más baja, por lo que se podrían relanzar proyectos de este tipo con miras a 2016.

Cristián Armas, gerente general corporativo de Empresas Armas, indica que el próximo año habrá una oferta habitacional más restringida y con precios al alza producto de la reforma tributaria y de la escasez de terrenos.

“Se va a generar nueva oferta en 2015, pero será menos que la que se creó este año porque hay varias inmobiliarias que están bajando el nivel de inversión producto de la reforma tributaria. Entonces, vamos a tener una demanda parecida a la actual, que podría repuntar en algún momento si aumenta el crecimiento económico, con oferta que cae, lo que generará un aumento de precios significativo”, afirma Armas, quien es optimista y espera que durante el próximo año se inicie la reactivación.

Esta visión no es compartida por toda la industria. Juan Pablo Monge, gerente general inmobiliario de Desco, proyecta que efectivamente habrá una menor oferta, pero la demanda también bajará puesto que el repunte de la economía demorará en llegar. Este cuadro, sumado a los cambios tributarios, según el ejecutivo, ya está haciendo que en ciertos segmentos bajen las ventas, lo que se podría agravar durante el próximo año.

No obstante, esto no es lo que más preocupa a Monge, quien asegura que la caída en el volumen de construcción está llegando a los segmentos de oficinas, comercial y sobre todo a infraestructura.

“No está bien claro cuál va a ser el segmento que tire el carro el próximo año. Casi no hay proyectos de oficinas, lo mismo pasa con el área comercial, y en infraestructura echar a andar esa máquina toma mucho tiempo. Se ha anunciado un aumento en la inversión pública ligada a la infraestructura y a la vivienda, pero la primera toma mucho tiempo en arrancar puesto que hay que hacer propuestas, concursar y luego adjudicar las licitaciones de construcción de las obras”, precisa Monge.

Además, puntualiza que la política de subsidios anunciada para reactivar la economía “sólo funcionará si se aumenta los montos de los subsidios, ya no es posible construir viviendas de 900 UF. Si la política se centra en dar más cantidad de subsidios no funcionará y se volverá a tener muchos subsidios entregados pero pocos ejecutados”.

Es claro. Dentro de la industria existen dudas aún sobre la posibilidad de que la agenda de infraestructura anunciada en junio por la Presidenta Michelle Bachelet tenga un efecto en el corto plazo en la reactivación de la actividad del sector. Los más de US$28 mil millones de inversión que se ejecutarán entre 2014 y 2021, entre los que se integran US$9.900 millones en obras concesionadas, impulsarían el crecimiento del país, pero sus efectos no se notarían en gran manera el próximo año.

A pesar de ello, existe gran interés entre las constructoras por las distintas licitaciones de obras estatales y por las concesiones que integran el plan. Así lo explica Juan Luis Vial, director de la constructora Figueroa Vial, quien asegura que van a participar en estos concursos.

“En general, las obras públicas son un poco anticíclicas y se potencian en momentos de desaceleración, generando expectativas de crecimiento. Creemos que éstas van a comenzar a licitarse y nos interesa participar, sobre todo en obras viales y de caminos secundarios”, afirma Vial, quien ve posibilidades de que los proyectos de infraestructura se reactiven el próximo año.

Fuera de este tipo de construcciones, Vial comenta que “los contratos entre privados y el sector inmobiliario van a tender a decrecer. La actividad de estos sectores será más complicada que la vivida este año. Las tendencias a la baja como estas duran más tiempo”, remata.

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