Expertos atribuyen la desaceleración a factores externos e internos

Ago 27, 2014

Al impacto de la menor demanda global por materias primas sobre los precios, en Chile se suma la incertidumbre que generó la propuesta de reforma tributaria. Analistas internacionales bajan sus proyecciones de crecimiento 2014 a 4% en Perú y 5% en Colombia. Chile se ubica al final, superando solo a Venezuela, Argentina y Brasil.

(El Mercurio) Expertos locales y analistas extranjeros coinciden en que una combinación de factores externos y domésticos marcan la desaceleración que registra la economía chilena. En el mercado interno, las expectativas de crecimiento para la economía chilena en 2014 se han ido revisando persistentemente hacia la baja y hoy apuntan a un 2,5%, según el último sondeo del Banco Central.

No es fenómeno exclusivo de Chile. La mayoría de las economías latinoamericanas sorprendieron creciendo menos de lo esperado en el segundo trimestre, a consecuencia de una menor demanda global por las materias primas y su impacto en los precios, y el anuncio de futuras alzas en la tasa de interés de la Reserva Federal.

Desde afuera, la desaceleración de la economía chilena es vista como el resultado de la mala coincidencia de un escenario externo más adverso y un escenario local sacudido por la incertidumbre, especialmente por la discusión de la reforma tributaria.

Entre los expertos locales también hay quienes avizoran nuevas fuentes de incertidumbre en la reforma laboral y en la discusión sobre la salud que no son pro empleo y afectan al sector privado. Los economistas consultados ven como clave para la reactivación despejar la incertidumbre para recuperar la confianza y adoptar medidas para mejorar la productividad.

Tres bancos de inversión internacionales pronostican una mejora del escenario externo en el mediano plazo. Pero dependerá de que Chile reduzca a tiempo la incertidumbre e implemente otras medidas para aprovechar el repunte.

Alicia Guerrero, economista jefe para Mercados Emergentes de BBVA:

-¿En qué medida es la desaceleración en Chile producto de la coyuntura externa y en qué medida de factores internos?

«La desaceleración vista en Chile tiene un componente global muy relevante, aunque parece difícil cuestionar que el ambiente reformista también ha contribuido acrecentando los castigos en la confianza de empresarios y consumidores que finalmente han impactado en el dinamismo del consumo privado. Nuestras estimaciones preliminares nos permiten estimar que en torno a un cuarto de la desaceleración en Chile corresponde a elementos locales, en tanto lo restante corresponde a elementos externos».

-¿En qué elementos se puede identificar la influencia de los factores externos?

«Los factores externos en Chile estarían vinculados al término de un súper ciclo de inversión privada focalizada en el sector minero. Las empresas del sector minero han disminuido sus planes de inversión y se encuentran en período de ‘cosecha’. Uno observa que Perú, donde no se ha observado un ambiente reformista ni cambio de gobierno, también ha sufrido, más tarde que Chile, pero de magnitud relevante una desaceleración. Parte importante se explica también por factores vinculados al sector minero».

-¿Y los factores internos?

«Los factores internos se observan en retrocesos en la confianza de empresarios y consumidores que han llevado a aumentos en el ahorro precautorio. Por un lado, los empresarios han reaccionado a la reforma tributaria que aumenta los impuestos corporativos, en tanto los consumidores han internalizado que parte del costo de la reforma podría ser pagado indirectamente por ellos. Considerando que un determinante crucial para entender posiciones cíclicas más débiles en una economía es la confianza, cuesta pensar que no han tenido un impacto significativo aunque acotado sobre el crecimiento en el corto plazo».

-¿Se puede anticipar una mejora del escenario externo en el mediano plazo?

«En el ámbito externo, nuestro escenario es de «menos a más» cuando vemos la dimensión de crecimiento, tanto para Europa como para Estados Unidos. Sin embargo, vienen desafíos para las economías emergentes, y uno que es muy visible está vinculado al escenario de aumento en las tasas de interés en Estados Unidos hacia mediados del próximo año. Esto coloca desafíos para economías como Chile. Sería importante que la economía recupere una mejor posición cíclica pronto, de manera de enfrentar este escenario cuyos impactos pueden venir particularmente a través de los canales financieros».

-¿Qué debería hacer Chile para aprovechar esa mejora de la economía internacional?

«Pronto tendremos una disipación de la discusión tributaria. Solo este elemento debería colaborar deteniendo los castigos sucesivos que han presentado los indicadores de confianza, y en esa dimensión colaborar en cierta estabilización. Nos parece muy probable que observaremos aumentos en la tasa de desempleo y ralentizaciones adicionales en los salarios, como parte del ajuste competitivo que deberá tener la economía a un escenario de mayores impuestos corporativos y menos dinamismo de la inversión privada. Por otro lado, el Banco Central continuaría inyectando estímulo monetario, lo que debería colaborar en la estabilización. Finalmente, la política fiscal en Chile presenta múltiples virtudes que permiten anticipar un aumento de gasto relevante esta segunda parte del año y el próximo, con crecimiento de entre 7% y 8% real».

Manuel Agosin: «Lo primero es tener claridad de hacia dónde va el Gobierno»

El decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, sostiene que hace más de un año, antes del cambio de Gobierno, factores externos comenzaron a afectar a la economía chilena: la caída importante en la demanda china por cobre y su efecto a la baja en el precio del metal, y el anuncio de la Reserva Federal en mayo de 2013 de recortar sus políticas de expansión monetaria, lo que llevó al alza la tasa de largo plazo y a una mayor escasez de capitales externos.

No obstante, esto explica sólo parte de la desaceleración, mientras la inversión tuvo un deterioro. Pero en los últimos seis meses, la inversión no sólo se ha desacelerado, sino que ha caído y el consumo se frenó. «Estamos en una coyuntura de mucha incertidumbre, en que el consumo interno se está retacando; la inversión está cayendo y el desempleo va a aumentar», dice el decano.

La incertidumbre estuvo marcada por la discusión de la reforma tributaria que, explica Agosin, se despejó con el protocolo de acuerdo suscrito con la oposición, pero todavía quedan rondando dudas sobre cómo va a funcionar el sistema impositivo dual.

Agrega que se han sumado otras incertidumbres, como la reforma laboral así como las discusiones en la comisión de salud que nombró la Presidenta, que tampoco han sido muy favorables al sector privado. Esto, en su opinión, hace que caiga la inversión y los hogares consuman menos y ahorren más porque podría aumentar la desocupación.

¿Qué hacer? Para Agosin, lo primero es tener claridad de hacia dónde va el Gobierno. «El Gobierno debe dar una indicación de que no está en contra de la inversión privada; que no va a atentar contra el sistema de mercado y que no va a hacer reformas que no están en su programa de gobierno». Además, dice que el Gobierno tiene la herramienta de subir el gasto público por una vez como en 2009, cuando lanzó un paquete reactivador. Reconoce que hoy el contexto no es de recesión mundial, pero advierte que «la situación externa es poco favorable para Chile, con un entorno enrarecido al interior que podría hacer que las cosas se compliquen».

Jorge Desormeaux: «No hay factores solo externos»

Según el economista, ex vicepresidente del Banco Central, Jorge Desormeaux, todas las explicaciones que tienden a entregarles responsabilidad a unos y otros factores, por sí solos, están equivocadas. Sin embargo, sostiene que en la actual situación económica, el peso de variables internas es importante.

Usando como ejemplo la economía de Perú, donde se proyecta un crecimiento de 4,3%, por debajo de 5,8% del año anterior, afirma que la desaceleración en Chile no solo es más severa, sino que también enfrenta otros dos escenarios que el país vecino no los tiene. Por una parte, destaca la depreciación del tipo de cambio, que es la segunda mayor en todo el mundo (-11%). Y por otra, con el peor desempeño en relación al resto de America Latina. «Al mezclar todo, se llega a la conclusión de que aquí no hay factores solo externos, sino también internos. Y claramente, el único ‘revólver humeante’ que hay son una reforma tributaria y la amenaza de una serie de otras reformas, que han creado una incertidumbre gigantesca, no solo en los empresarios, sino también en los hogares», que han frenado el consumo, explica Desormeaux.

«Si los problemas fueran puramente externos, las autoridades no se habrían avenido a modificar la reforma tributaria de manera radical, ni estarían dando las señales de la postergación u olvido de otro tipo de reformas. Si eso no es una reacción a un problema interno de confianza, de credibilidad, la verdad es que no sé lo que es», agrega.

Sobre las soluciones, añade que la respuesta es tomar medidas que reduzcan tal incertidumbre. «El escenario más favorable es que la autoridad dé un golpe de timón y comience a acotar los programas de reformas, a mostrar una genuina preocupación por el crecimiento económico, y eso, por cierto, debe ser creíble. No basta con que simplemente se anuncie», dice. De ello dependerá alcanzar la proyección de crecimiento entre 3,0% y 3,5% para 2015, sostiene.

Juan Andrés Fontaine: Recuperar la confianza impulsaría la inversión

Para el ex ministro de Economía Juan Andrés Fontaine, no es el momento de discutir si la desaceleración es culpa de este gobierno o del anterior ni si son los factores internos o externos los determinantes en la desaceleración de la economía. La situación actual exige que se adopten las políticas necesarias para reactivar la economía.

El término de la bonanza del precio del cobre y el anuncio del alza de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, en su opinión, están afectando la marcha de la economía chilena y también de otras economías de la región. Y en un escenario adverso como este, que desalienta a las empresas, lo que se necesita son políticas internas que ayuden y no que causen más incertidumbre y pesimismo.

En cuanto al rol de la política fiscal y monetaria, Fontaine no cree que el problema central de Chile sea una caída de la demanda asociada a problemas de financiamiento u otros abordables con políticas anticíclicas convencionales, sino que el tema es recuperar la confianza en la capacidad futura de crecimiento de la economía. Eso daría impulso a la inversión y reactivación de la economía.

«Resolver el problema de los altos costos energéticos y medidas que apunten a mejorar la productividad, así como detener la retroexcavadora, ayudarían a retomar la senda de crecimiento», subraya.
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