República Democrática del Congo: El perfil del país africano que empresario minero destacó en desmedro de Chile

Nov 27, 2019

(Emol) Chile es ahora un «lugar terrible para invertir en minería, mientras que el Congo es un gran lugar». Fueron las controvertidas declaraciones del multimillonario de origen estadounidense y canadiense, Robert Friedland, frente a la crisis social que atraviesa el país y ante su propio trabajo: el desarrollo del segundo mayor proyecto de minería de […]

(Emol) Chile es ahora un «lugar terrible para invertir en minería, mientras que el Congo es un gran lugar». Fueron las controvertidas declaraciones del multimillonario de origen estadounidense y canadiense, Robert Friedland, frente a la crisis social que atraviesa el país y ante su propio trabajo: el desarrollo del segundo mayor proyecto de minería de cobre del mundo ubicado en la República Democrática del Congo (RDC).

Las palabras del inversionista en minas, quien incluso le dio su «pésame» a los empresarios que han invertido en Chile, tuvieron eco incluso desde el Gobierno, donde el ministro de Minería, Baldo Prokurica, sostuvo: «Se nota que esta persona que emite esta opinión no conoce Chile».

Y más allá de defender la «historia de seguridad» que ha tenido el país para invertir en minería, Prokurica apuntó: «Este señor nos compara con el Congo, que tiene una historia de inestabilidad política y de no respetar las reglas del juego. Chile es un país serio, donde tenemos na historia de respetar las reglas del juego, tener reglas claras permanentes».

Por su parte, Friedland aseguró que la elección del Presidente Félix Tshisekedi a principios de 2019 ha provocado una mejoría en las perspectivas para el país africano después de que Joseph Kabila dejara el poder tras 18 años. Sin embargo, la República Democrática del Congo también tiene problemas que abordar, sobre todo en medio de una nueva oleada de combates entre la población y un reciente brote de ébola que no ha podido ser contenido.

La República Democrática del Congo

La República Democrática del Congo es también conocida popularmente como RD Congo, Congo Democrático o Congo del Este, su capital es Kinshasa y su idioma oficial es el francés, aunque también hay cuatro idiomas nacionales. El país fue denominado Zaire entre los años 1971 y 1997 y es uno de los 54 países que forman el continente africano. Se encuentra en la línea del Ecuador y limita con El Congo, la República Centroafricana, Sudán, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, Zambia y Angola.

Es el segundo país más grande de África después de Argelia y, de acuerdo a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), su población bordea los 90 millones de personas en 2019. Se trata de una cantidad muy superior a los 65 millones de habitantes que tenía el país hace sólo 12 años y muy por debajo de los 177 millones que se estima tendrá en 2050. Es que el promedio de hijos por mujer alcanza los 6,4, una de las tasas más elevadas de la región.

Así, la esperanza de vida al nacer para los congoleños es de 60 años -en Chile es de 80-, mientras que la mortalidad de menores de 5 años es de 94 cada mil nacidos vivos -en Chile es de 5 cada mil-. Cabe destacar que aunque las cifras se alejan de las de Chile, se trata de números que han ido en constante mejoría, de hecho la esperanza de vida al nacer en el 2000 era de 50 años y la mortalidad en menores de 5 años era de 160 cada mil bebés nacidos en la RDC.

Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2018, el Congo Democrático ocupa el lugar 176 de 189 países -Chile está en el puesto 44-, es decir, los congoleños están entre los habitantes que peor calidad de vida tienen en el mundo. De hecho, la situación sanitaria es muy deficiente, lo que unido a las difíciles condiciones de vida de su población y los conflictos locales, han facilitado la aparición de enfermedades especialmente contagiosas como el cólera y el ébola.

Un brote de ébola registrado durante el primer semestre de 2018 y que comenzó a expandirse en diversas regiones del país llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar en julio que la epidemia en curso constituye una Emergencia de Salud Púbica de Interés Internacional.

«El sólido crecimiento» de la economía

«El sólido crecimiento» de la economía El PIB del Congo Democrático creció un 3,8% en 2018 y se espera que en 2019 aumente un 4,1%, cifra que es casi el doble de lo que se espera para Chile este año. La principal razón del buen desempeño de la actividad, según el FMI, es la subida de los precios de varios minerales que produce el país, como el cobalto, el cobre y el oro.

Se trata de un país que importa casi todo lo que consume y que exporta minerales, especialmente cobre, de hecho, el 80% de sus exportaciones son minerales metálicos, el 7% oro y el 6,3% petróleo.

Es el valle de Rift el que ha dotado la mayor parte del sur y del este del Congo con una gran cantidad de riquezas minerales como coltán cobalto, cobre, cadmio, petróleo, diamante, oro, plata, zinc, magnesio, estaño, germanio, uranio, radio, bauxita, hierro y carbón.

Sin embargo han sido las guerrillas locales las que se han apoderado de gran parte de dicha riqueza, dado que se financian en parte gracias a la explotación y venta de diamante sustraído ilegalmente.

De acuerdo a un informe realizado por el FMI a fines de 2015, el crecimiento de la RDC «sigue siendo sólido, pero la pobreza está generalizada». Así, advirtió que «un código minero generoso y las débiles estructuras de gobierno limitan los ingresos de la minería para el sector público».

«El sólido crecimiento del PIB de la República Democrática del Congo en los últimos años no se refleja en la tasa de reducción de la pobreza del país (…) la RDC ejemplifica las dificultades de muchos países en desarrollo para transformar su patrimonio minero en una fuente de crecimiento inclusivo», concluyó la entidad internacional.

Respecto a los comentarios del FMI sobre el crecimiento de la RDC, estos quedan en evidencia si se comparan los US$19 mil millones de PIB que tenía el país africano en el año 2000, versus los US$47.228 millones que acumuló a 2018.

Cabe destacar que en el último ranking del Doing Business del Banco Mundial, que clasifica a los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios, la RDC se ubicó en el lugar 183 -Chile está en el número 59-.

Las alertas de Naciones Unidas

Sumado a las enfermedades como el ébola y el cólera, hay que considerar la violencia interna que azota al país desde hace décadas en medio de golpes de Estados y de la guerra civil entre 1997 y 2003, ha llevado a que millones de congoleños emigren de las fronteras. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), sólo en el último año unas 890 mil personas han huido a países vecinos: el 60% son mujeres y niños.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), estima que más de 12 millones de personas necesitan urgentemente asistencia humanitaria en la República Democrática del Congo.

Las violaciones de los derechos humanos, la violencia sexual y de género y los ataques indiscriminados a civiles están provocando un nuevo éxodo dentro del país, pero también hacia otros países del entorno.

La segunda selva más grande del mundo

La RDC posee altísimos índices pluviales (la media anual es de 1.070 mm) y justamente gracias a esa lluvia es que el país africano alberga la segunda selva más grande del mundo después del Amazonas: la selva del Congo.

Entre las muchas especies que habitan en su territorio, destacan el chimpancé común y el bonobo; el gorila de montaña; el okapi y el pavo real del Congo. Cinco de los parques nacionales del país están catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Garamba, Kahuzi-Biega, Salonga, Virunga y la Reserva de Vida Silvestre del Okapi.

Con su vegetación y fauna, RDC es uno de los 17 países megadiversos del mundo, que son los que cuentan con el mayor índice de biodiversidad de la tierra. Se trata principalmente de países tropicales, como los del sureste asiático y de América. Albergan en conjunto más del 70% de la biodiversidad del planeta, suponiendo sus territorios el 10% de la superficie del planeta. Sin embargo, la guerra civil, el tráfico de especies y la minería ilegal pro parte de las guerrillas son algunas de las actividades que mantienen bajo amenaza constante estos ecosistemas.

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