Rafael Asenjo: «Aquí no hay ninguna animadversión contra ningún sector: nosotros somos autónomos»

Nov 2, 2016

El presidente del Tribunal Ambiental de Santiago, recalca la independencia de la entidad, frente a algunas críticas que se le hace: "Este tribunal no está casado con la SMA, ni con el SEA, ni con el ministerio (del Medio Ambiente), pero tampoco con los titulares de los proyectos".

(El Mercurio) Una entidad que juega un rol clave en la certeza jurídica, es para el presidente del Tribunal Ambiental de Santiago, Rafael Asenjo, la institución que preside. «Somos partidarios del modelo de un tribunal autónomo, que funciona en la medida en que es respetado en sus decisiones», recalca.

Con cuatro años de funcionamiento, al tribunal han ingresado 220 causas, 131 reclamaciones, y 31 demandas por reparación de daño ambiental. Han dictado 41 sentencias -36 en el caso de las reclamaciones y cinco en demandas de daño ambiental- y 22 de ellas han sido llevadas a la Corte Suprema para ser revisadas. En 10 casos se ha confirmado la decisión del tribunal, mientras siete se encuentran pendientes, y cuatro han sido corregidas. Lo anterior demuestra que las sentencias han sido bien acogidas pese a lo nueva que es la institución, dice Asenjo. «En el tribunal, la integración de la ciencia, la técnica, y lo jurídico ha sido logrado en buena medida», asegura.

En el Tribunal Ambiental pueden comparecer tanto las instituciones gubernamentales en contra de los particulares, como al revés. «Funciona como una manera de equilibrar», sostiene. Las causas han ido al alza cada año, y es normal que ocurra así dado que la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) cada vez realiza más inspecciones y formula más cargos, por lo que hay más personas que se sienten afectadas por los procesamientos sancionatorios, explica. Y cada vez hay más proyectos de inversión operando, por lo que «la SMA tiene mucho por donde crecer», dice.

«Las causas están siendo cada vez más complejas, y como consecuencia también quizás de la existencia del tribunal, las causas cada vez vienen mejor preparadas, porque eso también es un proceso de aprendizaje», reconoce.

El 10 y 11 de noviembre, el tribunal realizará el II Foro Internacional de Justicia Ambiental, evento que nació en 2014 con el objetivo de recoger la necesidad de generar espacios de discusión internacional respecto de la justicia ambiental. Según los últimos estudios, 44 países han creado instancias de este tipo, contabilizándose 1.200 oficinas, cortes o tribunales, y hasta hoy el modelo chileno -tribunales especiales, autónomos y de composición mixta- es único en el mundo.

Asenjo recalca que más adelante el tribunal buscará formular indicaciones sobre la ley ambiental. «Trataremos de que se modifique, creo que hay muchas cosas que hemos podido aprender del funcionamiento (…) Después de un período de seis años, es muy razonable revisar qué cosas están o no funcionando. Hay muchas materias en las cuales sería bueno modernizar la legislación chilena», revela.

«Se busca decir que el tribunal se va por la vía fácil, y no»

Abogados del sector han criticado que pocas veces el tribunal falla distinto a la SMA en cuanto a la apreciación de gravedad de los hechos, sino que corrige más las formas. Al respecto, Asenjo es claro: «No debiera ser yo el que diga cuántas veces hemos corregido las decisiones de la SMA, pero si hay algo que todos reconocen, es que este tribunal no está casado ni con la SMA, ni con el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), ni con el ministerio (del Medio Ambiente), pero tampoco está casado con los titulares de proyectos», recalca. Agrega: «El tribunal puede dar la garantía de que es efectivamente autónomo, que falla en derecho». Asenjo explica que el tribunal tiene que fallar lo que se reclama, y no es libre de decir lo que quiera. «El tribunal no inventa su competencia, esta se la dan las partes que concurren al tribunal (…) Aquí lo que se busca decir es que el tribunal se va por la vía fácil, que es sacarlo por formalidades, y no. El tribunal falla según los antecedentes que se reclaman, y si no se resolvieran, pueden reclamar ante la Corte Suprema. Las casaciones de la Suprema están demostrando lo contrario», se defiende.

Respecto de las críticas del sector minero de que ciertas instituciones ambientales han desprestigiado al gremio, explica que el tribunal «no puede pronunciarse en bloque diciendo algo como que la ‘SMA ha hecho un pésimo trabajo’, sino que nos podemos pronunciar sobre aquellos casos en que un particular tiene las bases de hecho y de derecho para venir a quejarse de que la SMA, el SEA, o el ministerio cometió una ilegalidad. Lo que hace el tribunal es revisar y decidir si hay o no ilegalidad». Señala que «si la SMA está haciendo A o B y nadie reclama, el tribunal no puede meterse y decirle que está metiendo las patas (…) Nosotros no espiamos a la SMA ni al SEA, solo acogemos las denuncias o reclamaciones».

Sostiene que si en algún sector creen que hay resoluciones excesivas, «las puertas del tribunal están siempre abiertas», y dice: «Tenemos la tranquilidad de poder decir que aquí no hay ninguna animadversión contra ningún sector: nosotros somos autónomos».

Rafael Asenjo es claro al explicar por qué a veces se demoran un mayor tiempo en fallar, como es el caso de la reclamación de HidroAysén. Explica que es «muy difícil e injusto, y le hace mal a la certeza jurídica, pretender que los fallos de los tribunales sean apurados».

Por último, abogados de la plaza también han alegado la diferencia de trato con ciertas empresas. El presidente responde que si el trabajo jurisdiccional fuese tan simple, «trabajaríamos mucho menos», y añade que «comparar un proyecto minero con otro, aunque sean los dos mineros, es muy distinto». Respecto también del hecho que nunca se haya condenado a Codelco, señala: «Si dicen que la SMA no lo hace, que vayan y le reclamen, y advierte que cualquier reclamo que le llegue al Tribunal lo van a tramitar exactamente igual. «Aquí nadie se salva tan fácil, y eso es una garantía para todos».

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