Con una gran concurrencia se realizó el bloque «Principales retos de la minerÃa» en Perumin 37, en esta semana que se desarrolla el evento internacional en Arequipa,  donde actores del sector público y privado dejaron ver cómo se ha ido gestando la relación y el desarrollo territorial que conlleva realizar un proyecto minero en una comunidad de no tan fácil acceso.
En MINERÃA CHILENA presenciamos esta conferencia, donde percibimos que en Chile, la realidad es muy similiar a la de Perú, en este aspecto socio-territorial, por ejemplo.
Jorge Luis Montero, ministro de EnergÃa y Minas del Perú, afirmó frente a la pregunta del moderador sobre qué desafÃos enfrentan las compañÃas mineras con los territorio, «yo creo que el principal desafÃo de una minera es que no debe trabajar sola. La minerÃa del presente y del futuro requiere que tengamos responsabilidades compartidas, y a veces uno ve que las empresas trabajan un poco desconectadas, y yo creo que el primer desafÃo es que los que toman decisiones para invertir, lo hagan en el marco de un acompañamiento sistemático con su Ministerio de EnergÃa y Minas, con las autoridades regionales, con las autoridades provinciales y con la población local. Tenemos desafÃos sociales importantes, pero yo no conozco, en los últimos años, un conflicto social que resista una buena mesa de diálogo. Creo que el tema de conflictividad ya no existe.
Experiencias
Por su parte, Eva Arias, presidenta ejecutiva de CompañÃa Minas Poderosa, recordó cómo en base a su experiencia cómo se comienza a desarrollar una operación minera. «Lo primero que hay que hacer es construir las carreteras, que nos van a permitir llevar todo lo que necesario al centro de operaciones. Y a la fecha hemos sembrado cimiento de casi 340 kilómetros de carretera, de las cuales 180 kilómetros son de acceso público y con ello ponemos a disposición la población esa misma accesibilidad. Con la energÃa eléctrica pasó lo mismo, también intervenimos (…) Estos desafÃos los transformamos en oportunidades de desarrollo»
«En agua y saneamiento fue lo mismo, prácticamente tampoco existÃan y ahà nuestros aliados fueron la población organizada. Formamos, hace 16 años, grupo de lÃderes en cada uno de los anexos del Distrito de Pataz, que se llama Comité de Desarrollo Comunal. Me llena de satisfacción decir que todo el Distrito de Pataz tiene agua de calidad y saneamiento», añadió Arias.
En tanto, Claudio Cáceres, vicepresidente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de MMG Las Bambas, también se refirió a su experiencia como empresa minera, abordando un gran desafÃo que exhiben otras compañóas mineras. «Los principales retos de la minerÃa no necesariamente están relacionados con temas económicos. En Las Bambas vivimos lo mismo (que en el Distrito de Pataz) cuando recién se ingresó el proyecto y acá se presenta el problema de operar con estándares internacionales muy altos en territorios con demandas internas insatisfechas, territorios que no tienen conectividad, que no tienen carreteras, no tienen electricidad, agua potable, saneamiento, donde los servicios de salud y educacionales son de mala calidad, donde hay altos Ãndices de pobreza. Entonces ahÃ, es donde se presenta el primer desafÃo respecto a que la empresa privada tiene que invertir para poder satisfacer estas necesidades, y no necesariamente para reemplazar al Estado sino más bien para poder viabilizar el proyecto. Y ahà se puede generar una primera frustración. Entonces surge la inquietud ¿hasta dónde debe actuar la empresa privada? construimos escuelas, pero ¿también tenemos que contratar a los docentes?. Mejoramos centros de salud, pero ¿también tenemos que brindar los medicamentos o contratar a los médicos? la respuesta es clara, no. Pero si no lo hacemos ¿quién lo hace? ¿cómo mejoramos la calidad de vida de la población? Entonces, esto se puede tornar en un cÃrculo vicioso, la pobreza genera conflictividad, la conflictividad ahuyenta nuevas inversiones, y sin nuevas inversiones se perpetúa la pobreza», profundiza Cáceres.
Asimismo, expone que «en este escenario, entonces a veces hay expectativas que se generan en la población e incluso en una obligación percibida. Y ahà es donde las empresas privadas empiezan a convertirse en cuasi Estados en algunos territorios, y esto genera grande consecuencias, por ejemplo, desincentiva la presencia del Estado, hay autoridades que pueden decir, para qué lo voy a hacer yo, si lo puede hacer la empresa, la empresa tiene más recursos, lo hace más rápido, segundo genera una dependencia, porque cuando la empresa minera ya no esté más ahÃ, ¿quién va a asumir ese rol?, distorsiona nuestra relación con las comunidades, porque piensan que la empresa es la que tiene que proveer todos los servicios. Entonces, ¿cómo hacemos para evitar esto? hay mecanismos que el propio Estado ha fomentado para evitar estas situaciones y uno de ellos es el mecanismo de obras por impuestos, en donde no se sustituya al Estado, sino el Estado mantiene su rol, pero la empresa minera colabora con la ejecución de proyectos. Otro mecanismo es el de asistencia técnica, esta forma también se colabora con el Gobierno para efectos de la elaboración de efectos técnicos, de tal forma que se agiliza la inversión pública con los recursos que ya existen, entonces hay un trabajo articulado».
Desde la vereda del Instituto Peruano de EconomÃa
Por su lado, Diego Macera, director del Instituto Peruano de EconomÃa, también se acercó a las visiones anteriormente expuestas, manifestando que «el sector privado se desarrolla mucho más rápido y más articulado cuando tienes pares, cuando hay intereses compartidos, y eso se puede manifestar en un montón de espacios, donde creo que no ha habido la suficiente coordinación por ejemplo en transporte, en seguridad, inversión social, desarrollo de proveedores. Tomo la ideal ministro, que hizo referencia a la coordinación con el sector público y que estoy de acuerdo. También comparto que los proyectos deben salir lo antes posible de manera correcta, (…) y también concuerdo con el Ministro en que logÃstica y conectividad son retos.
Del mismo modo, el representante del Instituto Peruano de EconomÃa, afirmó que «que tengamos una minerÃa en territorios dispersos nos da también oportunidad de desarrollo, en comunidades donde normalmente no tienes granes oportunidades de mover capitales. La gran magia de la minerÃa en el Perú, es que se desarrolla precisamente dando oportunidades de desarrollo donde de otra manera no habrÃa, operaciones mineras de ciento de millones de dólares, que de otra forma no habrÃa manera de llevar de manera descentralizada. Entonces esta parte si bien es una complicación también es una oportunidad»
Añadió que como «segundo punto, permisos. Nadie quiere saltarse permisos ambientales, trámites comunitarios. A veces los que somos creen que se quieren cortar permisos, eso no es verdad. Lo que se quiere es hacer minerÃa responsable ambientalmente, comunitariamente y a la vez de forma ágil. Y finalmente, manejo de expectativas. Generalmente, cuando entra un proyecto a un territorio, se generan expectativas enormes sobre lo que puede ser en términos de ingreso para la comunidad, en términos de empleo».

