El alto precio que ha mostrado el cobre en los mercados internacionales -que el viernes sobrepasó la barrera de los US$ 2 en la Bolsa de Metales de Londres, convirtiéndose en el mejor valor de su historia- tiene intranquilas a las principales compañías mineras mundiales, incluida Codelco. ¿La razón? Tal como ya han comentado en el último tiempo varios actores relevantes del sector, con un precio tan alto es mucho mayor el riesgo de que surjan sustitutos a menores costos.
Por esto, las empresas están interesadas en mantener el actual uso del metal rojo e incluso acrecentarlo, para lo cual este año se puso en marcha un plan que tiene como protagonista a la International Copper Association (ICA) -que agrupa a 37 compañías en el mundo- en asociación con el Centro para la Investigación Interdisciplinaria Avanzada en Ciencias de los Materiales (Cimat) que dirige la Universidad de Chile.
La idea surgió hace ya un par de años, pero recién en este ejercicio se tradujo en el financiamiento de 5 proyectos de investigación a nivel internacional. Las expectativas son altas, pues según describe el director de Cimat, Fernando Lund, uno de los requisitos para seleccionar entre los más de 150 proyectos que se presentaron, fue elegir aquellos que implicaran un mayor impacto en la demanda por el metal.
Las ideas
Los cinco proyectos en desarrollo corresponden a iniciativas de Estados Unidos (3), Alemania (1) e India (1). A ellos se están aportando fondos por hasta US$ 400 mil anuales por proyecto, y luego de un máximo de tres años se podrían poner en marcha de manera comercial si resultan atractivos.
Lund comentó que una de las ideas más novedosas está relacionada con el ámbito de la salud. Debido a la calidad “bactericida” del cobre, uno de los proyectos busca promover la fabricación de utensilios médicos recubiertos con este material. En esencia, se trata de pequeñas partículas que podrían ser incluidas en todo tipo de superficies hospitalarias, cocinas, colegios, entre otras áreas.
También hay otras ideas innovadoras como el uso de cobre para producir hidrógeno y con ello elaborar, por ejemplo, pilas (baterías) que finalmente no dañarían el medio ambiente. Además se busca utilizar partículas de cobre para absorber moléculas de azufre en el diesel y reducir la contaminación; nuevas aplicaciones en la industria aeronáutica y en reactores nucleares; y la fabricación de nuevas aleaciones para reducir el desgaste de interruptores eléctricos domiciliarios y centros de generación eléctrica.
Fuente/El Diario