(Pulso) En once meses consecutivos las expectativas empresarial están en un nivel pesimista. Así lo demuestra el Indicador Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) que en febrero anotó una nueva caída hasta los 41,87 puntos, el peor resultado para este mes desde 2009.
Este febrero descendió 3,21 puntos respecto a enero según el registro que elabora Icare junto a la Universidad Adolfo Ibáñez a través de una encuesta mensual a alrededor de 600 ejecutivos de empresas de distintos rubros.
Las mejores cifras macroeconómicas de diciembre y enero no fueron suficientes para remontar la expectativa y todos los sectores que componen el índice (comercio, industria, construcción y minería) presentan signos de “pesimismo”, es decir se ubican bajo los 50 puntos. Aunque minería constató la caída más abrupta con 35,33 puntos, la más baja desde 2003, año que empezó a medirse este Índice.
Este indicador minero disminuye 27,5 puntos respecto de enero “ubicándose muy por debajo de su promedio histórico”, indica el informe de Icare. En esta medición los sub-índices que más bajaron fueron el de producción actual, expectativas de costos de insumos y de la economía chilena, pero la que más cae fue la medición de producción esperada para los próximos meses que no sólo presentó un indicador negativo sino que de un sólo dígito con 5,2, 81 puntos por debajo del mes anterior.
En el reporte, Icare precisa que el mayor descenso estuvo en minería, al alcanzar los 35,3 puntos, un retroceso de 27,5 puntos respecto del mes pasado y ubicándose muy por debajo de su promedio histórico.
El registro más bajo fue el de Construcción con 34,47 puntos, en línea con los bajos índices de meses anteriores; le sigue Industria con 43,43 y Comercio con 49,86. Todos en el nivel de pesimismo.
¿El por qué?
Según Cecilia Cifuentes, economista del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), la caída de confianza empresarial de febrero está influida por el clima político vivido en ese mes como el Caso Penta y el Caso Caval, “lo que obviamente es un ambiente complejo de confrontación y eso claramente influye en las expectativas”.
Destaca que para volver a mejorar el indicador, dependerá que la autoridad retome “un mayor liderazgo en estos temas que han dañado el clima político, aunque no es tan fácil que eso se logre porque todavía está el proceso reformador del Ejecutivo, ahora con la reforma laboral, la cual no es una iniciativa que ayude a mejorar las expectativas”.
Para llegar a niveles sobre 50 puntos, Cifuentes dice que esto podría surgir con integrantes de la Nueva Mayoría que aspiren a cambios en forma más “consensuada, algo que no está claro es hacia donde se va a inclinar el Gobierno”.
Por su parte, el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, también apunta a que el crecimiento del cuarto trimestre de 2014 “aunque modesto”, ayudó.
Para entender la caída de febrero, el experto cree que obedece a “los escándalos de Penta y Caval, lo que está ennegreciendo la imagen pública del empresariado; pero no creo que esto se deba a los datos objetivos que ha mostrado la economía”.
Destaca que las cifras conocidas en torno al crecimiento “son menos malas” de lo que eran el año pasado. De hecho, puntualiza que el martes el Banco Central publicó la Encuesta de Expectativas Económicas, “la cual subió su expectativa de PIB para este año a 2,8% cuando hace dos meses estaba en 2,6%. Por eso digo que esta caída de febrero es algo puntual y no debido a asuntos económicos”.
En relación a la baja en la minería, Ramos cree que responde a que el precio del cobre ha estado bajando el último tiempo “fuertemente, por eso no me sorprende la baja en estas expectativas”.
Agrega que este hecho es “objetivo, aunque no es tan malo si se mira desde una perspectiva histórica, ya que el promedio de los últimos 30 años para el cobre es de US$2 la libra. Ahora, claro los costos de producción han subido, aunque ahora bajaron con la caída del petróleo; el actual precio de US$2.65 no es tan malo”.
Cifuentes concuerda con esta visión: “quizás es un tema de cuando se tocó los menores precios de venta”.