(El Mercurio) Ante la caída en el precio del petróleo venezolano (que hoy promedia unos US$ 56), la atención se fijó ahora en la explotación de diamantes de la Gran Sabana, al sur de ese país, en la frontera con Brasil.
Para ello, el gobierno pretende reincorporarse al proceso de certificación internacional Kimberley (que regula el comercio de diamantes, para evitar que financie a grupos armados), del que se retiró en 2008 de forma voluntaria, cuando se le amenazó con sanciones por negarse a entregar datos sobre su producción, informó la BBC.
Venezuela produce unos US$ 30 millones de diamantes al año, aunque no exporta desde 2005, lo que ha generado un importante comercio del mercado negro.
Fuente / El Mercurio