(La Tercera) La incertidumbre que está generando el precio del cobre en la industria minera, que ha llegado incluso a cotizarse a valores por debajo de US$ 2 la libra durante los primeros días de este mes, no ha mermado el ánimo de Empresas Copec.
La compañía que lidera Roberto Angelini y que tiene presencia en el área forestal (Arauco), combustibles (Copec y Abastible) y pesquero (Corpesca y Orizón), finalmente podría acelerar el desarrollo del anhelado negocio minero. Este ha cobrado relevancia en la estrategia del grupo, cuya expectativa es convertirse en un actor relevante.
La señal para avanzar con más determinación en la industria minera llegó para la compañía en julio de 2015, cuando la autoridad ambiental de Atacama aprobó el proyecto Diego de Almagro, iniciativa que Copec gestiona a través de Compañía Minera Sierra Norte. El yacimiento de cobre fue adquirido en 2011 a través de Minera Can-Can, en una operación por US$ 40 millones.
Apuesta por el oro y el cobre
La apuesta de Copec no es menor. Según las expectativas del holding, el yacimiento podría llegar a producir 110.000 toneladas de cátodos de cobre y 300.000 toneladas de concentrado en 20 años de explotación. En oro esperan producir unas 30.000 onzas del mineral dorado.
La iniciativa está a la espera de la aprobación del comité de ministros, debido a que la propia Copec presentó observaciones a la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) entregada a mediados de 2015, pero enfocadas en aspectos técnicos menores, aseguran conocedores de las gestiones de la firma.
Añaden que la empresa espera que en marzo próximo puedan avanzar derechamente en la construcción del yacimiento, cuyas obras debieran comenzar a mediados de año, según estimaciones de la empresa.
Mientras eso se resuelve, minera Sierra Norte avanza para obtener los permisos sectoriales necesarios para comenzar la construcción y también en la fórmula de financiamiento de la obra, cuya inversión asciende a unos US$ 600 millones, afirman ejecutivos cercanos al proyecto.
Estructura corporativa
Lo anterior, sin embargo, no es la única novedad para 2016. La firma estrenará una nueva imagen corporativa, tras la reestructuración de su filial minera, que derivó en la creación de Alxar Minería.
Dicha sociedad, cuyo principal accionista es Camino Nevado -filial de Empresas Copec-, agrupa los activos de las mineras Can-Can, La Merced, Sierra Norte, Vilacollo y Paso San Francisco. Todas estas firmas tienen pertenencias mineras en las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Valparaíso. Roberto Angelini preside el directorio, el que, además, está integrado por Juan Carlos Ayala, ex gerente general de Camino Nevado, y el gerente general de Empresas Copec, Eduardo Navarro.
La relevancia que tiene desarrollar esta área de negocios para Copec se evidencia también con la designación de Erwin Kaufmann como gerente general, desde enero de 2014. El ejecutivo, clave para el grupo, es responsable de la construcción del proyecto más importante del holding: la planta de celulosa Montes del Plata, en Uruguay, en un joint venture con la sueca Stora Enzo y una iniciativa clave en el proceso de internacionalización del grupo.
Por un lugar relevante
Lograr convertirse en un jugador importante de la actividad minera es una meta central para el grupo, que ha ido aumentando con el paso del tiempo. Ya en mayo de 2011, el propio Navarro afirmaba en un seminario que en minería el grupo tenía mucho para invertir. “Hoy día aspiramos a ser un actor relevante en lo que es mediana minería”, revelaba.
Luego, en la Memoria 2014, planteaban que en el futuro “la compañía continuará buscando nuevas líneas de desarrollo que le permitirán cumplir con su objetivo de crecimiento y transformarse en un actor relevante de la mediana minería”.
En las últimas semanas el interés se acentuó. Diversos actores de la industria dicen que la empresa habría manifestado su interés a la suiza Glencore por adquirir Lomas Bayas, yacimiento ubicado a 120 kilómetros al noroeste de Antofagasta y cuya producción bordea las 70.000 toneladas de cobre. La mina es calificada como una suerte de “joyita”, ya que está bien ubicada, tiene una producción ordenada y cuenta con un buen potencial de crecimiento.
En 2011, el plan de expansión de Lomas Bayas apuntaba a duplicar la producción hasta las 140 mil toneladas de cobre y alargar su vida útil hasta 2039, con una inversión estimada en US$ 600 millones. Pero cuando Glencore tomó el control, en 2013, suspendió la ampliación.
Analistas de mercado estiman que la mina de Glencore hoy tiene un valor similar al que pagó el grupo Luksic por el yacimiento Zaldívar: unos US$ 1.000 millones. Si Copec se adjudica Lomas Bayas, agregan las mismas fuentes, sería su gran salto en el negocio minero.