Alberto Ramos y caída del cobre: «Sin duda cambiará la proyección de crecimiento de Chile»

Ene 15, 2015

El analista cree que la caída del cobre tendrá implicancias negativas en la inflación. Ramos afirma que la única receta para enfrentar el actual escenario es un disciplinado manejo económico.

(Pulso) El descenso del precio del cobre está agregando un elemento más de incertidumbre a las proyecciones sobre la economía local, las que han sido constantemente recortadas por los bancos de inversión, que lanzan sus dardos sobre las políticas reformistas. Según la última proyección de Goldman Sachs, la economía chilena crecería apenas 2,5% este año, tras un 1,7% en 2014, antes de converger gradualmente hacia 3,7% en 2017. Asimismo, uno de los últimos informes del banco estadounidense respecto a la caída en el precio de los commodities, asegura que menores costos de energía (debido a la caída en el precio del petróleo), la debilidad de la demanda, en medio de datos económicos de China peores de lo esperado están impulsado el valor del metal rojo hacia abajo.

Alberto Ramos, economista jefe del banco para América Latina, aseguró a PULSO que hay muchos efectos indirectos que son más importantes que sólo en la minería del cobre y que sin duda habrá una revisión a la proyección de crecimiento del país.

¿Cuáles son las implicancias para la economía chilena en el corto y largo plazo?

Complica más el cuadro macro porque Chile es una economía de exposición bastante relevante al cobre, con exposición a la cuenta corriente en términos de ingresos y en términos de actividad, así que le complica en varias dimensiones. Este es un shock externo negativo que le va poner más presión al cambio, le va a poner más presión a la baja a la actividad. Pero la decisión del cambio es el mecanismo de ajuste macro que le permite a la economía navegar y ajustar ese entorno externo más adverso, más una caída en los términos de intercambio. No hay mucho que hacer.

Puntualmente, ¿cuáles podrían ser los efectos en materia de política monetaria?

Tiene dos efectos, uno solo en la actividad. Como es un impulso negativo a la actividad. Diría que introduce elementos para más acomodación monetaria. Pero por otro lado también introduce una variable de depreciación sobre el cambio que complica el cuadro de inflación. Creo firmemente que la política monetaria no es capaz de entregar crecimiento. La mejor contribución que la política monetaria puede dar al ciclo económico es entregar una inflación baja y estable. Pero si hay una depreciación del tipo de cambio aquí, pero si la actividad se desacelera bastante, y sumado a la caída de los precios de los combustibles, que te permiten dar algún alivio al cuadro inflacionario, podría dar en términos netos un poco más acomodación de la tasa de interés. Pero en esta discusión ya es un hecho que la política monetaria ya es bastante laxa, que la tasa de interés real es bastante negativa, eso ya está integrado. No es que empezamos con una tasa neutra y empezamos a cortar ahora. El banco central tiene un objetivo que es la inflación, no el crecimiento.

Hay consenso en el mercado sobre las causas de la caída de los commodities. ¿Agregaría más elementos de análisis al fenómeno actual?

Efectivamente hay consenso en que uno de los factores es el dólar, que se aprecia notablemente; otra variable es la demanda de China, también algún aumento de la oferta y por supuesto la caída del petróleo, que tiene alguna correlación con el precio del cobre. Por ahora son solamente esas variables.

En este escenario, ¿cuáles son, en promedio, las proyecciones sobre el precio del cobre?

Observamos alguna caída más sobre el precio del cobre. En 2015 el precio del metal rondaría los US$2,81 por libra (US$6.200 por tonelada) y en 2016 se acercaría a los US$2,99 (US$6600 por tonelada).

¿Qué otros países en la región podrían verse golpeados?

Definitivamente, Chile y Perú son los países donde en términos de exportaciones y en términos de actividad, el cobre tiene mayor representación, mucho más que en los otros países. Argentina y Brasil son economías que producen commodities agrícolas y mineral del hierro. No hay que olvidar que hay que dejar que los mecanismos de ajuste natural -que son el cambio- empiecen a moverse. En un shock externo hay que aceptar que el crecimiento va a ser más bajo y hay que esperar por mejores momentos que puedan apalancar un poco el crecimiento. Lo que se necesita adentro es que la economía sea muy bien manejada, de manera muy disciplinada y que se garantice que habrá los incentivos para la inversión en otros sectores, minería y otros. Después, que el crecimiento avance en la medida de lo posible.

Efectos del alza del dólar

¿Cuánto cambiarán las proyecciones de Goldman Sachs en este escenario de caída del cobre?

Sin duda cambiará la proyección (de crecimiento). El precio del cobre es una variable fundamental. Si comenzamos a ver un ciclo de disminución del precio del cobre eso va a afectar la proyección que tenemos sobre Chile para la cuenta corriente, para el tipo de cambio y también para la actividad. Sin duda que es un factor muy importante. Si no se estabiliza el precio del cobre hay que mirar cómo va a ir el crecimiento. Hay muchos efectos indirectos en la economía que quizás son mucho más importantes que el efecto directo sólo en la minería del cobre. No es sólo el impacto directo en minería, hay también un impacto en las expectativas e impacto en la capacidad fiscal.

Goldman también afirmó que Chile sería uno de los países en que el alza de dólar se traspasaría a precios con mayor fuerza. ¿Por qué?

Es una característica muy buena porque no hay represión de los precios administrados. Primero es una economía bastante abierta, así que las variaciones del cambio hacen que se transmitan con más intensidad a la inflación doméstica de lo que pasaría en economías más cerradas al comercio, como es el caso de Brasil. El otro factor es que no se reprimen tanto los precios administrados, por lo tanto, si la gasolina sube o baja así como se mueve al cambio y el precio de la gasolina en los mercados internacionales. Es una característica muy buena, pero en este entorno claramente una depreciación del tipo de cambio le pone presión a la inflación, por eso el banco central está muy consciente, y lo ha comunicado de forma bastante clara, que impone limitaciones a la capacidad de calibrar la política monetaria para darle quizás un poco más de soporte monetario a la demanda, esa es la restricción que se ve en el corto plazo. Pero, más de una vez, vamos a ver cómo evolucionan las tres variables porque el banco central mira el crecimiento no sólo porque tiene una meta sino porque el producto impacta un poco la proyección de inflación futura.

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