Agunsa, Enel Green Power y mineras chilenas exploran inversiones en Cuba

Mar 28, 2016

No solo con Estados Unidos hay una política de apertura. Las autoridades de la isla buscan socios en América Latina, y en particular en Chile, en áreas como minería, alimentos, energía, construcción y puertos.

(El Mercurio) Mientras Barack Obama recorría La Habana en la primera visita de un Presidente de Estados Unidos en 88 años a Cuba, a la misma hora, pero en Santiago de Chile, representantes del gobierno caribeño exponían ante un selecto grupo de inversionistas locales de las ventajas de hacer proyectos en la isla, y más importante aún, cómo hacerlos. Ya hay varias empresas que exploran ingresar a este mercado, cerrado para gran parte de la inversión extranjera durante cinco décadas: el grupo portuario y aeroportuario Agunsa, Enel Green Power y compañías mineras de tamaño mediano, entre otras.

En concreto, Agunsa, ligada a José Manuel Urenda, tiene interés en desarrollar actividades de logística portuaria en Mariel, un puerto definido por el gobierno cubano como zona de inversión especial en donde hay exenciones tributarias.

Enel Green Power -ligada al controlador de Enersis, la italiana Enel- ha explorado el desarrollo de energías renovables, un área prioritaria para el gobierno de Castro y en la cual hay 19 proyectos específicos de energía solar, eólica e hidráulica.

En minería es donde el gobierno isleño ha intentado con más brío que inviertan empresas chilenas, por el liderazgo que tiene el país en esta industria. Ahí existen 15 proyectos concretos que las autoridades cubanas impulsan, relacionadas con la extracción de cobre, níquel y otros minerales, pero también vinculadas con el tratamiento de relaves mineros y otros servicios ligados a esta área.

Sergio Espinosa, consejero económico de la embajada de Cuba, explica que hay cuatro mineras chilenas interesadas en invertir en la isla, y espera que en las próximas semanas se concrete el ingreso de una de ellas.

También es de interés de las autoridades cubanas que los chilenos concreten negocios en la industria agroalimentaria. Cuba tiene 40 proyectos, como granjas avícolas o porcinas, valorados en US$ 476 millones.

Otro sector donde los cubanos quieren capitales chilenos es en la construcción. Ahí existen 14 iniciativas concretas, desde infraestructura vial, industrial y de servicios, hasta la construcción de campos de golf.

En las próximas semanas se realizará en La Habana la Feria Internacional de la Construcción, donde Chile será el país invitado de honor.

Todas estas iniciativas se enmarcan en un programa de fomento de la inversión extranjera tras una reforma en la ley respectiva, realizada en 2014. La nueva política amplía los sectores productivos receptores de capitales foráneos y aumenta los beneficios tributarios para ellos.

«El primero que llega es el que planta la bandera», dice Sergio Espinosa, al invitar a los chilenos a invertir en la isla. «En Cuba hay un terreno muy fértil para la empresa», agrega.

Pero la apertura a la inversión no es total. La economía se abre solo a aquellos sectores que define el gobierno de Raúl Castro y en proyectos específicos, porque, como acota Espinosa, «queremos preservar las conquistas del pueblo cubano».

Por qué los cubanos quieren capitales chilenos

«Para Cuba es una cuestión de soberanía e independencia potenciar sus relaciones con América Latina, y con Chile en especial, y diversificarlas», dijo esta semana el embajador cubano en Chile, Adolfo Curbelo. Porque las autoridades isleñas no quieren que Estados Unidos ni ningún otro país monopolice la inversión en Cuba. «Queremos diversificar nuestras relaciones internacionales, y Chile juega un papel muy importante en este esfuerzo», agregó el diplomático.

Mario Benavente, jefe del departamento de Inversiones de la Dirección Económica de la Cancillería (Direcon), explica que hay una disposición del gobierno cubano para realizar negocios con empresas chilenas para contrarrestar a las grandes transnacionales.
Este funcionario diplomático detalla que ya se han concretado varios acercamientos con el sector privado chileno. En diciembre de 2015, la Sofofa y la embajada de Cuba organizaron un encuentro empresarial, y también una nutrida delegación de potenciales inversionistas acompañó al canciller Heraldo Muñoz a la visita de Estado que hizo en septiembre del año pasado.

Hay varias empresas locales que operan en Cuba desde hace varias décadas, la mayor parte de ellas internando productos a la isla. Es el caso de Sur Continente, ligada a Felipe Velasco; Ángel Domper, dueño de TJP Internacional; Guillermo Jorquera, de Merinter, y Marcia Ostornol, de Ostalmar.

Las singularidades de invertir en la isla

Hay varias consideraciones para invertir en Cuba, precisa Mario Benavente. Por ejemplo, que la población cubana tiene un elevado nivel educacional y cultural, lo que la hace diferente del resto de América Latina, y al mismo tiempo tiene un insuficiente conocimiento de los patrones de mercado.

María Mondeja, directora jurídica de la firma de servicios legales y de negocios BC&MC, explica que se invierte en Cuba mediante tres modalidades: firma mixta, en alianza con el Estado isleño; empresa de capital totalmente extranjero; y mediante un convenio de asociación económica internacional ( joint venture ). Las empresas pagan un impuesto de 35% sobre las utilidades, salvo que operen en la zona especial del puerto de Mariel, donde se está exento de impuestos a la renta por una década. Y pueden remesar las ganancias al exterior.

En cuanto a la propiedad privada, solo se permite uso y disfrute, pero no disposición; es decir, los extranjeros no pueden comprar y vender bienes raíces.

Para reclutar el personal de una empresa, se debe recurrir a entidades empleadoras, que son del Estado. La jornada laboral es de 40 horas semanales, y normalmente va desde las 8:30 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Los salarios son fijados por el Estado, y son iguales para hombres y mujeres en similitud de labores.

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