Número de firmas subcontratistas se ha quintuplicado desde 2010

May 5, 2014

El 17,2% de los asalariados en el país es externo y se concentran en minería, enseñanza y sector público. Pese a que la brecha de ingresos ha bajado, hasta 2012 los trabajadores de planta ganaban casi 20% más que los subcontratados, según el INE.

(El Mercurio) Es probable que algunas personas cuando escuchan la palabra subcontratista piensen en empresas que «explotan» trabajadores. Pero muchos de los factores que contribuyeron a formar esta idea han cambiado con el tiempo.

De acuerdo con los datos que existen en la Dirección del Trabajo (DT), el año pasado había registro de 113.477 razones sociales de subcontratistas en Chile, 449% más que en 2010, es decir, se quintuplicó en el período.

En el último informe de la Nueva Encuesta Nacional del Empleo, publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el trimestre enero-marzo de 2014, el 17,2% de los asalariados en el país era externo. En 2010 la cifra era del 11,5%.

El aumento de esta modalidad de empleo es evidente y todo apunta a que seguirá creciendo. Alexander Páez, investigador de la Fundación de Estudios Laborales SOL, plantea que el alza se dará «sobre todo en los sectores económicos donde ya tienen mayor preponderancia, como minería, donde el 58,4% de los asalariados es externo, y enseñanza, con el 34,5%. También en el sector público, donde el 30,6% de los asalariados es externo».

Para Aldo Sepúlveda, director Comercial de Adecco, la mayor cantidad de subcontratistas se debe a que «las empresas cada vez más están descubriendo los beneficios que el empleo externalizado ofrece, apreciando una mayor flexibilidad, productividad, competitividad y la transformación de costos fijos en costos variables», afirma.

Dificultades

Los prejuicios se mantienen, aunque menos, por algunas firmas que incumplen la normativa vigente. «Eso desprestigia a las compañías estables, sólidas y con experiencia», dice Sepúlveda.

En 2006 entró en vigencia la Ley 20.123 de Subcontratación y Servicios Transitorios que, entre otras cosas, estipula puntualidad con el pago de sueldos, cumplir las normas previsionales y capacitar al menos al 10% del personal.

En la Fundación SOL les preocupan los derechos colectivos de los trabajadores, que se verían mermados al separar las agrupaciones de los empleados de planta de las de subcontratados con igual función. «Esto genera una estratificación con trabajadores de primera y segunda categoría, y también disminuye la probabilidad de tener una estabilidad en el empleo», afirma Páez.

Mario Becerra, gerente general de la empresa de outsourcing y Recursos Humanos GrupoExpro, no concuerda con Páez: «Las condiciones cercanas al pleno empleo han presionando al alza los salarios. Otro beneficio para el trabajador externo, especialmente si labora para un contratista con diversas empresas clientes, es que favorece su estabilidad laboral. Si concluye su trabajo y se ha desempeñado bien, es muy probable que sea reubicado en otra firma».

Por lo menos un tercio de las personas que trabajan bajo la modalidad de servicios transitorios terminan firmando un contrato directamente con la empresa cliente que pagó por sus servicios, asegura en la misma línea Héctor Guerra, presidente de la Asociación Gremial de Empresas de Externalización de Recursos Humanos, Agest. Y agrega que el prejuicio de que las subcontratistas ofrecen empleos de baja complejidad no es así.

«En minería, la instalación de campamentos es realizada por empresas externas, y esto incluye diferentes perfiles de trabajadores, entre ellos ingenieros, constructores, calculistas y operarios», explica Guerra.

Pero pese a todos los cambios positivos, todavía existen malas prácticas. Para Alexander Páez algunas de ellas son el «multi-RUT, pocos incentivos a sindicalizarse y la baja cobertura de negociación colectiva», dice.

Diferencia salarial

La brecha de ingresos ha sido un «peso» con el que han tenido que lidiar estas firmas para atraer capital humano, aunque la diferencia ha bajado en los últimos años.

Haciendo una comparación, los últimos datos entregados por el INE muestran que, en promedio, durante 2010 los empleados contratados directamente por la empresa ganaban $405.878, 33,7% más que los subcontratados que recibían $303.482. En 2012, en tanto, la brecha disminuyó, ya que los primeros solo superaban en 19,8% a los segundos que llegaron a tener sueldos de $404.379 mensuales.

Según Guerra, la distancia de ingresos estaba influida por los procesos de licitación que solían centrarse en los costos, generando una presión a la baja en las remuneraciones. «Hoy hay más conciencia de que la variable económica no es la única importante en una licitación, colocándose mayor énfasis en aspectos técnicos, como la confiabilidad, seguridad y condiciones laborales», dice Guerra. Ejemplifica esto con BancoEstado, que en una de sus licitaciones se ocupó de que los ingresos de los subcontratados tuvieran un cierto nivel mínimo, acorde con las condiciones del mercado.

Aun así, para Alexander Páez las diferencias más grandes se evidencian en un análisis por rubro. «Los sectores con mayores brechas de ingresos serían Intermediación Financiera, donde un trabajador de planta llega a ganar en promedio 2,2 veces el salario de uno externo; seguido de Comercio, con una diferencia de 1,7 veces, y Transporte, con 1,4 veces», afirma.

Becerra pone énfasis en que no basta con ofrecer un sueldo, «hay que sumar beneficios, como flexibilidad horaria, desayuno (además de almuerzo), buses de acercamiento y capacitación».

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