En un pasado no tan reciente, las empresas y comunidades consumían recursos naturales sin tener en cuenta el impacto futuro de sus acciones en el mundo que les rodea.
Desde la década de 1970, los científicos comenzaron a comprender las consecuencias negativas a largo plazo para la salud humana y la prosperidad del consumo no regulado de recursos naturales. Esto ha llevado a cambios en el comportamiento de gobiernos, empresas y personas de todo el mundo.
De acuerdo con la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, la definición amplia de sostenibilidad ambiental es actuar de manera que las generaciones futuras tengan los recursos naturales para vivir una forma de vida igual, si no mejor, que las generaciones actuales.
Considerando dicho contexto es que desde el Grupo Prysmian destacan que, en un nivel práctico, la sostenibilidad ambiental significa no usar más recursos de los que están disponibles o no contaminar en exceso de la capacidad de la tierra para asimilar los desechos. Esto requiere conservar los recursos naturales tanto como sea posible, eliminando los desechos y no contaminando el aire, el agua y la tierra durante la extracción y el uso de los recursos.
En esa línea, comentan que los gobiernos de todo el mundo regulan la contaminación del aire, el agua y el suelo; protegen los hábitats de la vida silvestre y prohíben el vertido de desechos peligrosos. Estas regulaciones se hacen cumplir con multas y acciones legales. Cada país establece sus propias reglas, siguiendo las pautas globales acordadas en las reuniones anuales de Cambio Climático de la COP.
Las empresas también pueden definir objetivos y estándares adicionales, utilizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas como pautas. Los estudios muestran que los consumidores son cada vez más conscientes del impacto ambiental de los productos que utilizan y buscan empresas que respondan a estas preocupaciones, aseguran.
Ejes ambientales
El Grupo Prysmian entrega una serie de definiciones en torno a la sostenibilidad ambiental, resaltando su contribución al desarrollo de la sociedad y las personas.
¿Quién acuñó por primera vez el término “sostenibilidad ambiental”?
El impacto ambiental de la actividad del hombre era evidente para las antiguas sociedades egipcias y romanas. En nuestra propia era, a principios de la década de 1970, la economista británica Barbara Ward (Lady Jackson), fundadora del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo, fue pionera en muchos de los conceptos de sostenibilidad. Fue la Comisión Brundtland de la ONU creada en 1983 la que popularizó el término «sostenibilidad» por primera vez en su ampliamente leído «Nuestro futuro común» en 1987, también conocido como el Informe Brundtland. Definió el desarrollo sostenible como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
¿Cuáles son algunos de los principales problemas o temas relacionados con la sostenibilidad ambiental?
Los temas principales cambian a lo largo de los años a medida que surgen nuevos impactos, y muchos de ellos están interconectados. Desde el año 2000, el cambio climático causado por los gases de efecto invernadero de la quema de combustibles fósiles y que provoca el calentamiento global se ha convertido en un tema dominante a medida que aumenta la frecuencia y la visibilidad de los fenómenos meteorológicos severos. Los desechos plásticos son otro tema clave, particularmente por su impacto en los océanos y en la salud humana y animal. La deforestación exacerba los efectos del cambio climático. La transición energética de los combustibles fósiles a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica es necesaria para estabilizar el cambio climático.
¿Por qué es importante la sustentabilidad ambiental?
Sin prácticas ambientalmente sostenibles, es probable que la creciente población de la Tierra y un modelo económico basado en el consumo no regulado agoten los recursos del planeta en el futuro, con consecuencias graves e impredecibles. Las previsiones que miden los posibles efectos del cambio climático, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en la trayectoria actual, prevén un aumento de los fenómenos meteorológicos graves, como inundaciones y sequías, que afectarán a la agricultura y provocarán migraciones y agitación social. Los métodos agrícolas insostenibles y las dietas basadas en la carne podrían dar lugar a un suministro de alimentos inestable con fluctuaciones bruscas de los precios. Las ciudades contaminadas provocarán problemas de salud, lo que ejercerá presión sobre los sistemas de salud y las finanzas gubernamentales.