Mario Guisande, buscador de tesoros: «En el Estrecho de Magallanes hay barcos hundidos con toneladas de oro»

Jul 23, 2011

Con el oro por las nubes, el oficio de este historiador naval se ha hecho más rentable de lo que ya era antes del boom por el metal.

(El Mercurio)De profesión historiador naval, la búsqueda de oro y tesoros siempre estuvo, literalmente, a la mano. No fueron pocas las veces en que Mario Guisande encontró mapas o bitácoras detalladas de lugares llenos de barcos encallados con oro y tesoros.

Hoy, y mientras espera la resolución que le permitiría explotar los tesoros -entre los que no hay oro- del «Oriflama», un barco hundido hace 241 años frente a la costa de Curepto, se dedica a dragar oro de manera mecánica en ríos, mar y tierra, método con el que ha encontrado pepitas del metal.

-¿Y esto es rentable?

«Claro, en un buen lugar se puede recolectar $1 millón en un par de horas».

-¿Cuál es el mejor lugar para buscar oro en Chile?

«Hay varios, pero en el Estrecho de Magallanes hay mucho barco hundido, y mucho oro también».

-Pero debe ser difícil estar dragando en el Estrecho de Magallanes.

«Sí, pero ahí yo soy feliz. Imagínese que es como que se quedaran abiertas las puertas del Banco Central».

-Debe ser un proceso complejo…

«No, para nada. Es cosa de tener algunos equipos y un poco de conocimiento. Yo conozco personas que de manera artesanal en dos meses sacaron $360 millones en oro».

-¿A quién se les vende este material? ¿Se vende en bruto?

«Sí, a joyerías que lo procesan».

-¿Castigan mucho el precio?

«Muy poco, el material suele tener más de un 90% de pureza».

-¿Hay que invertir mucho en estas búsquedas?

«En la recolección de oro nada, se puede hacer sólo gastando en algunas herramientas, víveres y los pasajes».

-¿Es rentable, por ejemplo, recuperar doblones de oro?

«Sí, claro que sí».

-¿Y se vende? ¿A quién se vende?

«Si hoy tuviera un doblón, o una moneda, con el dolor de mi alma, lo fundo. Si me pillan con un tesoro así me puedo ir preso, por saquear un tesoro arqueológico nacional. Por eso, y aunque los doblones valen 10, 100 y hasta mil veces más que su peso como oro normal, el camino sería venderlo».

-Si usted tuviera un tesoro, ¿qué haría con él? ¿Lo enterraría?

«No. Yo no entierro, yo desentierro tesoros».

Fuente /El Mercurio

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