










sábado 30 de septiembre, 2023
Desde su inauguración en julio de 2017, con el desafío de producir 80 mil toneladas de cobre fino anuales, la compañía se ha caracterizado por sus estándares de sustentabilidad mediante el uso de agua de mar sin desalar y a partir de este año, la utilización de un 100% de energías limpias en su consumo eléctrico.
Resolución busca dar mayor celeridad a la tramitación del proyecto de ley que busca avanzar en un régimen jurídico que asegure un tratamiento adecuado del agua de mar y la sustentabilidad de dicho recurso.
Cochilco estima que Antofagasta será la región que más utilice agua de origen oceánico, con un consumo que llegaría a un 62,7% al 2032 y una disminución de este elemento hídrico continental de un 74% para el mismo año. Asimismo, exhibe cuáles son las operaciones mineras que recurrirían al recurso marino.
En el reciente informe se destaca que se estima una demanda del recurso hídrico de 20,9 m3/s para la próxima década, de los cuales 68% (14,2 m3/s) provendrían del mar y un 32% (6,7 m3/s) correspondería a aguas continentales.
La minera busca evaluar esta tecnología en su operación, para lo cual se comenzó a utilizar un automóvil eléctrico, a lo que suma la instalación de un punto de carga.
En el marco del foro organizado por Voces Mineras, Leonardo Romero, académico de la UCN, analizó los factores que deben ser abordados con miras a posibilitar el uso de fuentes hídricas no convencionales, como es el caso del agua de mar.
De acuerdo al informe Consumo de agua en la minería del cobre a 2019 elaborado por Cochilco, Antofagasta pasó de consumir 5,21 metros cúbicos por segundo en 2018 a 4,94 en el último año, en que la utilización de agua de mar llegó a 42%.
En tanto, sigue aumentando la utilización de agua de mar desalada, existiendo actualmente en carpeta 13 proyectos de este tipo a desarrollar.
En 2019, con 3.900 litros por segundo, el agua bombeada desde la costa representó el 42% del consumo de la región, que es liderado por el agua continental con 5.300 litros por segundo.
La industria extractiva está trabajando para reducir la utilización de agua en sus operaciones, donde prácticas como la recirculación y la desalinización son cada vez más relevantes.