En el marco de la Conferencia Mundial del Cobre, uno de los temas que concentró el interés de los asistentes es la forma como se desarrolla la vinculación de las compañías mineras en los territorios donde se insertan.
En ese contexto, Francisco Javier Lecaros, presidente ejecutivo de Fundación Minera de Chile, resaltó el hecho que la sostenibilidad es parte fundamental en el desarrollo de los proyectos mineros, una visión que fue compartida por Juan Pablo Armisén, jefe de Cumplimiento Global y Responsabilidad de Albemarle.
Es así como el ejecutivo de la minera no metálica expresó “que tan importante como cuánto se produce es cómo se produce”, haciendo hincapié en que “sin un relacionamiento exitoso con las comunidades, no podríamos seguir adelante”.
[Te podría interesar leer «Nelson Pizarro: “Hay que aprovechar las nuevas condiciones pero manteniendo una férrea disciplina”]
En esa línea, Albemarle firmó en 2012 un acuerdo de cooperación con la Comunidad Atacameña de Peine, su principal stakeholder; al que luego se sumó en 2016 un convenio con el Consejo de Pueblos Atacameños, el cual considera aspectos en materias como la gestión medioambiental y la ejecución de proyectos, con periódicas mesas de trabajo entre la empresa y el Consejo.
En el marco de dicho acuerdo, se considera la entrega del 3% de las ventas anuales a las comunidades atacameñas, las que definen la forma como se utilizan los recursos, con miras al financiamiento de iniciativas vinculadas a sus planes de desarrollo. A ello se suma un 0,5% destinado a investigación y desarrollo.
Diálogo y territorio
La forma como dialogan los diversos actores que conforman el territorio es un aspecto que condiciona su relacionamiento.
Al respecto, Reinalina Chavarri, directora del Observatorio de Sostenibilidad de la Universidad de Chile, afirmó que uno de los desafíos en este ámbito es la complejidad e interdependencia de la industria y la sociedad; a lo que se suma el hecho que la relación empresa-comunidad ocurre en un territorio, en el contexto de un vínculo que se extiende durante todo el ciclo de vida del proyecto.
Sus dichos fueron complementados por Marcela Sepúlveda, Manager Community Relations de Candelaria-Ojos del Salado, de Lundin Mining Corporation, quien se refirió a la importancia del territorio como el espacio en el que confluyen diversos actores, que deben procurar trabajar de manera colaborativa.
En este marco, Andrés Morán, gerente de Asuntos Públicos y vicepresidente corporativo de Sustentabilidad de Antofagasta Minerals, expuso el programa Somos Choapa de Minera Los Pelambres, abordando la complejidad que afronta la compañía en su relacionamiento comunitario, en lo referido al uso del territorio, debido a que las instalaciones de la minera se distribuyen de cordillera a mar.
El profesional expresó que «no es factible el desarrollo económico sin desarrollo social», agregando que “Minera Los Pelambres sólo puede desarrollar su potencial si el territorio también se desarrolla”.
En esa línea, comentó que para buscar el desarrollo, lo primero fue redefinir el área de influencia, pasando del foco operacional al provincial, alineado con el Estado. Es así como han establecido alianzas con los municipios, de forma de institucionalizar el diálogo.
Usos de la tierra
Charles Moore, director de Resources and Strategy, Resources Infraestructure and Investment Task Force, del Gobierno de South Australia, se refirió a la importancia de mantener el diálogo entre la comunidad y las empresas, junto con la creación de vínculos positivos y la definición de medidas de mitigación de los impactos ambientales de las actividades mineras, como es el caso de la exploración.
El especialista expuso sobre la relevancia de una normativa que defina los derechos y responsabilidad de los propietarios de la tierra, con miras al desarrollo de las campañas de exploración, así como la importancia de la participación de la comunidad en la mitigación de los impactos de la actividad minera.