La asociatividad como clave para el desarrollo

Ene 23, 2012

El desierto de Atacama es el mejor sitio a nivel mundial para la generación de energía solar. En Antofagasta quieren aprovechar esta ventaja para formar un polo de desarrollo económico, social y académico en torno a esta ERNC.

(ELECTRICIDAD) Con más de 3.300 horas de sol al año, la Región de Antofagasta es una de las zonas con mayor radiación solar del planeta, un recurso inagotable que, de ser explotado, podría transformarse en una fuente de riqueza para la zona.
Riqueza no sólo a través de la generación de energía eléctrica o térmica, sino también a lo largo de toda la cadena productiva que involucra esta energía: fabricantes de piezas y partes de equipos, distribuidores, instaladores, mantenedores. Y, por supuesto, capital humano especializado en estas nuevas tecnologías. Es decir, crear un cluster en torno al sol.

“Tenemos que aprovechar este enorme potencial. Las energías renovables no convencionales (ERNC) están aún en desarrollo y hay muchas cosas por hacer. Se están creando prototipos, probando nuevas tecnologías y nosotros (Antofagasta) tenemos las mejores condiciones, ¿por qué no pasamos de ser usuarios de tecnología a crearla nosotros mismos? Esta carrera ya partió, pero todavía no termina y nosotros tenemos el mejor auto, si partimos a tiempo, podríamos llegar de los primeros a la meta”, declara Marcos Crutchik, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta e investigador del Centro de Desarrollo Energético (CDEA) de la misma casa de estudios.

Un cluster solar
Crutchik es el principal impulsor de crear un cluster en torno a la energía solar. Su visión es que esta es una oportunidad de desarrollo sostenible a largo plazo para una región que tiene experiencia en asociatividad en torno a un sector productivo como es la minería.

Según él, en Antofagasta se dan todas las condiciones propicias ya que se cuenta con una alta radiación y con la mayor cantidad de días soleados en el mundo, más de 1.000 horas de sol más que en Europa, “es decir, las plantas aquí funcionan un mes y medio más que allá que es donde más se ha desarrollado esta energía”, explica el ingeniero. Adicionalmente, existen terrenos estatales disponibles con pocos usos alternativos.

Y están las condiciones económicas para el desarrollo solar porque se puede usar como parte de la solución para la matriz energética del norte grande ya que “la energía solar es la única de las ERNC que puede dar servicios a la minería que es una industria que necesita potencia firme y seguridad de suministro y, mediante la tecnología del almacenamiento térmico (cuyas sales que se producen aquí mismo), se puede dar esa seguridad,” detalla Crutchik.

Esta potencialidad ha sido reconocida a nivel internacional. Representantes de las principales entidades ligadas a este sector, han visitado Antofagasta con el propósito de conocer in situ los avances que tiene la región en el desarrollo de energía solar. Entre ellos, el Cluster de Energía de Extremadura y la Agencia Extremeña de la Energía (Agenex).

Gonzalo Barrantes, gerente del Cluster de Energía de Extremadura, explica que nuestro país tiene todo para impulsar con éxito las tecnologías asociadas a lo solar. “Chile tiene uno de los mayores recursos solares del mundo, que unido a la dependencia de los combustibles fósiles lo convierten en uno de los países idóneos para el desarrollo de las tecnologías ERNC sobre todo la solar”.

Además, destaca la demanda industrial que existe por energías limpias y que existe una base de empresas del sector metal-mecánico y eléctrico que “con ayudas de formación e investigación, desarrollo e innovación, puede afrontar el sector de las ERNC”.

Por su parte, el jefe del departamento de energías renovables de la Agenex, Cosme Segador, destaca que Antofagasta tiene lo fundamental: el recurso. Indica que, incluso en algunas zonas se aprecia un 40 % más de radiación que la máxima de España, lo que hace que las inversiones en esta área se amorticen mucho antes y se aproveche mucha más energía. “Lo segundo es que tiene una importante demanda de energía lo que hace que a futuro las energías renovables sean más necesarias”, detalla.

Según Crutchik, un cluster permitiría el nacimiento de una serie de empresas asociadas como es la de tornillos, marcos, servicios, vidrios, espejos, tuberías, bases, etc. Tras su consolidación, se crearían puestos de trabajo, se formaría capital humano especializado, se aumentaría el PIB regional y las exportaciones no tradicionales abriéndose todo un nuevo rubro económico.

Adicionalmente, posicionaría a Antofagasta como capital de las ERNC, promocionando su uso a nivel nacional con todas las externalidades positivas que éstas tienen como la disminución de emisiones de CO2, mejora en la calidad del aire de las ciudades y menor dependencia del petróleo o gas extranjeros, dándonos mayor independencia energética.

Centro de investigación
La idea de organizarse a través de un cluster permitiría reunir una masa crítica de investigadores e innovadores que desarrollen tecnología para luego comercializarla y exportarla. En una primera instancia a los países vecinos que tienen condiciones geográficas y climáticas similares, y luego a todo el mundo.

“Hay que invertir para lograr esto y eso es fácil, a mi juicio. ¿Para qué se creó el royalty a la minería? ¡Para esto! Para investigación y desarrollo. Hoy hay más de US$3.000 millones acumulados y nosotros con US$25 millones estaríamos en condiciones de crear un centro de estudios de nivel mundial”, declara Crutchik.

De hecho, ya existe un proyecto que realizó la plataforma solar de Almería para la creación de un centro de desarrollo en Antofagasta. Teniendo en cuenta la ingeniería, construcción, habilitación, recursos humanos y costos operacionales, la inversión total alcanzaría los US$25 millones. “Nosotros (la Universidad de Antofagasta) ya tenemos el terreno, que incluso tiene agua. Y tiene que ser en Antofagasta porque aquí están las mejores condiciones, queremos hacer varias plantas pilotos para probar todas las tecnologías existentes”. Según Crutchik, sería una corporación abierta para que todos los que quieran investigar puedan usar las instalaciones y entre los socios se cuentan siete universidades, el Estado y varias empresas mineras.

“Las empresas eléctricas no están todavía comprometidas en este proyecto, pero las mineras lo ven como una alternativa interesante para resolver algunos de los problemas que actualmente tienen en sus procesos. Las mineras tienen muchas aplicaciones térmicas en las que se puede usar el sol como las calderas para el proceso de electro-obtención, puede ser muy atractivo para ellos el que avancemos en descubrir nuevas alternativas y que sean competitivas”, explica.

El ejemplo español
Hace treinta años atrás en Europa pensaron en esto mismo y se crearon organizaciones destinadas a promocionar e investigar las ERNC.

España es uno de los países, junto a Alemania, que lideran el avance en tecnologías solares. En el país ibérico, Extremadura se ha organizado en torno a un cluster y una agencia (Agenex) que reúne a los principales actores de las ERNC, del sector público, privado y académico, el que se dedica a representar y defender los intereses del sector; fomentar la internacionalización de las empresas que aunando sinergias facilitan la entrada en nuevos mercados; participar de forma conjunta en proyectos de I+D+i; dictando cursos de formación para los trabajadores de las empresas asociadas y, distribuyendo información sobre el sector.

Gonzalo Barrantes, gerente del Cluster de Energía de Extremadura, comenta que hoy la organización está compuesta por 81 miembros encabezados por una junta directiva que se reúne una vez cada dos meses para tratar los temas más relevantes y encarga al gerente la ejecución de las decisiones tomadas. Para dar más participación a los asociados se han creados diferentes comisiones en torno a temas relevantes tales como teconologías fotovoltaica, termosolar, internacionalización, eficiencia energética, etc.

También se realiza una intensa actividad de capacitación de los trabajadores de ERNC en función de las necesidades de formación de las empresas. Es que el tema de tener el capital humano especializado es clave para el desarrollo de una industria cuya tecnología está afinándose. “El desarrollo de energías renovables va íntimamente ligado a una formación técnica del sector. Todas las tecnologías de ERNC requieren conocimientos muy específicos en cada de las materias, por lo que no se concibe su desarrollo sino hay un crecimiento paralelo en la formación”, explica Cosme Segador, jefe del departamento de energías renovables de Agenex. En España y Extremadura en los últimos años se han creado planes de formación en energías renovables, se han introducido asignaturas sobre estas materias en los planes universitarios y se han desarrollado también postgrados relacionados al tema. Todo con el objetivo de cubrir las necesidades que planteaban el desarrollo de estas energías.

Entre los beneficios de aunar esfuerzos en un cluster, Barrantes destaca que “ha servido para cohesionar el avance de las ERNC en Extremadura, ser referente nacional e internacional, favorecer la internacionalización de las empresas extremeñas y tratar que las inversiones que se han realizado en la región sean realizadas por empresas de Extremadura”.

Segador concuerda en que la asociatividad es la clave para el desarrollo. “La ventaja principal es defender los intereses del sector desde un posición de mayor fuerza. Además un cluster crea sinergias que favorecen un desarrollo mucho más rápido del conocimiento en este tipo de tecnologías y favorece la colaboración entre distintas empresas”.

Además, ambas instituciones han jugado un papel relevante en la difusión de estas tecnologías más limpias a través de charlas, congresos, jornadas, etc. dando a conocer sus ventajas. “También hemos actuado como asesores técnicos principalmente para ayuntamientos e incluso con ellos se han desarrollado varias “plantas piloto” que han servido como ejemplo a todos los sectores de la población y han servido para acercar estas tecnologías a la sociedad”, comenta el ejecutivo de Agenex.

Sobre lo que aún queda por hacer, ambos concuerdan que hay que consolidar lo ya hecho y seguir incidiendo en los avances tecnológicos que vayan surgiendo.

Además, “debido a las incertidumbres creadas en el sector de las ERNC por los cambios legislativos, se hace muy importante el papel de defensa del sector y la búsqueda de un marco regulatorio claro y definido para su desarrollo, esta es actualmente una de las prioridades del cluster”, concluye Barrantes.

Fuente/ ELECTRICIDAD

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