En el marco del foro “Plantas Desaladoras: DesafÃos y oportunidades del uso de agua de mar en minerÃaâ€, organizado por Voces Mineras, fue posible conocer cómo la desalinización está permitiendo responder a los requerimientos hÃdricos, tanto de la población como de las industrias,
Es asà como José González, gerente general de Aguas CAP, expuso sobre la planta desalinizadora multipropósito que se desarrolló en la Región de Atacama, proyecto que se origina debido a la necesidad de asegurar el suministro hÃdrico para la operación de la CompañÃa Minera del PacÃfico (CMP) en el valle de Copiapó. Posteriormente, se incorporó el proyecto Minero Caserones, que necesitaba un suministro de agua para entregar en las comunas de Caldera y Tierra Amarilla.
La construcción de esta planta se desarrolló entre los años 2011 y 2013, iniciando su operacional comercial en abril de 2014, una vez iniciadas las operaciones de sus clientes.
El ejecutivo explicó que la iniciativa fue conceptualizada como un proyecto de infraestructura, donde los clientes pagarÃan una tarifa de acuerdo a la capacidad contratada y el costo variable de producción de agua.
Al respecto, indicó que la contratación de CMP gatilló la primera etapa del proyecto, de 200 l/s (2010), mientras que al sumarse Caserones fue posible activar la segunda etapa, a 400 l/s (2011).
En el año 2020, la producción anual alcanzó los 8 millones de metros cúbicos, de los cuales el 38% corresponde a agua industrial, mientras que el 62% restante se destina a consumo humano y regadÃo.
Es asà como en Caldera se entrega a la sanitaria Nueva Atacama para su potabilización y distribución; mientras que en Mal Paso es entregada a la Junta de Vigilancia del RÃo Copiapó para su distribución.
Con respecto al futuro de la iniciativa, José González destacó que los nuevos precios de la energÃa eléctrica permitirán reducir el costo de producción y bombeo del agua hasta los puntos de consumo.
Además, la planta desalinizadora cuenta con capacidad disponible para su ampliación (200 l/s), lo que permitirá aumentar la presencia del agua desalinizada en el valle de Copiapó, y viabilizar nuevos proyectos mineros.

